El Brexit quedó en el limbo. Esa podría ser la principal conclusión y el escenario más probable que se abre a partir de ahora en Reino Unido después de que la Cámara de los Comunes rechazara por abrumadora mayoría el acuerdo negociado entre Theresa May y la Unión Europea para la salida de Londres del bloque. Pero los votos superaron las expectativas. Esto, porque 432 parlamentarios rechazaron el plan de la primera ministra conservadora para el Brexit, que debe concretarse el próximo 29 de marzo, mientras que 202 legisladores lo aprobaron.

Tras cinco días de debate parlamentario, luego de que la premier británica postergara la votación inicial del 11 de diciembre ante la clara derrota que recibiría en el Parlamento, la diferencia de 230 votos contra May se transformó en el mayor fracaso parlamentario de un gobierno británico en la era democrática. Según el diario The Guardian, las derrotas del gobierno por más de 100 votos son cada vez más escasas. Los únicos datos registrados en el siglo XX se produjeron durante un gobierno obrero minoritario en 1924 y por 166 votos.

Minutos antes de la votación y como su última carta, May pronunció un discurso, entre gritos y elogios por parte de los diputados, para intentar convencer a los legisladores de aprobar su plan, haciendo un llamado a la responsabilidad y al respeto de las mayorías. Esto, porque en el referendo de 2016 los británicos aprobaron con un 52% la opción de dejar la Unión Europea. Theresa May llegó a ser primera ministra tras esa consulta, que provocó la salida anticipada de su correligionario, David Cameron.

"Después de todo el debate, de todo el desacuerdo y toda la división, ha llegado el momento de que todos nosotros en esta Cámara tomemos una decisión. Una decisión que definirá a nuestro país en las próximas décadas", afirmó May. Pero poco influyó en los legisladores el mensaje desesperado de la premier conservadora, que advirtió de "incertidumbre, divisiones y de un riesgo" concreto "de no negociar o negar el Brexit".

¿Qué viene ahora?

Tan contundente fue la derrota, que nada menos que 118 miembros de su propio partido (de 314) rechazaron el acuerdo. Al mismo tiempo, la oposición laborista exigió una moción de censura, que será sometida a votación a las 19.00 de Londres. "Esta es una derrota catastrófica. La Cámara de los Comunes ha emitido su veredicto sobre el acuerdo", dijo Jeremy Corbyn, cuyo Partido Laborista apuesta por un escenario de elecciones anticipadas.

Si la moción de censura contra el gobierno obtiene mayoría, este tendrá 14 días para lograr obtener el apoyo del Parlamento. Si aquello no se logra entonces deberán realizarse elecciones, originalmente previstas para el 5 de mayo de 2022.

Sin embargo, es probable que pese a todo, May pueda sobrevivir, una vez más. Esto, porque los conservadores que votaron en contra de su plan, se terminarían alineando con el partido para evitar la caída de May e impedir que la salida anticipada de la primera ministra pavimente el camino al poder a los laboristas.

Si la Cámara de los Comunes confirma la confianza en la premier conservadora, May sostendrá reuniones con un "espíritu constructivo" con el norirlandés Partido Unionista Democrático (DUP), socio del gobierno, y parlamentarios de alto rango para identificar qué se necesitara para asegurar un respaldo al acuerdo con la UE. Las ideas que surjan serán discutidas con la Unión Europea, y May deberá regresar al Parlamento el próximo lunes 21 para presentar su plan B.

El problema es que cada bancada quiere imponer su propio camino, desde más plazo para la salida hasta un eventual segundo referendo. Por ejemplo, el DUP , que votó en contra del acuerdo, señaló que apoyará al gobierno en la moción de censura porque quieren "un mejor acuerdo", especialmente por el controvertido tema de la frontera entre las Irlandas.

A su vez, el Partido Nacional Escocés (SNP), pidió una extensión del Artículo 50, que establece que el 29 de marzo Reino Unido deberá abandonar la UE, para dar paso a un período de transición. Esta extensión podría aplazar el Brexit.

"Segundo referendo"

La ministra primera de Escocia, Nicola Sturgeon, señaló que "la realidad es que un segundo referendo, con la opción de 'permanecer' en el voto, es ahora la única opción creíble para evitar daños incalculables a la economía y las perspectivas de las generaciones futuras".

En efecto, si ninguna de las opciones planteadas logra un acuerdo parlamentario, Reino Unido podría salir de la UE sin ningún tipo de pacto, lo que generaría enormes riesgos económicos, aduaneros y fronterizos. Otra opción es que el Brexit incluso podría ser revocado, según el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Por ahora, el Brexit se parece cada vez más a una pesadilla.