El arzobispo de Santiago, Fernando Chomalí Garib, dirigió la misa que se realizó en la Catedral de Santiago en honor al fallecido expresidente Sebastián Piñera.
Luego de que finalizara el acto realizado en el ex-Congreso de Santiago, donde se veló al expresidente desde el miércoles, el féretro fue trasladado en una carroza del Ejército hasta la Catedral, ubicada en la Plaza de Armas.
En el trayecto, cientos de personas se instalaron en los bordes de las calles con banderas para despedir a Piñera, quien perdió la vida en un trágico accidente de helicóptero el martes, en Lago Ranco.
La eucaristía, donde asistieron representantes de todos los poderes del Estado, comenzó con el tradicional canto católico que invoca el ruego de todos los santos para el fallecido. Posterior a ello se sucedieron varias piezas musicales, interpretadas por un coro y músicos de cámara. Una de las hijas de Piñera, Magdalena Piñera Morel, realizó la primera lectura bíblica.
Luego, Chomalí comenzó su alocución haciendo referencia a las víctimas de los incendios en la Región de Valparaíso. “Chile es un país sufrido, lo sabemos, si no es terremoto, es incendio, si no es incendio, serán inundaciones. Pero también sabemos, como escribió Ercilla, que es una nación fuerte principal y poderosa, capaz de levantarse en la desgracia y trabajar unidos”.
Luego, ya refiriéndose al fallecimiento del exjefe de Estado, afirmó que “este dolor traspasó a su familia y al mundo político para radicarse en el pueblo sencillo, leal y agradecido que salieron a la calle con banderas chilenas a despedirlo”.
La autoridad religiosa acentuó en el carácter católico del expresidente. “Notable fue verlo persignarse cuando la cápsula en las áridas tierras del norte comenzaba a descender a las profundidades de la tierra para rescatar a los mineros encerrados en sus entrañas. Emocionaba ver a un hombre con tanto poder, autoridad y responsabilidad arrodillarse en la santa Misa en el momento de la consagración, como expresión de su pequeñez ante la grandeza insondable e infinita de Dios. En todas sus oficinas un lugar de honor ocupaba un crucifijo y fotos familiares. Sebastián Piñera fue fiel a la Misa dominical, tenía un entrañable amor a la Virgen María y una especial devoción por San Alberto Hurtado”.
Así las cosas, destacó el servicio público que realizó el expresidente. “Comprendió también que los dones, habilidades y talentos que Dios le había regalado era para entregarlos a manos llenas. Pudiendo a temprana edad optar por una vida tranquila en su casa junto a su familia, emprendió el camino de la política que lo llevó a ser elegido Presidente de la República dos veces”.
Con todo, también destacó parte de la gestión de Piñera en el manejo de la pandemia por coronavirus. “Notable fue cuando el Estado se hizo cargo de todas las camas de las clínicas en los tiempos de pandemia. Eso es hacer valer con fuerza el principio del destino universal de los bienes y que sobre la propiedad privada grava una hipoteca social. Las vacunas contra el Covid no llegaron a la ciudadanía según la ley de la oferta y la demanda, o según criterios amigocráticos, sino según estrictos criterios médicos y de justicia social. El valor de la justicia social era parte de su estructura mental y de la personalidad que fue cuajando en su vida a medida que crecía”.
Siguiendo en su discurso, Chomalí destacó las múltiples muestras de afecto para Piñera que se han suscitado en los últimos días. “Chile reconoció en las calles su grandeza, no tanto por lo que dijo sino que por lo que hizo. El pueblo no se equivoca con sus líderes. Los testimonios que hemos escuchados y que fueron muchos, hablan por sí solos. Es hermoso escuchar a un pueblo agradecido que se sacrifica por horas a pleno sol para despedir a quien reconocieron como un presidente preocupado de su país”.
“Sebastián Piñera sirvió a Chile con fuerza, ahínco y convicción. Como todo ser humano se pudo haber equivocado, pudo haber cometido errores, algunas cosas las pudo haber hecho de otra manera, pero lo que no se pone en duda es su buena fe y recta intención. Las manifestaciones para homenajearlo en las zonas más martirizadas por el terremoto como Concepción y Dichato hablan por sí solas”, agregó en ese sentido.
Para el final, el sacerdote entregó dos reflexiones. En la primera, destacó el reconocimiento que han realizado opositores al exmandatario en los últimos días. “Da esperanza ver personas de todos los partidos políticos, y algunos claros y nítidos adversarios políticos, en la guardia de honor junto al féretro. Da esperanza ver a los millones de chilenos que se conmueven ante la desgracia ajena y solidarizan con claridad y sin ambigüedades”.
Por último cerró diciendo: “No es necesario esperar desgracias como las que hemos vividos en estas semanas para abrazarnos, para respetarnos, para reconocer lo bueno que hay en cada uno de nosotros. Desde ya podemos vivir y tratarnos mejor.”
“Espero que el fatal accidente del expresidente Sebastián Piñera y los incendios voraces que nos azotan contribuyan a generar un país más unido, más fraterno y más justo, como el que él, de la mano de Dios, la Virgen María y su familia soñó y contribuyó a construir”, concluyó Chomalí.