Continúa el incremento en la actividad que por más de una semana presenta el volcán Villarrica y, por disposición del Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile (Sernageomin), se mantiene la alerta amarilla desde el martes de la semana pasada para las comunas de Villarrica, Pucón, Curarrehue, en la Región de La Araucanía y, Panguipulli, en la región de Los Ríos.

El último reporte entregado por Álvaro Amigo subdirector nacional (s) de Geología de Sernageomin -luego de mejorar las condiciones de visibilidad-, destacó que “en los últimos días lo que hemos observado después de estar cubierto el volcán por nubosidad, hemos comenzado a observar cierta actividad a nivel superficial en las cercanías y al interior del cráter hay evidencias de que el lago de lava, está muy cercano a la superficie y está siendo alimentado por gases que revientan en superficie y que genera pequeñas explosiones, que lanzan lava incandescente en el entorno del cráter del volcán Villarrica”.

A su vez, Virginia Toloza, encargada de la unidad de Geología y Peligros de Sistemas Volcánicos, explicó que la alerta amarrilla en la que se encuentra el volcán Villarrica, “es totalmente coherente con la actividad observada en los últimos días, particularmente la noche de ayer, con esta incandescencia en la zona cratérica y que es coincidente con los parámetros sísmicos principalmente elevados de su umbral base y por ello, está alerta amarilla”.

La alerta amarilla mantiene en un radio de restricción de 500 metros al maciso andino, para los excursionistas y para los prestadores de servicios como las empresas de turismo que operan en la zona.

Desde la Onemi se han entregado instructivos para que las comunas de Pucón, Villarrica, Curarrehue y Panguipulli, para tener actualizados sus mapas de riesgos volcánico, zonas de evacuación y protocolos de emergencia a usar por la población que reside en áreas cercanas a lahares, ante una eventual erupción del volcán Villarrica de 2.847 mts de altura, uno de los más activos de Sudamérica y que se mantiene con expulsión de material incandescente y un aumento en la sismicidad perceptible, más allá de los parámetros normales de hace dos semanas anteriores.