Un día después del término del conflicto portuario, poca gente transitaba hoy en el Barrio Puerto de Valparaíso. "Debe ser porque andan comprando regalos", supone Francisco García, director de la Asociación Gremial de Dueños de Lanchas Fleteras y de Turismo del Muelle Prat (Aglafletur). Debido a las protestas durante el paro, los ingresos de los 60 lancheros que integran el gremio disminuyeron cerca de 90%, lo que se traduce en pérdidas por más de $ 2,2 millones. A ello se suma el convenio de tarifado que Aglafletur sostiene con la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV) por el uso del borde costero, según el cual los socios deben cancelar en temporada alta una cifra que supera $ 600 mil mensuales.

"Los portuarios recibieron su bono y están contentos y felices en sus casas, pero no vieron todo el daño que se hizo a otras personas. Sus hijos van a tener Navidad, pero los hijos de los lancheros no. ¿De dónde vamos a sacar dinero para comprar los regalos?", denuncia Andrea Concha, secretaria de Aglafletur, quien prevé que el mayor descalabro económico se producirá en Año Nuevo.

Para el 15 de diciembre ya tenían confirmadas 50% de las reservas de paseos en lancha, que solo esa noche les permiten generar ingresos por hasta $ 70 millones. Por este motivo, los lancheros esperan concretar nuevas reservas en los días previos a fin de año.

Lo mismo anhela Myriam Viveros, administradora del restaurante La Picá de la Araña, ubicado en calle Blanco esquina Goñi. Desde la puerta se observa, cruzando la calle, la entrada al Sindicato de Estibadores, zona cero del conflicto portuario. La empresaria recién retomará hoy la venta de pescados y mariscos, luego de tres semanas a puertas cerradas. "Con lacrimógenas, piedras y escombros no podíamos trabajar", comenta. Mientras termina de quitar el tizne del suelo y de barrer la entrada, Viveros se queja de que debido al paro dejó de recibir entre $ 3 y $ 5 millones.

Para peor, debe costear las reparaciones del local, que sufrió rayados, cortinas impregnadas con gas lacrimógeno y un cartel roto por las pedradas.

Justo al lado, Casa Arte volvió a dictar este fin de semana clases de música, danza, arte y fotografía, luego de permanecer cerrada por los enfrentamientos que se producían a escasos metros del centenario edificio. El conflicto causó que el centro cultural opere con solo 50% de sus ingresos habituales, según indica su administradora, Tatiana Farmer. Por lo mismo, espera que se concrete el programa de colaboración económica anunciada por la Municipalidad de Valparaíso.

Luego de escuchar a los representantes del comercio local, la alcaldía comprometió un paquete de ayuda económica que será detallado en los próximos días, además de establecer una prórroga para el pago de patentes y derechos de aseo, que usualmente caduca el 31 de diciembre. "A ningún comerciante, a ningún miembro del turismo lo vamos a dejar solo", aseguró el jefe comunal, Jorge Sharp.