Para muchas familias, las mascotas son un miembro más. Por esto, estiman que a la hora de enfrentar la muerte, el entierro en el jardín no es la forma adecuada en que quieren dar el último adiós. En el marco de este sentir es que en Chile nació un nuevo negocio, el cual actualmente vive un auge. Se trata de la cremación de las mascotas.

"Encuentro macabro que una mascota que dedicó toda su vida completa a ti, uno lo entierre como cualquier cosa. Para mí es un crimen", señala Cristóbal Garnham, quien en agosto del año pasado vivió la pérdida de "Lombardo", su gatito que lo acompañó por cerca de un año y medio y falleció en un accidente.

Tras este hecho, Garnham decidió que "Lombardo" debía seguir con él para siempre de alguna manera, por lo que tras una búsqueda de internet y conversación con amigos, supo de la cremación de mascotas. En esta pesquisa, el joven llegó hasta el crematorio Eternapet, quienes le entregaron un servicio con varias prestaciones. Estas incluyen ir a buscar a la mascota fallecida, identificarlo con una ficha y número único, cremarlo, depositarlo en un ánfora que se elige a gusto del cliente, y devolverlo al hogar. Todo esto por $ 100 mil.

Este proceso, aunque era desconocido para Garnham, es una realidad en el país desde hace por lo menos 18 años. Y poco a poco comienza a masificarse. Así lo indica Eduardo Silva, dueño del crematorio Iners, el que funciona desde el año 2000. "Partimos incinerando entre 20 a 30 mascotas al mes, y hoy día estamos sobre 700 mascotas mensuales y la idea es llegar a mil este año", cuenta Silva.

Para el dueño de Iners, la tendencia por cremar las mascotas se debe a que ahora las personas ven a sus animales como un integrante más de sus familias, por lo que la muerte de ellos se debe asumir de forma responsable y con cuidado.

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El ánfora de una mascota.[/caption]

El primer paso en este sentido fueron los hoteles de mascotas y los cementerios. Ahora las familias están optando porque sus animales se queden con ellos, lo que pueden hacer gracias a las ánforas.

Los precios de incinerar a una mascota dependen del peso del animal y la capacidad del horno en el que se quemarán sus restos, pero por lo general lo mínimo que cuesta es $ 50 mil, porque el encender el horno tiene un costo elevado.

El valor de este servicio no fue un factor que a Marcia Peña le impidiera acceder a él. En menos de dos años ha gastado $ 500 mil en la cremación de sus mascotas "Anto" (perrita) y "Martín" (gato).

"Quise cremarlos para tenerlos más cerca de nosotros. Es importante que sigan presentes, porque fueron como hijos de la familia", explica Peña.

La dueña de "Anto" y "Martín" hizo el proceso en el crematorio Memorypet, donde uno de los dueños y operador del horno, Eduardo Mercado, explica que para tranquilidad de los clientes, pueden estar presentes en las incineraciones.

"Los dueños de las mascotas quieren participar en el ritual e incluso nosotros los dejamos poner las cenizas en las ánforas para dar el último adiós", señala Mercado.

Tal como en Memorypet, en otros crematorios entregan videos certificados con la incineración de la mascota, como fue el caso de Cristóbal Garnham, quien recibió un CD con el proceso de "Lombardo".