Carolina Schmidt (53) cuenta que nunca dudó en votar Apruebo y convención constituyente en el reciente plebiscito, al igual -dice- que muchas personas que se identifican con la centroderecha. Por ello, el resultado del referéndum no le sorprendió: “Hubo una errada interpretación de que el Apruebo y el Rechazo era un tema de derechas y de izquierdas, pero eso no es así. La gente votó mayoritariamente a favor de una oportunidad de dialogar y encontrar acuerdos que nos permitan avanzar en las urgencias que hoy tenemos”.

Una de esas urgencias, es para ella, el tema medioambiental en nuestro país: “La nueva Constitución permitirá repensar Chile desde el prisma de la sustentabilidad”. La actual ministra de Medio Ambiente habla del ‘derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación’, pero eso ahora no es suficiente, “porque la degradación es más que la contaminación, es el cambio climático, la pérdida de biodiversidad. Ahora debemos hablar de sustentabilidad, porque eso incorpora la equidad social, económica y ambiental, y nos permite asegurar un legado medioambiental para las futuras generaciones”.

La ingeniera comercial explica por qué, a su juicio, en las llamadas “zonas de sacrificio” el Apruebo obtuvo un gran apoyo.

En Tocopilla, donde se han cerrado las centrales a carbón; en Freirina, donde se cerró la planta faenadora de cerdos... En estas zonas la gente quiere tener oportunidades de trabajo y de poder vivir sin que le contaminen su lugar y su territorio. Por eso es tan importante la mirada de sustentabilidad, porque hace referencia a algo que ya no podemos negar: el medioambiente no es infinito y debemos dejar medioambiente para las futuras generaciones.

Carolina Schmidt, ministra del Medio Ambiente

Sobre el respaldo a la convención constituyente, la ministra es más tajante: “Hubo un rotundo apoyo a una constituyente donde no tuvieran ninguna participación los parlamentarios; eso fue una señal de la ciudadanía a ese clima de polarización de los políticos, a ese ambiente bastante complejo que existe hoy en el Congreso, donde se ha perdido la capacidad de dialogar”.

El gobierno recibió muchas críticas de parlamentarios por no firmar el Acuerdo de Escazú. El senador Girardi, por ejemplo, dijo que se buscaba “favorecer a las empresas contaminantes”...

Como comentaba, desgraciadamente muchas veces los intereses en el mundo de la política no coinciden con las necesidades de la ciudadanía. Nosotros compartimos absolutamente todos y cada uno de los principios de Escazú. Sin embargo, el acuerdo tiene un problema, no en el fondo, sino en la forma en que quedó redactado. Chile ha destacado siempre por ser muy responsable con los compromisos internacionales que firma, y es por eso que, compartiendo sus principios, esperamos que este pacto (que este viernes entró en vigor con la aprobación de México) tenga un órgano que permita definir las disyuntivas en la redacción, para poder entonces suscribirlo.

En temas ambientales, ¿qué esperaría concretamente que se estableciera en la nueva Constitución?

Construir consensos en relación a qué visión de desarrollo queremos para el futuro de Chile. Que para mí debe ser más inclusivo, sustentable y respetuoso del medioambiente. Además, un cambio cultural en torno a la forma en que nos relacionamos con nuestro entorno, con nuestros ecosistemas naturales y nuestro patrimonio natural.

En un par de semanas se cumple un año de la COP25. ¿Qué significó para usted la abrupta suspensión de esta cumbre que el gobierno había preparado tanto, a raíz del estallido social?

Habla de la complejidad que estamos viviendo hoy en nuestro país, y en el mundo, con una situación política muy polarizada, como también se puede ver hoy en otros países. No se pudo hacer físicamente aquí, pero permitió instalar con mucha fuerza en nuestro país el cambio climático y la agenda de transición hacia un desarrollo sustentable como un eje central en la toma de decisiones. Como ejemplo: uno de los efectos de la pandemia fue que, por motivos sanitarios, se cerraron los puntos limpios de reciclaje en todo el país... Y la gente comenzó a reclamar...

La pandemia frenó el reciclaje domiciliario que venía aumentando en forma constante...

Muchas familias que reciclaban no querían volver atrás, pese al coronavirus. Y creamos una plataforma especial para que la ciudadanía pudiese contactarse directamente con recicladores de base en sus comunas, para que ellos fueran a retirar el reciclaje a domicilio. La respuesta de la ciudadanía fue impactante y los recicladores no dieron abasto... La alta demanda nos permitió reclutar a muchos recicladores en un momento muy complejo donde habían perdido su fuente de trabajo. Esta plataforma continúa funcionando pese a los puntos limpios, están comenzando a abrir a medida que avanzan las fases de desconfinamiento.

El fin del uso de bolsas plásticas demostró que estamos dispuestos a adaptarnos... ¿Qué otros cambios como esté están en carpeta?

Se acaba de aprobar en forma unánime en el Senado una ley para eliminar los plásticos de un solo uso, como las botellas, bombillas, cubiertos... que se usan por unos minutos y demoran años en degradarse. Junto al sector empresarial estamos impulsando la ecoetiqueta, que informará a los consumidores los productos que son reciclables, entre otros proyectos.

“La pandemia fue una oportunidad para la naturaleza”

Precisando antes todo lo malo y doloroso que ha sido el impacto del coronavirus en nuestro país y en el mundo, la ministra Schmidt dice que “la pandemia ha sido una oportunidad para el medioambiente y para la naturaleza”.

“La cuarentena nos demostró que podemos hacer las cosas de una forma distinta, sin dañar el medioambiente, como trabajar en forma muy efectiva desde nuestras casas, dejar el auto... Y cuando hacemos las cosas de otra manera, la naturaleza vuelve y retoma su espacio, que es lo que vimos en las playas con las aguas cristalinas, con menos ruido aparecieron más pajaritos, vimos los pumas que bajaban de los cerros... El desafío es que esta pandemia acelere una transformación a un desarrollo más sustentable. Ya no podemos volver hacer las cosas como antes, sino que tenemos que empujar las cosas buenas que dejó este virus, con todo el dolor que sigue provocando. Tenemos la convicción de que podemos hacer de esta crisis una oportunidad para reducir la contaminación local y dar acceso a las familias a sistemas de energía más limpios y baratos”.

¿Cómo?

El plan “Paso a Paso” contempla proyectos de reactivación que cumplirán con toda la normativa ambiental vigente, por ejemplo, el 30% de las iniviativas con fondo Covid contribuirán a la mitigación y adaptación al cambio climático y sustentabilidad. La certificación internacional establecida en el marco de los Bonos Soberanos Verdes que emitimos para Chile el año pasado en el contexto de la COP25 , son los pilares que estamos utilizando para impulsar una reactivación económica sustentable post covid.

Este año, específicamente tras el estallido social, usted bajó su protagonismo en el gabinete, ¿por qué?

La agenda ambiental del gobierno no se ha detenido con la pandemia en ningún momento. Lo que pasa es que la atención de los medios -por razones obvias- estaba en el Covid, pero hemos avanzado en la agenda climática, en todo lo que es la protección de humedales y de la biodiversidad, en la agenda normativa que estamos impulsando, en el cierre de las centrales a carbón, los buses eléctricos, el desarrollo de las nuevas tecnologías y el hidrógeno verde. Este año Chile ocupó el primer lugar de América Latina en el ranking de sostenibilidad de la Universidad de Cambridge. Y nos vamos a transformar en un país que importa energía a uno que exporta, gracias al hidrógeno verde.