Un violento ataque a dos monjas de la Congregación Hijas de San José Protectoras de la Infancia fue denunciado este martes.
El hecho ocurrió durante la madrugada del 27 de enero en el convento de esa orden religiosa que está ubicado en calle Esperanza, en el barrio Yungay, comuna de Santiago, a tres cuadras de la casa del Presidente Gabriel Boric.
Dos sujetos armados con cuchillos y armas de fuego, que serían extranjeros, saltaron los muros, caminaron por los techos e ingresaron al recinto. Con la finalidad de robar dinero, los delincuentes abordaron a dos religiosas: las amenazaron con los cuchillos en las costillas, las amarraron de manos y pies, y amenazaron con violarlas.
El grave episodio quedó al descubierto en una carta en El Mercurio, enviada por la periodista Eva Lehto, exalumna del Colegio María Luisa Villalón. En diálogo con La Tercera, Lehto señaló que las religiosas Rosa Elena Bahamondes y Cecilia Muñoz tienen cerca de 60 años de edad.
En su proceder, los sujetos cortaron la luz del lugar, por lo que dejaron las cámaras inhabilitadas. Con las mujeres amarradas, los antisociales comenzaron a revisar el convento. De acuerdo a la denuncia de la madre superiora, indicó Carabineros a este medio, se llevaron cerca de $1 millón en efectivo.
“Afortunadamente no se toparon con las demás religiosas, quienes tienen avanzada edad, algunas con alzhéimer y que ya no cuentan con autonomía para desplazarse. Las hermanas que vivieron la situación se llevaron la peor parte y, por supuesto, que están muy afectadas, pues vivieron la mañana más trágica de sus vidas”, señala Lehto.
Los sujetos se dieron a la fuga y están siendo buscados. Carabineros llegó al lugar y tomó la declaración de las afectadas en la mañana del sábado y la Fiscalía Centro Norte instruyó que el caso sea indagado por la Sección de Investigaciones Policiales de Carabineros.
El teniente Óscar Valdés, del departamento de Comunicaciones de Carabineros, señaló que se había incautado “importante evidencia” en el marco de la investigación.
“La delincuencia perdió todos los códigos y los escrúpulos al atacar a estas mujeres. Urge justicia para estas religiosas, así como para todos aquellos que han sufrido a causa de la delincuencia”, cierra Lehto en su misiva.