Esmeralda Quezada es una trabajadora social de 75 años, que figura en el peritaje en manos del juez Carroza como una de las personas que más menores derivó (46 casos). En entrevista con La Tercera, señala cómo se llevaban a cabo los procesos de adopción.
Según el peritaje, usted habría participado en el proceso de adopción de 46 menores.
No es tan así. No voy a dar cifras de cuántos porque tampoco recuerdo caso por caso, pero si dicen que son 46, los 46 tienen número de causa-rol en los registros del tribunal, junto con una declaración de las madres o los informes sociales nuestros.
¿Cuál era la situación de las madres que daban en adopción?
En esa época había campamentos de una habitación con nueve o diez personas. Chicos que se morían por problemas sanitarios. Otros estaban con desnutrición, algo que ahora no existe. Antes estaba llena la corporación de niños desnutridos, la Conin (Corporación de la Nutrición Infantil). Los menores se recuperaban y luego las madres no querían hacerse cargo, porque otra vez se iba a desnutrir o a morir el niño. Entonces eran derivados a un hogar provisorio que se creó antes del hogar de lactantes.
¿En qué consistía el proceso?
Hay que entender cómo era la situación en esos años. Primero, era difícil ubicar a las personas, no existía la tecnología de hoy. Segundo, el aborto nunca fue permitido, entonces había muchas jóvenes violadas y que veían la adopción como una alternativa, por eso llegaban al servicio social del hospital a decir que no podían llevarse al niño, que no estaban en condiciones de asumir. Y la asistente social del hospital, por encargo del director, denunciaba el caso al Tribunal de Menores. Posteriormente, el juzgado de menores veía si había la lista de matrimonios que solicitaban niños.
En el informe se señala que la mayoría de los menores fueron a EE.UU.
No sé, esas son agencias. Telma Uribe trabajó con algunas agencias, con matrimonios que venían de agencias. Yo trabajé nada más que con el centro de adopción sueco, porque yo mantuve un trabajo en un hogar de menores y prácticamente era gratis.
¿El Centro de Adopción Sueco era una institución directamente de Suecia o había sede en Chile?
No, el Centro Sueco se llamaba Sociedad Sueca para el Bienestar Internacional del Niño. Era un programa con apoyo gubernamental para las parejas que eran estériles. Si hay algo de respetable en los suecos es que no mienten. El sueco no es como el chileno, no es mentiroso... Ahora es dolorosa la situación, porque nos señalan como que vendíamos a los niños. Y eso es algo absurdo y muy feo. Causa consternación en muchos, porque hay mujeres que nunca contaron nada, ni a sus maridos ni a sus hijos les dijeron que entregaron a un niño en adopción o que lo dejaron en el hospital, entonces si alguien les da el dato de esa mujer, ¿qué va a decir? Ante sus familias es otra situación.
¿Y respecto a su labor en las adopciones?
Siempre he estado orgullosa de ello. ¿Sabe por qué? Porque tengo contacto con esos niños. Estos años han muerto, muchos niños en el Sename. Muertos por negligencia. Nosotros salvamos a todos esos niños porque ellos están vivos, con familia. Crecieron con amor, son gente honorable y educada. Yo podría haberlos dejado en una casa de menores, ¿pero dónde iban ellos al final? A la prostitución, a la vagancia, a la delincuencia, al Sename. ¿Y de ahí a dónde?
¿Podría asegurar, entonces, que estos procesos no habrían sido irregulares? ¿No había tráfico de niños o sustracción de menores?
En los casos del centro sueco, no. Le aseguro que en los casos del Centro de Adopción Sueco no. Era una alternativa más para los niños que estaban en situación de abandono, dando prioridad a los matrimonios chilenos. El Centro de Adopción Sueco fue el modelo del Sename. En esos tiempos se hizo mucha difusión para que matrimonios chilenos adoptaran, porque ese era nuestro problema, que las familias no adoptaban.
En las cartas de Telma Uribe, ella señalaba, por ejemplo, que de repente se complicaban las adopciones por la tramitación de la nueva ley.
No se empezaron a complicar las adopciones. El año 86, por ahí, el centro (sueco) dijo "no más", porque afortunadamente se creó el Sename y luego estaban adoptando acá. Yo fui presidenta del Colegio de Asistentes Sociales y en lo que más insistíamos era en las adopciones nacionales. Ocurrían a través de los consultorios, cuando detectaban a las madres que no querían hacerse cargo de sus hijos. Ahí les decíamos que tenían posibilidades a través de una familia que no dejara a los niños abandonados, porque los niños quedaban a veces abandonados en las puertas de los hospitales. Son casos muy increíbles. Aun así hay niños en Suecia que saben perfectamente sus orígenes.
La PDI va a revisar el informe sobre Uribe
No importa. Ella es y fue muy profesional. No creo que encuentren nada. No es por ahí la cosa, sino por otros lados. Por los matrimonios que a veces se contactaron con religiosas. Pero los asistentes sociales difícilmente nos vamos a meter en cuestiones raras, y nunca nos contactamos directamente con una mamá. A veces ellas nos contactaban a nosotras y les decíamos que tenían que ir al tribunal. Todas las causas en las que nosotros participamos fueron de niños que no tenían ninguna chance aquí y el tribunal solicitó la posibilidad de ser ubicados en matrimonios extranjeros.