En medio de la crisis que vive el Episcopado, producto del cuestionamiento que el Papa Francisco les hizo a todos los obispos chilenos, entre otros temas por su manejo frente a los abusos, un nuevo hecho complica a la Iglesia Católica criolla. En específico, al Arzobispado de Santiago, luego de que este jueves esta entidad confirmara que el sacerdote que ejercía como canciller desde junio de 2011 fuera "relevado" de sus funciones el pasado 2 de enero, después de que él mismo se autodenunciara por un caso de abuso.

A través de un comunicado de prensa, la Iglesia de Santiago informó a La Tercera que "el día martes 2 de enero del año en curso, el presbítero Óscar Muñoz Toledo (56) se autodenunció por abuso. Tras ello, se implementaron medidas cautelares, siendo relevado de sus cargos de canciller de la curia y párroco, prohibiéndosele -además- el ejercicio público del ministerio sacerdotal".

La comunicación continuó así: "Una vez concluida la correspondiente investigación previa, el expediente fue enviado a la Congregación para la Doctrina de la Fe, de la Santa Sede, organismo competente para juzgar estas materias".

Como es sabido, el protocolo del Vaticano estipula que todos los casos que involucran eventuales abusos a menores de edad son vistos por la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es el órgano competente en ese tipo de instancias. También trascendió que el presbítero Muñoz reside actualmente junto a su entorno familiar y no en una casa del clero.

Tras su suspensión, según aparece en la página web del arzobispado, quien desempeña en estos momentos el rol de "canciller interino" es el sacerdote Jorge Sáez.

La autodenuncia de Muñoz fue hecha dos semanas antes de que, en enero pasado, llegara el Papa Francisco a Chile. La situación que se investiga habría ocurrido fuera del entorno religioso. Se indicó que no se hizo una denuncia al Ministerio Público, pues en este tipo de casos se deja a criterio de las eventuales víctimas si quieren ellos hacer la presentación, buscando resguardar su privacidad.

Este hecho se conoce ahora, tras la llegada de los obispos de su encuentro en Roma con el Papa. El pasado viernes, el cardenal arzobispo, Ricardo Ezzati, señaló, respecto de la renuncia de los 31 prelados, que "hemos puesto a disposición del Papa nuestro ministerio, para que él decida las acciones más oportunas". Y al ser consultado si estaba en conocimiento de los presuntos encubrimientos de abusos que acusó el Pontífice, con la destrucción de archivos, respondió que para él "son una novedad también".

Relevancia

El cargo de canciller de la curia de Santiago es relevante dentro de la actividad del arzobispado. Se trata de un asesor directo del cardenal Ezzati y quien debe firmar los decretos junto al titular de la arquidiócesis.

La web de la Iglesia de Santiago define a la Cancillería como "un departamento oficial de la curia arquidiocesana que tiene como principales funciones organizar y custodiar todos los documentos y actas concernientes a la arquidiócesis, las parroquias y entes canónicos".

También administra un archivo propio, en el que se guardan carpetas con documentos y escrituras particulares de cada parroquia, sacerdotes y departamento.

Alejandro Álvarez, abogado canonista y vocero de la Fundación Voces Católicas, explicó que "para entender este tema, se trata de un ministro de fe. Su principal rol en la curia es actuar en actos solemnes, como en la vida pública lo haría un notario".

Agregó que "aquí lo preocupante, y que se podría prestar para suspicacias, es que pudiera tener relación con causas judiciales. Sin embargo, no la tiene, sino solamente en su papel de ministro de fe. No accede a la actuación judicial".

Álvarez también destacó que el Derecho Canónico establece que el canciller debe ser una persona "de buena fe", que no tenga objeciones de su integridad de vida. Alguien intachable. "A mi modo de ver, que se haya autodenunciado es un paso correcto de su actuar, para dar un paso al costado y que se esclarezca todo", dijo.

Desde 2000

Óscar Muñoz dio sus primeros pasos en el mundo religioso como laico, en la capilla Santa Cruz, de Macul, mientras desempeñaba funciones de comercio exterior en una entidad bancaria.

Luego estudió para sacerdote en el Seminario Pontificio Mayor de Santiago. Es bachiller en ciencias religiosas. Y el 3 de junio de 2000 fue ordenado sacerdote por el cardenal Francisco Javier Errázuriz.

Ya dentro de la Iglesia, fue vicario parroquial de la Transfiguración del Señor y en junio de 2003 fue designado párroco de la Inmaculada Concepción, en Maipú. También se desempeñó como vicecanciller del Arzobispado de Santiago desde agosto de 2003. En el caso Karadima, ayudó a tomarles declaración a algunas víctimas y testigos.