Qué terrenos usar o adquirir. Cómo ordenar los criterios y la información. Dónde hacerlo. Y qué decisiones tomar. Esos son solo algunos de los ítems a la hora de establecer una política de gestión de suelo. No es un tema menor. La realidad de miles de personas que viven como allegadas y el creciente número de campamentos formados durante los últimos años exigen focalizar los recursos en materia de proyectos habitacionales.
Frente a ese escenario, el Plan para la Gestión de Uso de Suelo, del Ministerio de Vivienda y Urbanismo -cuyo objetivo es justamente canalizar la información de terrenos, para la mejor evaluación y toma de decisiones- tiene su primer balance y resultados.
En junio pasado, el Minvu creó el Banco de Suelo, que contempla suelos públicos y privados con interés de compra del Minvu para proyectos habitacionales. Esta herramienta integra información de Bienes Nacionales, Subsecretaría de Desarrollo Regional, Ferrocarriles del Estado y el Servicio de Vivienda y Urbanización, entre otros. Y depende, a su vez, de la Secretaría Ejecutiva para Gestión de Uso de Suelos.
Según información oficial del Minvu, actualmente el Banco de Suelo maneja una carpeta total de 1.827 hectáreas disponibles para soluciones habitacionales en todo Chile, de las cuales 448 ha corresponden a la RM, donde ya hay proyectos en ejecución.
Estas hectáreas se desglosan en dos esferas. Una es la de terrenos que no pertenecían al Minvu y que fueron adquiridos para el Banco de Suelo durante estos meses de gestión. Se trata de 76 terrenos, equivalentes a 155 hectáreas, que implicaron una inversión de 2,1 millones de UF (más de $ 60 mil millones), previstos para la construcción de cerca de nueve mil viviendas.
Estos sitios se concentran principalmente en las regiones Metropolitana, Valparaíso, Antofagasta, Los Ríos y La Araucanía. Solamente en la RM se ha gestionado la compra de 33 ha, en las cuales se espera construir proyectos habitacionales para cerca de dos mil familias.
Herramienta digital
La cartera explicó que “la selección de los terrenos se logró a través de una herramienta digital, con la cual se visualiza la inversión habitacional y urbana del Minvu en los últimos 10 años, y los terrenos identificados para la compra, generando polígonos de integración urbana”.
El objetivo es que sean lugares con buen acceso a transporte, establecimientos educacionales, centros de salud y otras variables sociales.
Por otro lado, la gestión de suelo considera también terrenos que ya son propiedad del Minvu, lo que se acelera a través de Planes Urbanos Habitacionales (PUH).
Actualmente, se trabaja en 39 PUH en 15 regiones, que contemplan las otras 1.672 hectáreas del Banco de Suelo, donde se planean 84 mil soluciones habitacionales. De hecho, este 2020 se construirán 5.335 viviendas en terrenos PUH y para 2021 se iniciarán otras 10 mil unidades.
El ministro de la cartera, Felipe Ward, explicó que “el Banco de Suelo es un pilar fundamental de nuestra gestión para la adquisición y el aseguramiento de suelo bien localizado, idealmente en zonas centrales, conectado con la ciudad y que nos permita construir más viviendas de alto estándar y donde se garantice una mayor integración social para las familias”.
Agregó que “la compra y gestión de estos terrenos nos permite hoy tener una visión estratégica en la planificación territorial de las ciudades”.
Realidad imperiosa
Luis Fuentes, director del Instituto de Estudios Urbanos de la UC, valoró la gestión y la necesidad objetiva que existe detrás de ella.
“Creo que para ser un balance hecho a cuatro meses de iniciado el plan es algo que llama al optimismo. Las cifras son buenas ante una realidad que de verdad es urgente. La misma pandemia ha evidenciado muchas carencias y desafíos de la política social en este ámbito”, manifestó.
Algo similar opinó Sergio Baeriswyl, presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano: “La materialización del Banco de Suelo es un paso muy significativo para alcanzar uno de los objetivos de la Política Nacional de Desarrollo Urbano y de su Agenda Social Urbana, en el déficit habitacional del país. La emergencia sanitaria ha evidenciado las fuertes diferencias sociales y urbanas que arrastran las ciudades por décadas y ha acelerado la aparición de campamentos”.
Añadió que “esta es una respuesta adecuada y otorga un rol más activo por parte del Estado en el acceso a terrenos bien ubicados para el desarrollo de conjuntos de viviendas con integración social. Un buen suelo urbano será siempre el que cuente con buen acceso a bienes y servicios urbanos. La acción estratégica del Banco de Suelo Público podrá también incidir en la disminución de los costos finales de los proyectos, lo cual hará más eficiente el gasto público en momentos de austeridad económica”.