Ya se han cumplido dos semanas desde que inició el juicio de apelación del único acusado de la muerte de la estudiante japonesa, Narumi Kurosaki (21), su exnovio, el chileno Nicolás Zepeda. Fue condenado en Francia -lugar donde desapareció Narumi- a cumplir la pena de 28 años de cárcel por su responsabilidad en la muerte de la joven. Tras el veredicto, la defensa de Zepeda apeló y, a raíz de ello, se programó un segundo proceso, que tras una serie de postergaciones el 4 de diciembre.

El vínculo sentimental entre ambos comenzó en 2015, mientras estudiaban en la Universidad de Tsukuba, Japón. En 2016, Zepeda regresó a Chile y la relación experimentó un quiebre. Según la investigación llevada a cabo por la policía francesa, durante ese periodo -en el que Narumi comenzaba a cursar estudios de idiomas en la Universidad de Besanzón, Francia- el chileno se volvió violento, obsesivo y extremadamente celoso. Incluso, solicitó a la joven borrar sus redes sociales y no salir con nadie. Poco antes de terminar su relación, Zepeda subió un video -posteriormente borrado por él mismo- en el que dio una serie de condiciones y amenazas que Narumi debía seguir en caso de querer continuar su vínculo amoroso.

No obstante, el chileno viajó el 28 de noviembre de 2016 a Europa y a los días se reunió con Narumi Kurosaki. En la tarde del 4 de diciembre, la joven fue vista con vida por última vez. Estaba junto a Zepeda, en el restaurant “La Table de Gustave”, a 25 kilómetros al sur de Besanzón. De madrugada, los compañeros de la residencia de estudiantes en la que vivía Narumi acusaron escuchar gritos y golpes procedentes de la zona de su habitación. Zepeda admitió haber entrado a la habitación de la joven para tener relaciones sexuales, que él describe como consentidas.

Tras una serie de diligencias judiciales -que incluyeron la extradición del chileno a Francia- Zepeda enfrentó su primer juicio a fines de marzo de 2020. En abril del año pasado, la justicia francesa condenó al chileno a 28 años de cárcel por el homicidio de Narumi Kurosaki.

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Madre de Narumi se descompensa y se suspende la audiencia

El lunes 11 de diciembre, se desarrolló el sexto día del juicio de apelación contra Zepeda. Ahí, varios testigos prestaron su testimonio, entre ellos Megumi Sugisaki, una amiga de Zepeda, quien en 2015 vivió un mes con el chileno en Santiago, en un departamento que compartió además con la hermana del imputado.

“En 2013 decidí estudiar español y el sitio que elegí para hacerlo fue Tsukuba. Me uní a un círculo de amigos para intercambiar lecciones de idiomas y allí conocí al señor Zepeda “, dijo la mujer, quien describió al chileno como “servicial, amigable, amable y atento”.

Sin embargo, el testimonio de la japonesa se tornó en contra del chileno. “En 2016 recibí un mensaje de Nicolás Zepeda que me pedía que tradujera dos frases cortas: ‘Voy a tomar un tren para irme de viaje, no puedo usar el wifi’ y ‘tuve una discusión con...’ Le pregunté muchas veces por qué y para quién quería usar estas frases. Él nunca respondió “.

Según se señaló, Zepeda habría buscado entregar estas frases, haciéndose pasar por alguien más. “El 15 de diciembre de 2016 me pidió que lo llamara por teléfono. Me pidió que borrara los intercambios de mensajes y me dijo que no le preguntara por qué”. Esto fue 10 días después de la desaparición de Narumi.

“Cuando recibí la información sobre un chileno involucrado en la desaparición de Narumi, no tuve ninguna duda. Era Nicolás. Fue difícil porque era mi amigo. Y fue difícil porque es algo que ya estaba pensando en mi cabeza. Tuve un gran susto, recuerdo muy bien esta fecha”, relató.

Otra japonesa, Rina Sakamaki, quien también conoció a Zepeda por esa época, prestó su testimonio mediante Zoom, desde Japón. Su relato apuntó en la misma vía. Según dijo, Zepeda le pidió traducir frases al japonés, siempre en formato femenino. Una de esas frases habría sido “encontré nuevo novio”. A esta mujer, Zepeda también le habría pedido borrar los mensajes.

Por la tarde, se vivió un momento tenso en tribunales. La madre de Narumi, Taeko Kurosaki, sufrió una descompensación mientras el abogado de Zepeda, Renaud Portejoie, interrogaba a su defendido. La mujer, entre lágrimas, debió ser atendida y la audiencia se suspendió hasta el martes, donde será el turno de declarar del exnovio de Narumi, Arthur del Piccolo.

“Me gustaría tener las respuestas, créanme que estoy haciendo todo lo posible para encontrar explicaciones”, alcanzó a decir el acusado, quien hoy cumplió 33 años.

Las abogadas del acusado Jacqueline Laffont y Julie Benedetti hablan con la prensa en el tribunal de Besanzón el último día del juicio de su cliente, un chileno acusado de asesinar a su exnovia japonesa en 2016 en el este de Francia, el 12 de abril de 2022. - El tribunal condenó a Nicolás Zepeda, de 31 años, a 28 años de cárcel por asesinar en diciembre de 2016 a su exnovia japonesa Narumi Kurosaki, que entonces tenía 21 años. Los fiscales habían pedido cadena perpetua. Antes, Zepeda, que proclamó su inocencia durante todo el juicio, volvió a negar haber asesinado a Kurosaki. Foto: Sebastien Bozon / AFP).

“No soy la pequeña Narumi”: el correo electrónico que despertó las sospechas de la expareja de Narumi

El martes 12 de diciembre, el tribunal escuchó el testimonio de Arthur del Piccolo, expareja de Narumi Kurosaki. En la instancia, el francés detalló su relación con la desaparecida joven y declaró que recibió un correo electrónico de su parte, que la fiscalía cree que fue enviado por Zepeda.

De acuerdo a lo señalado por Del Piccolo, el día de su desaparición -el 4 de diciembre de 2016- cerca de las 23:00 horas, recibió un correo electrónico que habría sido enviado por ella. El correo decía que la mujer “estaba bien y no había que preocuparse”.

“En ese mail me contaba que se había encontrado con alguien y había pasado el día con esa persona. Le respondí preguntándole si iba a volver y me dijo que no”, explicó.

Así, añadió que el martes 6 recibió un nuevo correo contándole que “se iba a Lyon para renovar su pasaporte. Me pareció raro. Le escribo intentando entender”, sostuvo. Posteriormente, Del Piccolo recibió otro correo electrónico, donde se daba por terminada la relación con Narumi. “La persona que envió ese mensaje pudo deshacerse de mí. Hasta tuve la impresión de ser aliado de esa persona pidiéndole a la gente que me dejaran tranquilo”, declaró.

El joven francés reconoció que hasta el 6 de diciembre pensaba que era Narumi, su pareja, la que escribía los mails. Pero un correo enviado dos días después, el 8 de diciembre, lo hizo dudar.

“No soy la pequeña Narumi, no soy algo que te pertenece. Pienso que no era amor. El amor no es posible en tan poco tiempo. Esto es algo menos fuerte que el amor. Estábamos enamorados, pero no era amor”, decía el mensaje. De hecho, según la fiscalía francesa, ese mensaje habría sido escrito por Nicolás Zepeda.

Las sospechas de Del Piccolo se acrecentaron cuando a los cinco días llegó a la residencia de la joven japonesa. Ahí, vio su manta y su tarjeta de bus. “Me pareció todo muy extraño”, reconoció. Eso lo motivó a iniciar la búsqueda de Narumi.

“Con todos los indicios que juntamos, comenzamos a sospechar de ese tal Nicolás. En ese tiempo poco me importaba ese Nicolás. Sabía que Narumi no tenía ningún enemigo y solo sabía de una antigua relación tóxica”, agregó.

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El estremecedor relato de la mamá de Narumi en juicio contra Nicolás Zepeda

Octavo día del juicio de apelación contra Nicolás Zepeda en Francia. La madre de Narumi Kurosaki, Taeko Kurosaki, prestó testimonio y recordó cómo conoció al chileno, rememorando los días previos a la desaparición de la joven japonesa, en 2016. Asimismo, la mujer entregó un estremecedor relato de su presente debido a la muerte de su hija.

La madre describió a su hija como una mujer “seria, trabajadora y de inteligencia ilimitada”. También dijo que Narumi sufrió de acoso escolar durante su infancia. A continuación, entre lágrimas, señaló que uno de los sueños de Narumi era estudiar en el extranjero. Sin embargo, Zepeda se oponía a esto.

Así también, contó cuál fue su primera impresión al conocer a Zepeda: “La primera impresión que tuve, lo diré con franqueza. Todos en Japón tenemos una cara relativamente plana. Su rostro estaba bien esculpido. Me pareció un chico guapo, agradable y amable. Solo una cosa me llamó la atención. Este chico no me saludó. Tuve que digerir mi sorpresa a mi manera. Me dije que era porque era japonesa que no se atrevió a saludarme”.

La mujer describió a Zepeda como un “hombre poco confiable” y posesivo con su hija. La madre comentó que el imputado intentó impedir el viaje de Narumi a Francia. “Él no puede tolerar un día lejos de mí”, fue una de las respuestas de Narumi a su madre.

El 3 de diciembre, un día antes de la desaparición, fue el último día en que la madre y su hija tuvieron contacto. “Durante cinco días, no hubo mensajes de Narumi. Le envié muchos mensajes para saber cómo estaba. Mis mensajes nunca fueron leídos y no obtuve respuesta “. Luego, el 10 de diciembre recibió “un mensaje misterioso” que decía “no te preocupes, está bien. Perdón por no escribirte. Mi novio es muy posesivo”.

El 14 de diciembre de 2016 Taeko se enteró de la desaparición oficial de su hija. ‘”Como loca repetí su nombre. Narumi, Narumi, mantente con vida”.

Estoy psicológica y físicamente destruida. Los periodistas no nos dejaban ir. Los correos, el teléfono. Me encerré en mi habitación muchos meses, en completa oscuridad. Rodé por el suelo y me aislé por completo de este mundo espantoso. Nunca podré volver a trabajar en el resto de mi vida “.

Incluso señaló que buscó quitarse la vida. “Una vez tuve que saltar de un coche en marcha. Pero solo tenía heridas. Me estrangulé muchas veces. Pero no tenía fuerzas suficientes para suicidarme sola. Cada vez, cuando volví en sí, le pedí perdón a Narumi por haber fallado en mi acción. No pude saborear el horrible sufrimiento que tuvo que soportar. Incluso hoy, sigo pidiéndole perdón. Me golpeé la cabeza contra el suelo, en paredes.”

“¡Este hombre nunca dirá la verdad hasta el final de su vida!”, dijo, y agregó: “Desde que escuché esta horrible noticia, no he podido alimentarme. Me es imposible dormir. En dos meses perdí 17 kilos”.

La madre de la japonesa comentó que consideró viajar a Francia para intentar encontrar a Narumi. Finalmente, en junio de 2017, viajó a Chile para buscar pistas y enfrentar a Zepeda.

“Quería ver cómo Zepeda seguía viviendo. Lo encontré y lo seguí. En un momento se dio cuenta de que yo lo estaba siguiendo”, dijo en parte de su relato.

“Nos encontramos cara a cara. Él tenía la mirada sorprendida y luego me miró fijamente. Lo miré fijamente y, mirando hacia abajo, continuó su camino para evitarme”, comentó la mujer.

Taeko afirmó que regresó a Chile en octubre de 2017 y luego en julio de 2018. “Nosotros tres, la familia de Narumi, fuimos asesinados indirectamente. Tenemos una desconfianza terrible hacia los hombres. Mis hijas se niegan a casarse”, remató la mujer.

Nicolás Zepeda Contreras. /Foto: AgenciaUno.

Nicolás Zepeda rompe en llanto

En el noveno día, Zepeda fue expuesto a dos psiquiatras y un psicólogo, quienes estuvieron presentes en el juicio y que arrojaron diversas conclusiones sobre la personalidad del chileno.

“Me asombró. Al verlo se me viene a la cabeza la palabra narcisista, peculiar de alguien inteligente pero que carece de empatía. Es alguien que tiene una ‘dimensión de control’ muy importante”, dijo uno de los expertos.

Tras esos relatos, el chileno tomó la palabra y denunció que observó y sufrió malos tratos durante su estadía en el centro de detención preventiva de Besanzón, en el que estuvo hasta el verano boreal de 2022, cuando fue trasladado al penal de Orleans, según recogió el medio L’Est Republicain.

“En Orleans no tengo preocupaciones, son personas respetuosas y profesionales. En Besanzón viví cosas diferentes. Es un antiguo centro de detención preventiva que tiene 200 años, no es fácil para nadie, ni para los funcionarios ni para los internos, pero la unidad de aislamiento es horrible. En mi opinión, hay mucha presión y estrés en el personal, que tiene que tratar con gente descontenta”, sostuvo.

Posterior a sus descargos, Zepeda dijo que “con este juicio puedo confirmar una hipótesis, y es que necesitamos un culpable”.

Tras ser preguntado por el magistrado por sus peleas con Narumi, respondió que “nunca fueron tan malas. Yo diría que era más como diferencias”. “Con Narumi, lo que amaba de ella, era que cuando encontrábamos un consenso (el problema) se resolvía”, dijo el imputado.

A los minutos más tarde Zepeda volvió a quebrantarse tras recordar de etapa en la cárcel, apoyándose en el borde de su banquillo y escondiendo su rostro con las manos. Según detalló la prensa europea, su crisis fue “tan repentina como poderosa”.

En ese momento su madre quebró el poderoso silencio que inundó la sala. Lo anterior, preguntando a gritos “dónde están los derechos humanos de mi hijo, que lo tratan como a un perro”, en un español que pocas personas entendieron.