Durante la ceremonia del Te Deum Ecuménico de Fiestas Patrias, el arzobispo de Santiago, Fernando Chomalí, se refirió, sin hacer mención explícita, a la posición que mantiene la Iglesia respecto a los debates del aborto y la eutanasia.
Al respecto, explicó que la Iglesia se compromete públicamente a cumplir su tarea de “anunciar el evangelio de nuestro señor Jesucristo, de proponer incansablemente la paz y ayudar al débil y al necesitado. Las iglesias a contemplar a su maestro Jesús, el mismo ayer, hoy y siempre, aspiran a que su horizonte sea el pobre, el humillado, el que no tiene voz, el que está cansado y agobiado”.
En ese contexto, dijo que “siempre y cuando el bien de las personas se vea amenazado alzaremos la voz por todos aquellos que no tienen voz, desde los niños no deseados en el vientre de sus madres hasta los ancianos descartados que dan su último suspiro”.
Explicando la posición que mantienen en estos dos temas, Chomalí señaló que hablan por ellos “las obras sociales que acogen, amparan, cuidan y promueven al desvalido, al pobre, al abandonado”.
A lo que la autoridad religiosa agregó: “Hablan por nosotros los ancianos postrados que cuidamos con amor y que incluso en medio de las dificultades aman intensamente la vida y esperan serenos y confiados -como dicen ellos- ‘que diosito me lleve’”
A renglón seguido, explicó que hablan de su compromiso en estos temas “las instituciones que cuidan a las embarazadas con dificultades y que con apoyo espiritual, psicológico, médico, social y económico sacan adelante sus embarazos y abrazan a su hijo con la sonrisa que solo una madre es capaz”.
También resaltó que comentan sobre su posición “los más pobres de los pobres, los migrantes que encuentran en nosotros apoyo, seguridad y un defensor seguro frente a los vientos de xenofobia que se perciben”.
Finalizando sobre el asunto, señaló: “todos ellos seguirán hablando porque les prestaremos nuestras manos y nuestra voz hasta que la civilización del amor sea nuestra patria y la solidaridad, la norma donde podamos salir a la calle sin temor y donde el otro sea nuestro amigo y hermano y no alguien del que tengamos que defendernos”.