Caso Ámbar: fiscalía relata que Bustamante inmovilizó a la joven con ayuda de su madre

Denisse Llanos
Denisse Llanos habría falseado datos en su declaración ante los fiscales.

Mujer quedó en prisión preventiva, ya que tribunal estimó que se trata de “una conducta especialmente grave”. Según el Ministerio Público, Denisse Llanos participó en la planificación, ejecución y ocultamiento del crimen.


“Ambos resolvieron dar muerte a la menor”. Esta es la conclusión que reveló este viernes la fiscal regional de Valparaíso, Claudia Perivancich, cuando describió la manera en que fue planificado el crimen de Ámbar Cornejo (16) en Villa Alemana. En una primera instancia solo Hugo Bustamante había sido detenido por este crimen, pero la situación cambió el jueves, cuando personal de la PDI detuvo a Denisse Llanos -la madre de la joven y pareja de Bustamante- como la coautora del crimen.

Este viernes fue la audiencia de formalización en contra de Llanos por el delito de parricidio, y la fiscalía relató las sospechas que existen contra la mujer. De acuerdo al Ministerio Público, la imputada participó tanto en la planificación como en la ejecución del asesinato de Ámbar. E incluso, ayudó a Bustamante a ocultar los restos de la adolescente.

Según el relato que realizaron las fiscales María José Bowen y Claudia Perivancich, la mala relación de Ámbar Cornejo con su madre y Hugo Bustamante se remontaba, a lo menos, a comienzos de año. Una evidencia de esto es que en enero la adolescente acudió hasta la conserjería del edificio donde vivía con Llanos y su hermano menor en Limache, en que solicitó que se prohibiera el ingreso de Bustamante, ya que “es un asesino psicópata y puede causar daños en mi familia y mi mamá no quiere entender”.

Así fue como transcurrieron los meses y, de acuerdo a la fiscalía, Llanos y Bustamante acordaron dar muerte a Ámbar. A fines de julio la imputada llamó a la adolescente y le dijo que debía ir a la casa de su pareja para que le entregaran su pensión. El día acordado fue el miércoles 29 de ese mes.

Esa jornada, Llanos envió muy temprano a su hijo al colegio para que fuera a retirar su caja Junaeb. Esta acción ya resultaba extraña, pues este menor nunca iba tan temprano al recinto educacional y así lo testificó el rector del establecimiento ante la fiscalía.

Según el Ministerio Público, esto tuvo como objetivo que el menor no se encontrara con su hermana cuando esta llegó a la casa de Bustamante, alrededor de las 9.00 de esa mañana. En ese lugar, de acuerdo a lo asegura por la fiscalía, una vez que Ámbar Cornejo llegó hasta la residencia, Llanos “colaboró con Hugo Bustamante en la contención y reducción de su hija hasta lograr inmovilizarla y dejarla en el dormitorio del inmueble”.

Si bien la fiscalía no explicó con mayor detalle cómo llegó a esta conclusión, fuentes de la indagatoria indican que para lograr inmovilizar a la adolescente, mientras esta oponía resistencia, lo más probable es que Bustamante hubiera necesitado la ayuda de alguien.

Las fiscales indicaron que cerca de las 9.40 horas, Llanos estaba en la puerta de la residencia esperando a su hijo para partir de inmediato a su departamento de Limache. Sin embargo, el menor insistió en entrar para ir al baño. En ese lugar, y de acuerdo a su testimonio judicial, escuchó un ruido en el dormitorio, al que describió como el paso en falso de una persona. Bustamante se paró en el marco de la puerta y dijo que era la madre de él, quien estaba colgando ropa. La mujer, posteriormente, declaró que nunca estuvo en ese lugar.

Las jornadas siguientes, relataron Bowen y Perivancich, fueron las que Bustamante y Llanos dedicaron en intentar tapar las huellas del crimen. Así, el 30 de julio Llanos compró en Limache una botella de pintura de piso y dos envases de cera. Esto, previamente conversado por llamadas en la madrugada con Bustamante.

Esos materiales, de acuerdo a la fiscalía, sirvieron para que el imputado escondiera de mejor manera los restos de Ámbar, ya que después de asesinarla la descuartizó y la enterró bajo su vivienda. De hecho, ese 30 de julio Llanos habría regresado al lugar del crimen para ayudar en las labores de limpieza.

Posteriormente, entre el 3 y el 6 de agosto, Bustamante compró con Llanos elementos para acampar y vestimentas. Hay registros audiovisuales, los cuales muestran que ella no habría estado amenazada. Esto último es relevante para el Ministerio Público, pues cuando la mujer finalmente confiesa el 6 de agosto que ella sabía que su hija había sido asesinada por Bustamante y encuentran los restos de la menor, indicó que había guardado silencio porque el hombre le habría indicado que si hablaba la asesinaría a ella y a su hijo.

Otro punto que queda por aclarar es por qué el mismo día del crimen, en horas de la tarde, Llanos le escribió un mensaje a Bustamante indicando “estoy tranquila”.

La fiscalía pidió la medida cautelar de prisión preventiva tras la audiencia, la que fue otorgada. De acuerdo a la jueza Daniela Rodríguez, “se trata de una conducta especialmente grave por la planificación realizada del hecho, por los efectos nocivos de la conducta, porque el crimen se realizó con desprecio de la calidad de hija y menor de edad”.

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