Culpable y condenado por el delito de uso excesivo de la violencia, con resultado de lesiones graves, fue el resultado para el ex carabinero, Manuel Noya Pavis, luego de apuntar y atacar con el chorro del guanaco al estudiante Rodrigo Avilés, quien permaneció un mes con riesgo de muerte.
Fue en mayo del año 2015, en Valparaíso, cuando comenzó la investigación que definió en un juicio oral los cargos para el ex funcionario quien accionó en contra de una masa de manifestantes a menos de cuatro metros de distancia y con una potencia que se compara a un choque de un automóvil a 120 km/hrs.
"Este ciclo se cierra de manera importante, es una situación histórica en los tribunales civiles que han dirimido una responsabilidad que para nosotros también es institucional del alto mando, por lo que seguiremos en la cadena del alto mando", sostuvo Félix Avilés, padre de Rodrigo.
La definición del Tribunal Oral en lo Penal descartó la recalificación de homicidio frustrado y estudia las dos atenuantes presentadas por la defensa, como la irreprochable conducta anterior y la colaboración prestada por el imputado, durante declaración.
El fiscal Cristián Andrade explicó que de ser consideradas las atenuantes, la pena para el ex funcionario podría bajar del piso desde 541 días a 61 días. El castigo máximo considera hasta cinco años y un día, para lograr al menos un año de presidio efectivo.
Para el próximo lunes fue fijada lectura de sentencia que provocó conmoción tras las consecuencias permanentes en Rodrigo Avilés como una epilepsia , pérdida de cráneo debido a las cirugías de reconstrucción, discapacidad laboral y emocional. Al término de la audiencia , el joven señaló que nunca se acercó Noya a conversar ni conocer estado de salud y que sólo recibió disculpas desde su familia.