Este viernes se dio a conocer la "radiografía" que los datos de la última encuesta Casen entregan sobre la situación de la mujer en Chile. Y los antecedentes, en general, siguen siendo no favorables. Así, los antecedentes del estudio, entregados por el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, señalan que menos de la mitad de las mujeres está inserta en el mercado laboral.

Del mismo modo, el 20% de las que no tiene actividad laboral está en esa situación debido a que se dedican al cuidado de los niños y del hogar, o bien para preocuparse exclusivamente de familiares que no son autovalentes. En cambio, los varones en esta situación la cifra no supera el 0,6%.

Del mismo modo, los hogares liderados por mujeres tienen una tasa mayor de pobreza (9,2%), frente a 6,4% de los que son liderados por hombres.

No obstante, la encuesta Casen 2017 detecta que cada vez más hay hogares liderados por mujeres: se duplicaron con respecto a 1990 (de 20% a 40%, aproximadamente). Sin embargo, 11,3% de las familias conformadas por ambos sexos se declara liderada por una mujer. ¿Qué significa esto? Que la inmensa mayoría de los hogares con jefatura femenina son monoparentales.

Las "Ninis"

Otro dato importante del análisis de la Casen muestra que 17,5% de las mujeres de entre 15 y 29 años no estudian ni trabajan ("Nini"), proporción que más que duplica al de los varones en la misma situación (7,9%).

Este escenario muestra, según señala a La Tercera la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Isabel Plá, que "las brechas que afectan al desarrollo de la mujer son transversales: las injusticias, la desigualdad ante la ley, cruzan toda la sociedad".

"Y las brechas más fuertes, más grandes, están en los sectores más vulnerables, porque en los sectores de mejores condiciones socioeconómicas hay más acceso a una mejor educación, con mayores oportunidades en el mundo laboral", enfatiza.

¿Cómo se está definiendo hoy el tema de la jefatura de hogar?

-El reconocerse como jefa de hogar es una percepción, y en eso hay un cambio muy importante en Chile, que tiene que ver con el empoderamiento general de las mujeres. Es positivo que más de 40% de los hogares esté percibido con una jefatura femenina. La mayoría de estos hogares son monoparentales, pero no necesariamente. Percibirse como jefa de hogar es, normalmente, una mujer cuyo ingreso es el más importante de la familia y, al mismo tiempo, es la que toma también decisiones. Eso es positivo, y hemos dado un salto muy importante en cuanto a la toma de decisiones en las familias.

Tarea: compartir labores en el hogar

¿Qué ocurre con las cifras que muestran que, pese a la mayor conciencia en cuanto a la equidad de género, todavía se mantiene la dependencia de las mujeres de los hombres en cuanto a recursos?

Esto es resultado de la dificultad de las mujeres para incorporarse a un mercado laboral, que tiene que ver básicamente con la responsabilidad en el cuidado familiar. Desde la perspectiva nuestra, esto tiene que ser compartido entre hombres y mujeres. Y eso tiene que ver con un cambio cultural.

Y un fenómeno emergente, y con mucha potencia, es que cuando uno mira por edades las razones por las cuales una mujer no trabaja, sorprenden las razones de las mujeres de 45 años o más: que es por el cuidado de un adulto mayor.

En todas estas situaciones, no se puede separar esto de la condición socioeconómica y las oportunidades que van teniendo las mujeres en los distintos sectores de la sociedad. Por eso es importante apuntar al ingreso propio de las mujeres que hoy no lo tienen, que son las más vulnerables o la clase media emergente.

¿Qué se está haciendo para superar las brechas en cuanto a la educación?

Hay algunas iniciativas de trabajo a nivel docente. Por ejemplo, la ministra de Educación, Marcela Cubillos, ofició a la Comisión Nacional de Acreditación de la Educación Superior (CNA) para que se incorpore a partir de ahora los contenidos permanentes de equidad de género, para acreditar a las universidades que tienen pedagogías. Tiene que ver también con la presencia de mujeres en altos cargos académicos. En esto se encuadra el compromiso que selló el Ministerio de Educación con el Consejo de Rectores para que en un plazo se tenga paridad de género en este ámbito. Y también tiene que ver con la presencia de la mujer: con que haya mujeres tomando decisiones en este y en otros espacios.