Esposado, protegido con un chaleco antibalas y custodiado por dos efectivos de la PDI de Curicó, José Navarro Labbé (31) caminó hasta el carro de la policía civil para ser trasladado hasta el Juzgado de Garantía de Licantén. Por ocho días fue el hombre más buscado de la zona, luego de ser sindicado como el autor del secuestro de Emmelyn Canales (11), de quien se perdió el rastro el pasado 2 de febrero tras ir junto a su abuelo y Navarro a un bosque aledaño. La niña fue encontrada ayer viva en la casa de la hermana del imputado, Olga Navarro, y sin lesiones aparentes (ver secundaria).
"Háganse esa pregunta: ¿por qué no la maté?", vociferó Navarro antes de abandonar el cuartel de la PDI de Curicó y ser trasladado 87 kilómetros hasta la ciudad de Licantén. Su llegada al tribunal estuvo marcada por la presencia de un fuerte contingente policial y de Gendarmería, que buscaba evitar incidentes.
En el tribunal cuatro gendarmes resguardaban la sala donde se realizaría su control de detención. La defensa del presunto secuestrador acusó la ilegalidad de la detención, ocurrida a las 3.40 de ayer en la casa del sector Los Junquillos, lo que fue desestimado por el tribunal.
En medio de esa discusión, Mauricio Richards, fiscal regional de la VII Región, comunicó que el Ministerio Público decretaría la reserva por diez días de las declaraciones de familiares de Emmelyn, cercanos e, incluso, de un grupo de reclusos del penal de Curicó.
El interés en resguardar dicha información corresponde a una nueva arista que surgió en este caso, en la cual la Fiscalía estaría indagando a terceros que presuntamente habrían encubierto a Navarro, aseguraron fuentes de la investigación.
En la audiencia también el Ministerio Público solicitó ampliar hasta el martes la detención de Navarro. Una serie de diligencias, entre ellas la declaración de la propia menor e informes ginecológicos para determinar la presencia de abusos, forman parte de las gestiones pendientes de la Fiscalía que, según Richards, podrían "favorecer" al imputado.
Declaración
Un fuerte abrazo entre Cristián Canales, padre de Emmelyn, y Olga Navarro, hermana del supuesto secuestrador, selló ayer el fin de la audiencia de control de detención.
Mauricio Richards, fiscal del caso, declaró que "hay diligencias en curso para poder establecer tanto la existencia del hecho punible como la participación que le podría caber a este señor y, eventualmente, antecedentes de que pudiera haber otros partícipes en el hecho".
El persecutor añadió que lo que se está indagando "es la sustracción de un menor de edad y también las agresiones que sufrió el abuelo, pero aún la investigación no está agotada. Tenemos que investigar para tomar decisiones de todos los antecedentes que hemos ido reuniendo".
Richards explicó que en este caso, donde la fiscalía investiga el delito de sustracción de menor, Navarro arriesga "penas de presidio mayor en su grado medio a máximo, de 10 años y un día a 20 años, pero puede haber circunstancias que podrían hacer variar la penalidad".
También se refirió a la declaración que tomó a Navarro: "tuvimos una entrevista extensa, pero tenemos que investigar cada uno de los hechos que él señala, que en varios pasajes no son coherentes con el resto de la investigación".
Según el comisario Richard Escobar, jefe de la Brigada de Homicidios de Curicó, Navarro contó en su declaración que "no tenía ningún tipo de construcción previa donde guarecerse, sino que hacía camas con hojas de roble, bajo el nivel del terreno, para mantener el calor humano".
El efectivo agregó que un elemento clave para la detención fueron los "lazos que la PDI formó con la familia" del sospechoso, y que permitieron que su hermana Olga les alertara de la llegada de Navarro, junto a la menor, a su vivienda.
La defensa del detenido, apodado "el brujo", reclamó por lo que, a su juicio, son ciertos vicios que se produjeron en el momento de la detención. "No sé por qué delito va a investigar, no sé a quién le tomó declaración, porque el fiscal tomó la decisión de reservar la investigación, lo que significa para mí y el imputado no saber qué se investiga", criticó el defensor penal público Esteban Arévalo.
Olga Labbé, madre del detenido, dijo que en la casa de la menor "había problemas, me dijo que lo hizo para salvar a la niña". Agregó que, según el relato de su hijo, "no le hizo nada (a Emmelyn), lo que hizo fue para salvarla. Confío en la palabra de mi hijo".
Por su parte, Olga Navarro, hermana del detenido, declaró que "no le hizo nada a la niña, yo le pregunté. Mi hermano la cuidó, solo la quería proteger". Pero agregó que "mi hermano tiene que pagar lo que hizo. Corresponde que pague con cárcel, pero tienen que aclararse otras cosas también".
Oculto en el bosque
Según los antecedentes del caso, Navarro tras supuestamente sustraer a la menor, alcanzó a alejarse unos 32 kilómetros desde donde vivía (ver infografía). De acuerdo a la investigación de la PDI estuvo todo el tiempo escondido entre los bosques, alimentándose de raíces y harina tostada.
El comisario Francisco Ceballos, psicólogo criminalista de la PDI, analizó psicológicamente a Navarro, indicando que "está plenamente consciente de los actos cometidos, tiene un juicio de realidad conservado y es capaz de responder por los actos realizados".
El tribunal dictaminó ayer que Navarro se mantenga detenido en tránsito en la Cárcel de Máxima Seguridad de Rancagua.
Gendarmería ordena medidas de seguridad
El Complejo Penitenciario de Rancagua será el recinto carcelario donde José Navarro (31) permanecerá detenido a la espera de su formalización por el presunto delito de sustracción de menor. Ayer en el Juzgado de Garantía de Licantén se controló la detención del sospechoso, instancia donde la fiscalía solicitó ampliar hasta el martes su arresto.
La decisión de trasladar a Navarro a Rancagua surgió a petición de su defensa como una forma de garantizar su seguridad.
Ayer, desde Gendarmería aseguraron que Navarro estará apartado de la población penal común. Asimismo, detallaron que se mantendrá con vigilancia constante a fin de evitar incidentes con otros imputados.
En la entidad carcelaria enfatizaron que en casos de connotación nacional como este, "a los imputados se les coloca en zonas aisladas y seguras. Mientras más connotación el caso, más resguardo tiene. Incluso, el personal que lo cuida es mayor y tiene un gendarme al lado las 24 horas", aseguraron fuentes de la institución.