Hugo Bustamante (55) y Denisse Llanos (38) fueron encontrados en el sector de Lliu Lliu, en la comuna de Limache, el jueves 6 de agosto. A los policías de la PDI de la zona les llegó la alerta de que la mamá de Ámbar Cornejo (16) y su pareja se habían ido de su casa en Villa Alemana, mientras la policía y el Ministerio Público intensificaban las gestiones para encontrar a la joven de 16 años que llevaba desaparecida desde el 29 de julio. Tener a la pareja ubicada era importante para la policía, pues en ese momento Bustamante ya era objeto de sospecha por parte de los investigadores.

Las manifestaciones y las “funas” realizadas por vecinos del sector habrían, según dio a entender la pareja, motivado la decisión de abandonar el domicilio. Ambos se fueron a Lliu Lliu sin tener un lugar donde alojar. Por eso probaron varias opciones. Pidieron quedarse en una Iglesia Adventista y en un camping, pero finalmente pernoctaron en un terreno particular. Pero el aviso de la PDI activó un proceso de búsqueda, debido a la posibilidad de que Bustamante quisiera escaparse. Sea cual sea el plan de Bustamante, todo fue interrumpido debido a que ese jueves la PDI los detuvo y los llevó a la Bicrim de Limache.

Al momento de la detención, la pareja llevaba consigo un carro de feria y una serie de mochilas. En una de ellas, que le pertenecía a Bustamante, había un hacha, cuchillos y cuerdas. Ya en dependencias de la PDI, la pareja fue separada y fue ahí cuando la madre de Ámbar relató por primera vez todo lo que sabía respecto del paradero de su hija. Su testimonio es la pieza fundamental del caso, ya que permitió reconstruir toda la historia.

Una de las cosas que testificó fue que no había podido hablar antes, porque tenía miedo. Su pareja, dijo, la había amenazado: si confesaba lo que sabía, él se encargaría de matarla a ella y a su otro hijo de 14 años.

El testimonio de la madre de Ámbar remonta todos los hechos al miércoles 29 de julio. Ese día, a las 8.45 de la mañana, llamó a su hija por teléfono. No vivían juntas hace un tiempo. En esa conversación telefónica, Llanos le avisó que debía ir a la casa a buscar el dinero de pensión que le envió su padre.

Ámbar Cornejo fue a buscar su plata y, en paralelo, la madre le indicó a su hijo de 14 años que fuera a su colegio de Villa Alemana a buscar la caja de la Junaeb que entregan a estos establecimientos. Esta era primera vez que mandaba a su hijo solo, ya que ese trámite siempre lo hacían juntos. En ese rato Ámbar llegó, retiró su dinero y según el relato, se fue sin mayores novedades.

La PDI estableció que en ese mismo período de tiempo volvió el hijo de Llanos, quien no ingresó a la casa, ya que su mamá salió a recibirlo a la entrada, para irse de inmediato al departamento que ella tiene en Limache.

Retomando la declaración de Llanos, ella aseguró a los policías que cuando ya no estaba en Villa Alemana, Ámbar volvió a la casa de Bustamante debido a que se le había quedado su celular. Ese incidente habría sellado su destino. De acuerdo al testimonio, horas después de ese mismo miércoles, su pareja la llamó por teléfono. Él seguía en Villa Alemana y ella en Limache. En esa conversación telefónica, Bustamante le indicó que lo estaban “funando” porque su hija estaba desaparecida y la situación lo tenía molesto. El sábado 1 de agosto la mujer acudió a la casa del hombre y fue en ese momento cuando este confesó que había violado y asesinado a la menor. Le habría dicho todo, con lujo de detalles, cada paso, cada maniobra.

Parte de estos antecedentes habrían sido relatados este lunes durante la audiencia de formalización de Bustamente, en que la fiscal regional de Valparaíso, Claudia Perivancich, pidió que el contenido no fuera transmitido al público a través del canal del Poder Judicial. Lo que la persecutora sí contó fue qué pasó cuando Ámbar Cornejo regresó a la casa del imputado a buscar su celular: tuvieron una discusión, luego él procedió a golpearla “repetidas veces” e “introdujo un paño en su boca obstruyendo su respiración” para así violarla. Tras la agresión, Ámbar falleció. Su causa de muerte, según se pudo acreditar, fue por “sofocación por obstrucción de orificios respiratorios”.

Después vino el proceso de ocultamiento. Para eso, Bustamante cavó un orificio de 52 centímetros en el living de su casa. Con un serrucho y dos cuchillos despedazó el cuerpo de Ámbar en 15 pedazos que escondió en tres coolers. Cada recipiente fue enterrado boca abajo y envuelto en plástico. Luego roció los envases con un líquido parecido a detergente, puso unas láminas de cholguán, agregó tierra, cera con olor a parafina y terminó la operación tapando el sitio con tablas de madera y clavos que había comprado especialmente para la ocasión. La preparación del crimen no solo se nota en ese detalle, sino que en otro aún más evidente. Luego de incautarle el celular, la PDI pudo encontrar que entre el 20 y 28 de julio, Bustamante realizó varias búsquedas en Google enfocadas en cómo asesinar. “Pistola eléctrica paralizante a distancia, uso de cloroformo para dormir, venta de camisa de fuerza siquiatría, tortura china con bambú”, fueron algunas de las búsquedas que hizo en Internet.

Al respecto, el jefe de la Brigada de Homicidios de Valparaíso, Erick Martínez, previene en algunas similitudes con los dos homicidios que hizo Bustamante en 2005 y que le valieron una condena de 27 años de presidio, por asesinar a su pareja y al hijo de esta, para luego meterlos a un tambor con agua y cal. El imputado salió libre en 2016, tras obtener la libertad condicional.

“Si bien esta vez no hay tarros, obedece al modus operandi que utiliza el sujeto en la comisión del delito anterior. De hecho, creemos que durante todo este tiempo el imputado estuvo perfeccionando sus procedimientos”, dice el subprefecto.

Todas las circunstancias del crimen habrían sido relatadas por Bustamante a la madre de Ámbar por teléfono. Su declaración luego, fue cruzada con evidencias del lugar: manchas de sangre en un chuzo, en una polera del imputado, en la pared del baño y en el borde inferior de la muralla que separaba el living del dormitorio. A eso se sumó, posteriormente, pericias que dieron cuenta de lesiones que revelaron una agresión sexual.

Con todos los antecedentes que maneja la fiscalía y la PDI, ayer Perivancich, junto con la fiscal María José Bowen, formalizaron a Bustamante por el delito de violación con femicidio e inhumación ilegal.

Sin embargo, la investigación está recién comenzando. Por mientras, el Ministerio Público ha ordenado varias diligencias que apuntan a situar a todos los involucrados en el homicidio ese miércoles 29 de julio. Para eso, se están periciando los celulares para georreferenciarlos y ver los registros de llamadas y mensajes.

Una de las principales aristas que se busca despejar es el rol de la madre, quien está en calidad de testigo.

Los investigadores quieren aclarar cómo es que pudo aportar tantos detalles del crimen, siendo que solo conoció del hecho a través de un relato. “Su estatus judicial se mantiene como testigo, a la espera de que nosotros realicemos las diligencias necesarias para comprobar si es así o si se cumple alguna otra hipótesis”, dice el subprefecto Martínez.