Así opera el robo de vehículos en Chile: avance tecnológico fomentó la violencia
Según la policía, los sistemas de seguridad de los automóviles llevaron a los delincuentes a intimidar a los conductores. Informe de la PDI identifica tres tipos de robos, cinco destinos para esos móviles y cuatro formas para blanquearlos y usarlos.
Si de robo de vehículos se trata, el año 2011 es considerado como un punto de inflexión en la comisión de este delito en Chile. Aquella temporada comenzaron a llegar los primeros vehículos codificados, es decir, que dependen de la llave o de un dispositivo especial para ponerlos en marcha.
Este avance tecnológico fue una respuesta de la industria automotriz para enfrentar los tradicionales modus operandi con que se cometían esos ilícitos. Hasta ese momento, para apropiarse de un auto era común reventar la chapa de la puerta, quebrar el vidrio y destruir el panel para hacer contacto a través de cables.
Sin embargo, y pese a que la evolución tecnológica acabó con estas alternativas, no logró poner término al delito. Más bien obligó a las bandas a cambiar su forma.
Según el informe de la PDI "Robo de vehículos en base a la intimidación o violencia de personas", el cambio en la partida de los medios de transporte provocó una mutación en el modo de actuar de los delincuentes, quienes ahora requerían contar con la llave o el dispositivo especial dispuesto para esta función. Por esta razón, explica el documento, se hizo necesario "intimidar a los conductores".
"Es un fenómeno relacionado a la evolución de la tecnología en los vehículos. Porque se necesitan ve- hículos con sus llaves para que funcionen. A través del robo con intimidación, además, evitan hacerle daño al coche y así logran que no presente rasgos de que fue robado. De este modo queda disponible para un tercero que está interesado en comprarlo", señala la fiscal Sur especializada en este tipo de delito, Paulina Brito.
De acuerdo al análisis de la policía civil, este evento provocó el surgimiento de los hoy mediáticos "portonazos" y "encerronas", como formas de apropiarse de un vehículo. Una situación que no solo aumentó los riesgos de las personas, al verse expuestas directamente al robo, sino también convirtió este hecho en uno de los delitos de mayor connotación social.
"La delincuencia en Chile ha mutado. No son los mismos delincuentes que ocasionalmente aprovechaban una oportunidad. Era impensado hace algunos años cometer el robo de un ve- hículo a mano armada, salvo que se tratara de grupos subversivos. Esa delincuencia común mutó a delincuencia especializada. Con el acceso a internet el delincuente es mucho más informado y ha ido tomando técnicas y conocimientos que ha importado", indica el jefe nacional contra Robos y Focos Criminales de la PDI, Iván Villanueva.
Según cifras de la Subsecretaría de Prevención del Delito, en 2018 se cometieron 24.286 robos de ve- hículos motorizados. En tanto, el primer semestre de 2019 este número alcanzó a 11.477 (ver infografía).
En el caso de los delitos investigados por la PDI hasta septiembre de este año, se contabilizan 4.481 robos. En el detalle por tipo de vehículo, los automóviles son los más codiciados, con 3.134 delitos. En tanto, en el desglose por marca, la empresa norteamericana Chevrolet encabeza el listado, con 733 robos, seguido por las coreanas KIA, con 507, y Hyundai, con 445.
Modalidades
De acuerdo al informe, la PDI identifica tres modalidades de robo de vehículo: "portonazos", "encerronas" y mediante el uso de aplicaciones de transporte.
En el caso de los portonazos, se explica que este modus operandi excede el robo a la entrada de una vivienda o edificio, sino que trata de aquellas situaciones en las cuales "los delincuentes se benefician de las detenciones de los vehículos en la vía pública para abordar e intimidar a las víctimas o cuando están estacionadas en algún lugar común".
El informe, en tanto, califica la "encerrona" como el delito cometido en autopistas o calles urbanas, donde la existencia de espacios reducidos contribuye a que los delincuentes intercepten a las víctimas, no permitiéndoles el paso ni la huida por ningún sector.
De acuerdo a la PDI, este modo surge como respuesta a la acción que comenzaron a realizar algunos conductores que serían víctimas de "portonazos", los cuales al identificar a los delincuentes, maniobraban en contra de los victimarios y finalmente eludían el atraco. La "encerrona", entonces, surge con la finalidad de lograr el robo sin que las personas tuvieran opción de escapar. Al respecto, se detalla que una de las características exclusivas de esta modalidad es que las bandas criminales muchas veces funcionan con tres equipos. Cada uno en un vehículo, lo que permite que las víctimas sean abordadas por delante, por atrás y por un costado.
El último modus operandi es a partir del surgimiento en los años recientes de aplicaciones de transporte de pasajeros. De acuerdo a la PDI, el cambio de modalidad de pago que incluyó el sistema de pago en efectivo, generó la creación de cuentas falsas, entendiendo que no existía una asociación de datos reales, como ocurría al asociarla a la tenencia de una tarjeta de crédito.
En este sentido, se advierte que la dinámica delictual utiliza la simulación de clientes, para luego intimidar a los conductores y robarles los vehículos.
Destino del vehículo
El informe de la PDI, además, reconoce cinco destinos que los delincuentes les dan a los vehículos robados: conducir un auto de alta gama, cometer otro delito con este, desarmarlo para vender sus piezas, sacarlo fuera del país y hacer su blanqueo para su comercialización al interior del país.
Este último delito es asociado a estructuras criminales más complejas, con mayor cantidad de integrantes y sofisticación en sus pasos. En este sentido, se aprecian cuatro técnicas de blanqueo de vehículos robados.
La clonación, dice relación con la adquisición en remates por parte de los delincuentes de vehículos con pérdida total, con el fin de utilizar sus papeles y posteriormente hacer calzar los datos entre este vehículo y uno robado.
Otra técnica se refiere al "gemeleo". En este caso se utilizan placas patentes falsas para "darle vida" a un vehículo robado, pero con los papeles de un vehículo normal. De hecho, muchas veces obtienen la información en sitios web de venta por internet.
También existe la falsificación de documentos a través de la creación de empresas falsas y la falsificación de documentos de empresas reales.
Además, se usa la adulteración de las solicitudes de registro de facturas para Aduanas, donde modifican estos papeles de compra de cualquier producto con los datos y la numeración del vehículo robado, para ser inscrito normalmente en el Registro Civil.
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