En bicicleta. A lo largo de la calle Llaima, en Conchalí. Cargado de sacos de material de construcción, hasta llegar a una bodega donde trabajaba. Esa fue la imagen del traslado de Felipe Rojas Lobos (25), captada en un video, el 12 de febrero de 2018, a las 9.32 horas, que alertó a la fiscalía. ¿La razón? Su vecina y supuestamente amiga desde hacía 10 años, Fernanda Maciel (21), había desaparecido en la misma calle dos días antes.

Así relató la fiscal Patricia Varas el hallazgo de la pista clave que permitió descifrar un caso complejo. Dilucidar qué había pasado con la joven, embarazada de siete meses, que salió de su casa el 10 de febrero de 2018 y nunca volvió.

Con estos y otros antecedentes, el Ministerio Público formalizó hoy, ante el Segundo Juzgado de Garantía de Santiago, a Felipe Rojas por homicidio calificado, aborto e inhumación ilegal. "El 10 de febrero de 2018, a una hora determinada, después de las 17.30, en el interior del inmueble ubicado en calle Llaima, en Conchalí, el imputado se aproximó hasta la víctima Fernanda Maciel y usando un lazo lo colocó alrededor de su cuello, estrangulándola hasta causarle la muerte por asfixia. Para asegurarse de la muerte y evitar que pudiera oponer resistencia, con el mismo género usado para estrangularla, la amarró", dijo Varas. La persecutora detalló que Rojas estaba "en pleno conocimiento" de que la joven estaba embarazada e indicó que su acción provocó "la muerte del feto". Luego, dijo que Rojas cavó un hoyo en la bodega y puso ahí el cuerpo con el objetivo de "ocultar e impedir su hallazgo". Aseguró, además, que el imputado envolvió a Maciel en un género, la cubrió con cal y después la tapó con cemento.

El tribunal lo dejó con prisión preventiva y dictó un plazo de investigación de 120 días.

Cámaras

La persecutora detalló que había cuatro cámaras que sirvieron para captar los movimientos del sospechoso. Estas grabaron desde el 10 de febrero a las 17.15 hasta el 13 de febrero a las 10.00, y fueron enviadas a Carabineros y a la PDI.

Sin embargo, sostuvo la fiscal, cuando les pidieron a las policías que hicieran un levantamiento de información, ambas les respondieron que no había nada relevante para la causa. Por esto, dijo la persecutora Varas, "hicimos un análisis en la fiscalía de 300 horas de grabación. Y ahí pudimos establecer que el 12 de febrero el imputado hace ingreso a la bodega en bicicleta con un saco de cemento y después con uno de cal".

Señaló que "con esa nueva información, que sale desde la fiscalía, se solicita a la PDI que fuera a todas las ferreterías cercanas para levantar información de compras de cal y cemento que coincidieran con los usados por el imputado".

Así, la PDI determinó que el 12 de febrero de 2018, o sea dos días después de la desaparición, Rojas fue a la ferretería El Dado, en Conchalí, y compró un saco de cemento de 25 kilos a las 9.21 horas.

Según la fiscal, "eso coincide en términos de desplazamiento entre la ferretería y el ingreso a la bodega, a las 9.32".

Declaración clave

El puzzle quedó armado el reciente 23 de junio, 24 horas antes de la detención de Rojas. Ese día, su expolola Natalia Huentruquipay declaró ante Carabineros que Rojas le había confesado el crimen de Fernanda Maciel.

"Estando en la casa de mi expololo Felipe Rojas Lobos, en su pieza, él estaba muy tenso por los videos y reportajes que circulaban donde lo inculpaban de la muerte de Fernanda Maciel". También contó que Rojas sacó ambos celulares de la pieza, envolvió su computador en un polerón, lo guardó en el clóset y cerró la puerta y la ventana.

La testigo indicó que en ese minuto Rojas le contó que empezó a discutir con Maciel. "Según el Feli, la Fernanda también le pidió plata (...); él la empujó para alejarla, según él no quería botarla, fue algo muy leve y ahí el Felipe se puso a llorar. Le pregunté qué había pasado, que me contara, y me dijo que la Fernanda se había resbalado, se había pegado en la cabeza, parece que en una silla, me dijo que en la punta de algo, pero no recuerdo bien si era una silla o una mesa", declaró Huentruquipay.

Y prosiguió: "Ahí la Fernanda se desmayó, y cuando el Felipe intentó levantarla, la Fernanda empezó a convulsionar y me dijo 'se fue'. Solo me repetía eso: '¡Se fue, se fue, se fue!'".

Dijo que le preguntó a Rojas por qué "no había ido a buscar ayuda si era un accidente (...) y ahí él me dijo que estaba muy volado y que tomó un montón de malas decisiones".

Luego, la mujer señaló que "lo que hizo fue envolverla en una de las telas de las carpas; al fondo de la bodega hizo un hoyo profundo y la enterró".

Detalló que Rojas le dijo que formateó el celular de Maciel y que lo vendió en el persa. Luego, se fue a dar unas vueltas en bicicleta y llegó al departamento de su hermano Francisco. Ahí, detalló Huentruquipay, Rojas le habría dicho que se quería tirar del balcón y que su hermano lo sujetó y le dijo que lo iban a solucionar. Además, según declaró Natalia, las dos personas que habrían sabido del hecho eran su hermano y su madre.

Erwin Balmaceda, abogado defensor de Rojas, sostuvo que "la fiscalía arma una historia en base a declaraciones contradictorias de mi representado y sus amigos. Estas declaraciones no son fiables. Fueron tomadas desde el 20 de junio de forma maratónica". Añadió que "la autopsia no señala fecha de muerte. No sabemos si fue enterrada ese día".