Tras un debate cuyo punto más polémico fue el referido a los artistas callejeros, el Concejo Municipal de Santiago aprobó este miércoles una ordenanza que norma el uso de las terrazas, los espacios situados frente a locales que incluyen desde restaurantes a cafeterías.
La norma recibió luz verde con un voto de rechazo, dos abstenciones y ocho a favor. Su articulado establece estándares para sillas, mesas y mobiliario que puede ser colocado en el espacio público. En este plano, los locatarios deberán decir adiós a los muebles que tengan plástico como material central de su estructura. Con esto, el municipio se suma a la "guerra mundial" contra este material, cuestionado por sus efectos en el medioambiente.
"Tal como lo hacen las principales ciudades europeas que son un atractivo turístico casi por definición, en Santiago queremos que las terrazas instaladas en los espacios públicos sean similares para darle armonía al entorno y a la comuna en general. Estamos seguros que el uso que le damos determina la ciudad y cuando Santiago está más ordenado, mejora la seguridad y la limpieza", destacó el alcalde, Felipe Alessandri.
Fuertes sanciones
Fue el artículo 31, el que generó más debate durante la sesión. Este explicita que el locatario, específicamente el titular del permiso, no puede autorizar a artistas urbanos. Tampoco tiene la facultad para instalar parlantes u otros elementos sonoros fuera del área autorizada.
Dicha fiscalización estará a cargo de los inspectores municipales y Carabineros. Las sanciones consisten en multas de entre 1 a 3 UTM (entre $48.000 a $145.000). En caso de reincidencia se arriesga la caducidad de la patente.
Hay otros comercios que podrán contar con terrazas. Se trata de las fuentes de soda y locales de comida al paso.
"La intención de la norma es regularizar lo que todos conocemos como terrazas. Ese era el sentido y espíritu que llevábamos con nuestra propuesta. En nada tiene que ver con los artistas urbanos, sino en cómo se van a utilizar las sillas, mesas y los toldos", detalló Bernardita Lorenzini, coordinadora de Espacios Públicos de la Municipalidad de Santiago.
"Por ejemplo, estamos eliminando el mobiliario plástico, que es una temática de carácter mundial y de la que se hace responsable el municipio", agregó.
Dudas en Franklin
Eduardo Salazar, integrante de la Agrupación de Turismo del barrio Franklin, hizo notar los posibles efectos de la normativa sobre esa actividad. "Desde el punto de vista de este barrio, tenemos una diferenciación con otros lugares de la capital. Somos un sector que necesita de un espacio de libertad para los artistas", aseveró.
"Es necesario mantener esa identidad cultural, y sucede que esta ordenanza no debe perjudicar el desarrollo potencial del turismo. Pero vuelve a repercutir en el locatario lo que un artista puede hacer en un espacio público", indicó.
Una visión distinta planteó el concejal Leonel Herrera. "Esto es principalmente normar. El cambio importante de la comuna de Santiago se refleja en el casco histórico. La Plaza de Armas hace dos años era intransitable. En cambio, hoy tenemos un espacio absolutamente ganado. Aquí lo que queremos es que los locatarios pasen a ser coayudantes", declaró.