El abogado y exfiscal Luis Inostroza, representante de Wilson Contreras, el supuesto autor intelectual del homicidio que sicarios concretaron contra José Felipe Reyes, apeló a la resolución del 8° Juzgado de Garantía de Santiago que dejó en prisión preventiva a su defendido.

El dueño de La Vaquita Sabrosa era amigo del empresario conocido como “Rey de Meiggs” y, según la investigación de la Fiscalía Oriente, presionado por una deuda de $1.034 millones y 80 mil dólares que mantenía con él, habría contactado a un sujeto para pagar a los sicarios que lo asesinaron afuera de su departamento en Ñuñoa.

Inostroza insiste en que la deuda habría sido “en su mayoría solucionada mediante los diversos pagos mensuales efectuados regularmente a la víctima”.

Asimismo, el abogado sostiene que “no existirían antecedentes suficientes para establecer el acuerdo previo ni la coordinación del delito” y que “los elementos de juicio aportados serían insuficientes para justificar las presunciones fundadas de participación” exigidas por ley para disponer la prisión preventiva.

La deuda

El abogado asegura que la libreta usada para dar cuenta de la deuda contiene anotaciones más recientes en las que se especifica que el monto que Verdugo mantenía impago era de $112 millones.

En esa línea, asegura que hay testigos de que Verdugo pagaba a Reyes semanalmente desde hace dos años, $9.000.000, mediante la entrega de un sobre en la conserjería del edificio en el que vivía.

“Resulta al menos ilógico a la luz de los antecedentes que, habiendo pagado mi representado durante más de 2 años a la víctima una enorme cantidad de dinero tuviera como móvil para hacer el encargo de su muerte una vez que esa deuda estaba reducida a una cantidad mucho menor”, indicó el letrado en la apelación.

Las llamadas

Por otro lado, en la apelación se pone en duda el recuento de las comunicaciones de la víctima el día en que lo balearon y asesinaron.

“Es del caso señalar que consta la declaración de don Francisco Kaminski Candia, prestada el mismo día de la detención de mi representado, quien indica que la víctima le llamó a través de videollamada a primeras horas de la mañana señalándole que iba camino a Santiago a realizar un trámite breve. Dicha comunicación telefónica no consta en el informe de llamadas levantadas por la policía del teléfono de la víctima“, plantea el exfiscal en su apelación.

Los sicarios

El homicidio fue ejecutado por Alberto Carlos Mejía, Yonder Emilio Blanco Veliz y Neomar Andrés Arismendi Duarte, venezolanos en situación irregular, formalizados el pasado 9 de julio. Los tres quedaron en prisión preventiva, sin embargo, Mejía fue liberado al día siguiente y cruzó la frontera hacia Perú el 12 de julio. Hoy se desconoce su paradero.

Blanco indicó en su declaración que el delito fue pagado por un chileno que mantenía cercanía con la víctima y habría descrito a Verdugo como un hombre gordo de 40 años. Según la apelación, esa descripción fue hecha en relación a Reyes, que tenía 43 años, y no al imputado que tiene 56.

“No se ha probado vínculo alguno entre mi representado con los homicidas de la víctima; ni que haya sido él quien les haya pagado para lograr el cometido; se encuentra en duda también la existencia del móvil que le atribuye el Ministerio Público”, señala Inostroza.

El abogado también dice que está en duda la efectividad que de que Verdugo hubiese estado en posición de saber que él fue la última persona que habló con la víctima y la circunstancia que hubiese sido la única persona que sabía que Reyes viajaba a Santiago la mañana del 19 de junio, cuando ocurrieron los hechos.

“Nada de aquello ha podido ser justificado ni aclarado por el Ministerio Público, a pesar de existir elementos objetivos que en mucho contradicen lo expuesto por el ente persecutor”, aseguró el defensor en su presentación para revertir la medida cautelar de Verdugo.