El 3 de noviembre de 2020 un centenar de efectivos del OS-7 de Carabineros llegó hasta el sector Patagua, en la comuna de La Ligua, Región de Valparaíso. Las pesquisas habían arrojado que ahí había miles de plantas de marihuana cultivadas en un amplio predio de la zona, sin embargo, cuando la redada comenzaba, desde los cerros cayó una ráfaga de disparos.

La diligencia dejó un efectivo de Carabineros lesionado, los narcotraficantes arrestados, la marihuana incautada y un dato: las bandas que están produciendo las plantas se reforzaron.

Lo que era una hipótesis que circuló entre marzo y diciembre en el OS-7, finalmente tuvo su respaldo basado en las cifras de los decomisos: la producción interna de marihuana creció, en comparación con 2019, durante el 2020. Y lo más probable, estiman los investigadores, es que mientras dure la pandemia en 2021 continúe el aumento.

Según estadísticas del departamento especializado en la investigación del tráfico de drogas de Carabineros, durante 2020 se requisaron 143.835 plantas de marihuana en territorio nacional, lo que significa un 29% más que en 2019 (ese año se incautaron 111.865).

Las plantas de cannabis detectadas por el OS-7, si se hubiesen procesado y comercializado, hubieran aportado US$ 161 millones para el crimen organizado.

El jefe de Operaciones Antidrogas del OS-7, comandante Tulio Muñoz, señaló que “a través del análisis de información se ha detectado un aumento en la producción de marihuana elaborada con mayores niveles de organización, uso de armas y tecnología vinculada a las plantaciones, tales como la tecnificación en la forma de riego, mejor y mayor resguardo de las plantas en su etapa de crecimiento, entre otras”.

Desde Carabineros agregaron que el cierre de fronteras, a raíz de la pandemia, explica el porqué del aumento la producción interna. Uno es que como los pasos están cerrados y hay un control más focalizado, las bandas no pueden ingresar drogas. El otro es que los grupos de narcotraficantes están inyectando más recursos en crear mejores cepas de cannabis.

Misma lectura tiene el director de la Unidad Especializada en Tráfico de Drogas de la Fiscalía Nacional, Luis Toledo. “El cierto que el cierre de fronteras por el Covid -19 ha generado un aumento en el cultivo y plantaciones de marihuana, pero, además, hay otro fenómeno: organizaciones que están reconvirtiendo su rubro”.

Toledo explicó que las bandas de narcotráfico que antes internaban pasta base y clorhidrato de cocaína están dando un giro hacia la producción de marihuana indoor, “con mayor potencia adictiva y con sistemas sofisticados de riego”.

En ese sentido, desde el OS-7 advirtieron que durante el 2020 detectaron plantaciones indoor que antes no se veían. Por ejemplo, el 2 de diciembre del año pasado decomisaron 2.504 plantas de marihuana en la localidad de Punitaqui, en la Región de Coquimbo. El sector era árido, pero con una fuerte inversión en riego automático.

En la Fiscalía Nacional agregaron que el Covid-19 desató este fenómeno, no solo en Chile, sino que a nivel mundial. Toledo indicó que “activamos coordinaciones con la fiscalía española, porque esto está ocurriendo allá también, desde el segundo semestre del año pasado. Incluso, allá se están usando adultos mayores para cultivar indoor y así arriesgar menos sanción penal”.

El subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, sostuvo que este “es un fenómeno asociado a la reducción de la movilidad de las personas y cierre de fronteras por la pandemia. Lo que sí hay que ver es si es un fenómeno estable o responde a la coyuntura, y para eso hemos estado trabajando en atacar la delincuencia organizada y el tráfico de drogas”.