En abril de 2019 y en un intento de hacer frente al avance que registraba la moción parlamentaria que legalizaba la eutanasia, el gobierno ingresó a la Cámara de Diputados el proyecto de Cuidados Paliativos, con miras a entregar una atención adecuada a las personas que se encontraran con un diagnóstico grave o fatal.
Después de dos años de tramitación, la normativa fue aprobada y el mes pasado se publicó en el Diario Oficial. En ella se reconocen, protegen y regulan los derechos de las personas con enfermedades terminales, con el objetivo de que tengan un “buen morir” a través de atenciones que atenúen las dolencias. Se trata de una regulación que entrará en vigencia en marzo próximo, una vez que esté listo el reglamento que elaboran en el Ministerio de Salud. Este contendrá las orientaciones necesarias para regular estos tratamientos.
También se está a la espera de que se apruebe en el Congreso el Presupuesto nacional, pero está proyectada una inyección de recursos que alcanza a los 13 mil millones de pesos, destinados a la contratación de profesionales, la compra de fármacos e insumos.
Aunque ya hay unidades de cuidados paliativos, la ley abre el acceso para la atención de pacientes terminales no oncológicos que requieren de está atención, ya que las personas que padecen cáncer y requieren este tipo de cuidados están actualmente cubiertas por GES.
Ximena Neculhueque, jefa del Departamento de Rehabilitación y Discapacidad del Ministerio de Salud, dice que “actualmente contamos con 136 unidades de cuidados paliativos en establecimientos hospitalarios de distintos niveles de complejidad, que ampliaremos en forma progresiva hacia la atención de los pacientes no oncológicos, esperando sumar 5.000 personas el primer año, tanto en la red de atención primaria como en hospitales”.
Puntos claves de la ley
El ministro de Salud, Enrique Paris, enfatiza en la importancia de esta nueva normativa y también explica que “esta ley reconoce y otorga derechos a las personas con enfermedades terminales en relación a cuidados paliativos. Además, establece la obligación del Estado para facilitar el acceso a los cuidados paliativos en todos los niveles de atención de salud. Y establece un registro clínico de las personas que reciben o van a recibir estos cuidados en sus domicilios”.
También considera la educación, el apoyo psicológico a los familiares cercanos y a los cuidadores no remunerados, tanto durante el proceso de cuidados paliativos como en el período posterior a su muerte.
Caroll López, jefa de la Unidad Cuidados Paliativos del Hospital Sótero del Río, explica en qué consisten estos tratamientos: “Considera el manejo de síntomas que se presentan en las etapas más avanzadas de una enfermedad, donde existe lo que se conoce como el dolor total que abarca lo que es dolor físico, espiritual, emocional y el social. Por eso, nosotros nos enfocamos en esas áreas y desde ese punto de vista manejamos a nuestro paciente”.
Por esta razón, para cubrir todas las necesidades de los pacientes, tanto físicas como emocionales, las atenciones son realizadas por un grupo variado de especialistas, como por ejemplo médicos, enfermeros, sicólogos e incluso trabajadores sociales.
En el caso de la nueva normativa, considera tanto la atención ambulatoria, como también la hospitalización en el caso de ser necesario y priorizará la atención domiciliaria.
La jefa de la Unidad de Cuidados Integrales y Medicina Paliativa de la Clínica Universidad de los Andes, la doctora María Soledad Oltra, recalca la importancia de este proceso: “Permite abordar mejor el sufrimiento que traen las enfermedades avanzadas, por los síntomas físicos y los cambios emocionales y espirituales que significa la cercanía a la muerte, porque esto trae una serie de preguntas como la existencia y el sentido de la vida, por lo tanto la importancia va en la contención emocional y en entregar la ayuda para un cierre biográfico de la forma más saludable posible”.
El enfoque educativo
La ley también establece que los centros de educación superior que impartan carreras de salud deben incorporar dentro de sus currículums contenidos relacionados con los cuidados paliativos.
Alfredo Rodríguez, miembro de la Unidad de Cuidados Paliativos de la Red Salud UC Christus y académico de la Universidad Católica, destaca esta medida: “Es fundamental para impactar en la calidad de vida de las personas, porque así pueden identificar aquellos que necesitan este tratamiento, además de poder hacer control sintomático, cómo manejar el dolor o la sensación de ahogo”.
La directora del Departamento de Formación Integral e Inclusión de la Universidad de Santiago de Chile, Daniela Alburquerque, cree que hay que ampliar más. En este sentido, indica que “para un un buen morir hay que hacer una abordaje interdisciplinario. Yo creo que para hacer una conformación en torno a esta experiencia no deben ser convocadas solo las carreras del área de la salud, sino que también carreras del campo de las ciencias sociales, de la salud mental y también una mirada desde el derecho y la cultura”.