El 1 de junio reciente, personal del Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar) efectuó peritajes en relación al cuerpo de un hombre de 36 años, fallecido a un costado de la estación de Metro Santa Lucía. Se aisló el “sitio de suceso”, los policías se pusieron sus trajes blancos, máscaras con filtro particulado, cubrecalzados e ingresaron el RUT de la persona fallecida en la máquina Simcard. En segundos surgió la alerta. Decía: “En la lista de la autoridad de Salud con Covid-19”.
Este mensaje activa un protocolo estudiado y ensayado por el personal de Carabineros, quienes desde marzo está trabajando junto a la autoridad sanitaria en el tratamiento de los fallecidos en el contexto del coronavirus, cuando sean hallazgos en la vía pública y en domicilios.
Según la información analizada por la unidad policial, desde marzo a la fecha son 187 casos los que tomó este departamento en relación a Covid-19. De estos, 53 ocurrieron en la vía pública y 134 en domicilios particulares, donde se indagan las causas y circunstancias de las muertes.
Según explicaron desde esta unidad de la Dirección de Investigación Criminal de Carabineros, de las 53 muertes en la vía pública, no todas tienen resultado positivo de Covid-19, sino que también hay fallecidos que estaban a la espera del resultado del test PCR y otros que en ese minuto permanecían como casos sospechosos.
El jefe de Labocar, coronel Sergio Cornejo, explicó que “nosotros estamos concurriendo siempre al requerimiento del Ministerio Público por toda muerte en que se tenga una duda y así establecer sus circunstancias. Y dentro de eso está establecer si el fallecido tiene o no coronavirus. La idea nuestra es ir al lugar, determinar si se trata de un caso de Covid-19 y realizar el examen externo del cuerpo para establecer la causa, principalmente para determinar si hubo o no intervención de terceras personas”.
Por ejemplo, un hallazgo de cadáver sospechoso de coronavirus ocurrió el 7 de mayo en la comuna de Pedro Aguirre Cerda. Ese día, personal de Carabineros llegó hasta el sector del zanjón de la Aguada, encontrando el cuerpo de un hombre de 38 años, de iniciales D. R. C. A., quien se había escapado hacía pocos días desde un centro de salud de Santiago. Su ficha médica decía lo siguiente: “Padecía de tuberculosis, además de síntomas de coronavirus”.
Los fallecidos en Chile por coronavirus ya son más de 2.200, y cada día este indicador va en aumento. Sin embargo, los expertos dicen que aún no se da un fenómeno explosivo o preocupante de muertes en la vía pública o en lugares que no sean centros médicos.
María Teresa Valenzuela, epidemióloga del Consejo Asesor Covid-19 y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes, indicó que “no lo hemos abordado. Hay que decir que hoy se considera que toda persona fallecida y que estaba a la espera del resultado PCR se incluye dentro de los fallecidos por coronavirus. Para poder sepultar a la persona que murió se requiere de un certificado de defunción dado por el médico tratante o el jefe de servicio. Eso va al Registro Civil, pero posteriormente todo esto se analiza en el Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS). Ahí se reúne toda la información”.
Protocolos en alerta
En cuanto a las personas que han fallecido en sus domicilios, Labocar también tiene definidos sus protocolos, que van desde ocupar todos los elementos de protección en cuanto a bioseguridad y crear corredores de reducción de contaminación, hasta el rociar el cuerpo con una solución desinfectante concentrada (peróxidos de hidrógeno con amonio cuaternario), que elimina la posibilidad de Covid-19.
Así ocurrió el 30 de mayo en Peñalolén, cuando la policía llegó hasta un domicilio desde donde se escuchó un disparo. En el baño de la casa se encontró el cuerpo de un hombre de 61 años, quien tenía un disparo en su cara. Se determinó que esta persona mantenía Covid-19 positivo y se indaga un eventual suicidio.
El trabajo de Labocar busca ser clave para la investigación de este tipo de decesos en medio de la crisis sanitaria. “La idea es reducir los tiempos de trabajo en el lugar de los hechos en no más allá de tres horas y así evitar el contagio de las personas que están en el entorno de los fallecidos. Se debe sanitizar y sacar el cuerpo lo antes posible del lugar”, señaló el coronel Cornejo.