Ha sido un año difícil para el Instituto Nacional. Los múltiples episodios de desmanes, tomas y suspensión de clases casi se han convertido en parte de la malla curricular del insigne establecimiento del centro de Santiago. Tanto ha afectado la situación, que incluso el alcalde Felipe Alessandri amenazó con cerrar el establecimiento y acabar con 206 años de historia.
Como saldo de los hechos de violencia ocurridos durante los últimos meses, y que en muchos casos han derivado en enfrentamientos con Carabineros al interior o en las inmediaciones del colegio, se ha detenido a 49 personas, en su mayoría menores de edad, y en el 80% de los casos, por desórdenes.
Según planteó en su momento Alessandri, a diferencia del grueso de estudiantes, quienes se encontrarían detrás de los incidentes es una minoría que busca generar el caos y suspender las clases.
Sin embargo, encontrar explicaciones a la violencia en el colegio se convirtió en un objetivo para Carabineros y la Fiscalía Centro Norte. Así, el Departamento OS-9 de la policía uniformada está trabajando en identificar los nexos y patrones comunes que existen entre los 49 detenidos.
El jefe del OS-9, coronel Juan Francisco González, indicó que "el departamento se encuentra diligenciando una orden de investigar, donde el análisis está sustentado en las detenciones por flagrancia que ha realizado Carabineros, no solo en el Instituto Nacional, sino que en todo el sector aledaño. Este trabajo tiene por finalidad detectar si hay conductas delictivas mayores que la primera detención".
"Sobreideologizados"
La comunidad escolar es crítica con el actuar de este grupo de alumnos y existe coincidencia sobre las supuestas motivaciones que habría detrás. Así por lo menos lo manifiestan representantes de dos de los tres centros de padres que existen al interior de la institución.
Según indican, son dos meses y medio desde que el colegio no ha podido funcionar con normalidad a causa de estos hechos. Incluso, la municipalidad decidió adelantar las vacaciones de invierno, en un hecho inédito en la historia del establecimiento.
De acuerdo a Aquiles Herrera, de la Corporación de Padres y Apoderados del Instituto Nacional, se trata de un "grupo antisistémico" e influido por posiciones políticas de algunos padres.
"Hay una sobreideologización de este grupo y entre ellos se potencian. El discurso antisistémico es barato y vende muy fácil. Logran cumplir su objetivo, que es que el colegio no tenga clases", indicó Herrera.
En este sentido, explica que una minoría de "violentos" impide toda posibilidad de diálogo entre las partes que buscan mejoras en el establecimiento.
"El rector es dialogante y democrático, cree mucho en ello, pero estos muchachos no. El centro de alumnos se sienta a conversar, pero los violentos aparecen y se acaba todo. Así nos hemos convertido en estos meses en un colegio fallido", aseguró.
¿Organismos políticos?
Una visión similar tiene Elba Martínez, presidenta del Centro de Padres y Apoderados del Instituto Nacional.
"Acá hay chicos que están infringiendo la ley y otros en las salas de clases. Y esta minoría quiere controlar al resto a través de la violencia", dijo.
Al respecto, repara en la división que hay entre la comunidad institutana. Aunque su hipótesis es que hay grupos políticos detrás del conjunto de estudiantes que fomenta los desmanes y el enfrentamiento con la policía.
"Todos pensamos que hay partidos políticos detrás de ellos, y si no son estos organismos, seguro hay adultos detrás. De algún lugar tienen que salir los recursos para costear la acción de estos grupos", dijo Martínez.