Hubo llamados a cadenas de oración para encontrarlo. Su imagen se difundió por redes sociales los primeros días del estado de emergencia.

Era una búsqueda angustiosa. José Atilio Arancibia Pereira, de 74 años, había desaparecido en medio del estallido social en la Región Metropolitana y, además, padecía de alzhéimer.

El domingo 20 por la tarde, tras la primera jornada de toque de queda, Arancibia salió con una de sus hijas a observar lo que estaba ocurriendo en avenida Santa Rosa. A esa hora un incendio consumía el edificio de Construmart. Desde distintos puntos de Santiago se observaba una gran nube negra con material tóxico. El caos se apoderó de ese sector de La Pintana. La gente corría de un lado a otro, hasta que de un momento a otro "don Tilo" desapareció. Su hija lo buscó incansablemente sin resultados.

El lunes 21 a primera hora la familia hizo la denuncia ante la Fiscalía Sur por presunta desgracia. Sus nietos salieron a difundir su imagen aún con la esperanza de que estuviera desorientado y que alguien advirtiera de su enfermedad y lo trajera de vuelta a casa. Hace una década, Arancibia había comenzado con episodios de demencia senil temprana y en los últimos años ya se le había diagnosticado Alzheimer. Era conocido en el barrio. Pero ese día de las protestas pocos recuerdan haberlo visto, sólo algunos cuentan que lo habían visto en el tumulto vestido con short claro, color crema, polera celeste, jockey y chaqueta.

Tres días después de su desaparición un examen de ADN realizado por el Servicio Médico Legal (SML) confirmó los peores miedos de la familia Arancibia. Uno de los cuerpos encontrados al interior de Construmart correspondía a su padre. No era un saqueador, como se sindicó tempranamente a todas aquellos -algunos aún sin identificar- que fallecieron al interior de recintos que tras ser saqueados fueron focos de incendios intencionales. Pero "don Tilo" no pertenece a ese grupo. Era un anciano que salió curioso a ver qué estaba ocurriendo y que, según las hipótesis de los investigadores, debe haber seguido a la multitud e ingresado al recinto en el cual perdió la vida.

La familia no quiere hablar de lo ocurrido. Algunos están molestos porque ha sido vinculado a los actos de vandalismo que se investigan. Uno de sus sobrinos escribió en su muro de Facebook un mensaje de despedida: "Espero que la vida de mi tío sea la semilla para un nuevo Chile".

Las búsquedas virales

En los últimos días en redes sociales circula información que ha surgido a propósito del estado de emergencia. Videos de supuestos excesos policiales y militares, de marchas multitudinarias, coordinación de protestas, noticias falsas y también personas perdidas son habituales en Twitter, Facebook e Instagram.

"Buscamos a Oscar Bravo Santana, está desaparecido desde el sábado cuando fue a protestar". La imagen mostraba a un menor de 15 años cuyo rastro se había perdido en el marco de las movilizaciones nacionales. Rápidamente los usuarios de las redes sociales se referían a su situación como "desaparecidos". Fiscales y policías comenzaron a hacer eco de las búsquedas, algunas de las cuales ni siquiera habían sido reportadas ante la autoridad mediante la denuncia de presunta desgracia.

Los rostros de Óscar, Francisco Álvarez, Kassandra Acevedo -y teléfonos para entregar información sobre su paradero- comenzaron a viralizarse. Sin embargo, pasados unos días todos estos jóvenes aparecieron. En el caso de Óscar Bravo había salido a protestar, pero después decidió quedarse en la casa de un amigo si avisar. Sus padres no ocupan teléfono. Aún así, preocupados por lo ocurrido, le pidieron ayuda al abogado Carlos Badilla, quien decidió ir hasta la 33 Comisaría de Ñuñoa y ayudar a quienes no encuentren familiares. Es voluntario, dice, y que ayudará el máximo posible hasta que pase el estado de emergencia. Francisco y Kassandra también aparecieron.

En el Ministerio Público no existe en los últimos días aumento en las denuncias por presunta desgracia.

La información de Fiscalía es refrendada por datos de la Brigada de Ubicación de Personas de la PDI. Desde el jueves 17 hasta este jueves 24 se registran 26 denuncias en el país por presunta desgracia. Un número que -explican las mismas fuentes- no excede la normalidad de personas que acuden a la justicia en busca de un familiar perdido. De estas, sólo una tendría que ver con la situación de estado de emergencia y -según se investiga- tendría que ver con una de las víctimas encontradas tras el incendio en la bodega Kayser.