Es una de las mañanas más frías del año y Cecilia Morel (65) llega al Centro Cultural del Adulto Mayor, al interior del Parque Quinta Normal, acompañada de su equipo. Llama la atención que, al igual que su marido, el Presidente Sebastián Piñera, la primera dama anda desabrigada.

Sin prensa, como son la mayoría de estas visitas, la directora del Área Sociocultural de la Presidencia recorre uno a uno los talleres, el primero es el de coro: toca la puerta y pide permiso para interrumpir...

"¡La señora Cecilia!", dice una señora impresionada.

"Pase, pase… Hoy somos poquitos, porque la mayoría están enfermos… pero la invitamos a cantar…", dice el profesor sentado junto a un teclado.

"Cuando estaba en el colegio estaba en el coro, pero ahora ya no tengo voz…", responde Morel, sonriente, mientras saluda una por una a las señoras y abuelitos.

En el taller de memoria, la pista se le pone más pesada a Morel.

"Mira Cecilia, te quiero pedir que por favor hagas algo para que a nosotras nos atiendan en los hospitales que nos corresponde por sector… yo, al igual que mis compañeras, vivimos en este barrio y gastamos mucha plata en Transantiago para llegar, por ejemplo, al Instituto Geriátrico, allá en Providencia".

La respuesta de la primera dama es rápida: "Acabamos de presentar un programa que busca incrementar en un 50% la formación de geriatras… Hoy la tercera edad somos cerca del 20% de la población en Chile, pero se espera que en el año 2050 seamos cerca del 25% y faltan geriatras…".

Inmediatamente, la misma señora lanza otra solicitud: "Oye, Cecilia, tú sabes que todas nosotras debemos pagar altas contribuciones y si nos atrasamos, nos amenazan que nos van a quitar nuestras casas…".

"Por eso es importante aprobar la próxima reforma tributaria…", responde la orientadora familiar, luciendo su lado más político.

Es en el taller de tejido donde ella se siente más a gusto. Pide palillos, se sienta entre las señoras y ofrece ayuda… Aquí no hay solicitudes, solo se habla de puntos, texturas y técnicas…

Momentos después conversamos con Morel en una de las salas de la casona que, recuerda una de las señoras, se las dio Lavín cuando fue alcalde de Santiago en el año 2000.

La condición con la primera dama es no hablar de política. Con dos campañas presidenciales en el cuerpo y la dosis diaria de adrenalina de su marido en La Moneda es suficiente, nos parece decir con su mirada.

"Son tan cariñosas las señoras, si tú vas a cualquier municipio, los regalones son los adultos mayores. ¿Tú sabes que las personas mayores son las que más participan en la sociedad? La gente cree que son solo los que más votan, no, son los más movidos", dice.

¿Por qué escogió a la tercera edad como su bandera en este gobierno?

Tengo una vocación que viene de mi mamá. Ella trabajó más de 30 años con adultos mayores y se murió trabajando con ellos. Le decíamos 'mamá, no será momento de parar, tú ya eres la mayor de las mayores...'. Ella formó muchos clubes que hasta hoy existen en el Cajón del Maipo, donde teníamos una parcela. Lo de ella era vocación de verdad, recorría desde La Obra hasta El Volcán buscando a viejitos en dificultades y, como en ese tiempo eran zonas muy rurales, me contaba situaciones muy dramáticas que recuerdo, de personas que no tenían casa y en los cerros se hacían unas especies de nidos para vivir...

¿Se emociona?

Para mí es muy bonito hacer lo que ella hacía. Ahora, la gran definición de nuestro programa (presidencial) era acompañar, a lo largo del ciclo vital, a las familias. Y ahí había dos grandes grupos: infancia y personas mayores. Me fue difícil escoger, pero el envejecimiento de la población en Chile es un gran desafío. En los últimos 50 años la curva de personas de tercera edad es así (Morel inclina su mano derecha hacia arriba), cada vez somos más adultos mayores, tres millones 500 mil, según la última Casen, y se espera que para el 2025 los mayores de 60 años superemos por primera vez al grupo de menores de 15 años. Y el rápido envejecimiento de nuestra población es un fenómeno que ningún gobierno se ha preparado para enfrentar, a diferencia de los países europeos. Y esto supone desafíos muy grandes en políticas públicas.

El gobierno de Bachelet no le dio continuidad a Elige Vivir Sano (EVS), puede pasar lo mismo con su actual Plan Adulto Mejor (PAM), ¿qué cree que falta para que exista continuidad en estas políticas no tan ideológicas?

EVS quedó como ley y hay muchas medidas que hoy son fruto de ese programa; por ejemplo, todo el cambio de la alimentación escolar en la Junaeb fue gracias a EVS; el aumento de las horas de Educación Física en los colegios también; la Ley de Etiquetado, que aunque fue impulsada por el senador Girardi, EVS jugó un rol ahí... Pusimos el tema y creo que logramos un pequeño cambio cultural. Por eso, la idea de este Adulto Mejor, primero que nada, es avanzar en un cambio de mirada. Si seguimos viendo a nuestros padres y abuelos como una carga, y si seguimos pensando que la vejez es lo peor que nos va pasar en la vida; los vamos a seguir excluyendo...

A su juicio, ¿hoy no se respeta a los mayores en nuestro país?

Existe una imagen distorsionada de ellos. Hay un estudio en que el 70% de los jóvenes consultados cree que los adultos mayores son dependientes. Y es al revés, el 84% son autovalentes. El 30% de las personas menores de 60 dice que no se está preparando "nada" para su tercera edad, otros "muy poco", y solo un 4% responde que están haciendo una vida más sana y activa pensando en su vejez. No nos estamos preparando para la vejez.

¿Cuál es su plan de trabajo?

Como comentaba anteriormente, pavimentar un cambio de mirada frente a los mayores, que es un tema de largo aliento; pero respondiéndole en forma concreta a necesidades más urgentes. Creamos un consejo ciudadano de personas mayores para detectar cosas urgentes posibles de hacer ahora. Con esa lista me junté con todos los ministerios, uno por uno. Con Bienes Nacionales acordamos dar prioridad a las personas sobre 60 años en el saneamiento títulos de dominio; con Deportes, la Plaza Mayor; con Transportes empezamos el piloto Semáforos Amigables, que a través de una pulsera se puede extender el tiempo de verde para atravesar una calle; con Justicia la figura del Defensor Mayor, que para mí es una de las más importantes. Son duplas de abogados que asesoran legalmente a personas mayores que se enfrentan a situaciones de abuso, maltrato, violencia...

¿Cómo es su llegada con la oposición en estos temas?

Eso es lo más bonito, al igual como me paso con EVS, los temas de la vejez son muy transversales. He tenido muy buena recepción de los integrantes de las comisiones de Adulto Mayor y de Familia. También me ha impresionado el apoyo de alcaldes de todos los colores.

Adultos mayores y trabajo

Un área que Morel destaca en su plan es la "incorporación voluntaria" -voluntaria, subraya- en el área laboral. Entre sus logros destaca la eliminación del tope de edad de 65 años para acceder a cursos del Sence; el Programa Experiencia Mayor, que otorga una bonificación a las empresas que contraten a personas de 60 años o más, y los nuevos fondos concursables que apoyan la puesta en marcha de ideas de negocio para adultos mayores.

"Hay muchos adultos mayores que se quieren reinventar y capacitarse, sobre todo en la parte de las nuevas tecnologías, eso es algo que para ellos es muy importante para mantenerse activos y conectados", dice. Y agrega: "Todos estos programas son voluntarios, porque a nadie se le está pidiendo que trabaje, pero en las encuestas, cerca del 70% de las personas jubiladas responden que quieren seguir activas. Entonces hay que abrirles las puertas a las personas de la tercera edad que quieran trabajar, y ojalá estas medidas se institucionalicen".

Es un porcentaje alto, ¿a qué cree que se debe?

Por dos razones: primero, para mejorar su ingreso indudablemente, y dos, porque quieren mantenerse activos. Muchas personas, al jubilarse hoy a los 65 años, se sienten jóvenes. Ahora, hay trabajos y trabajos. No estamos hablando de labores pesadas obviamente. A raíz de estos números, estamos trabajando con Trabajo el tema de la flexibilidad laboral. También nos reunimos con todas las ramas de la CPC.

Desde un punto de vista más ideológico, existe una mirada crítica a que adultos mayores sigan trabajando...

Claro, pero la realidad dice que los mayores quieren trabajar y eso se puede favorecer con pequeñas flexibilidades que permitirían que ellos entren más tarde, se vayan más temprano. Son medidas que ellos mismos demandan.

La agenda paralela en los viajes internacionales con Piñera

Morel revela que en la mayoría de sus viajes al exterior junto al Presidente, ella pone un requerimiento: espacio para una agenda relacionada con su Plan Adulto Mejor. De ahí –cuenta-, saca ideas, se reúne con expertos, visita lugares y concreta acuerdos. Aquí revela alguna de ellas.

-"En Suecia me impactó la importancia que se le está dando al tema de la demencia, que nosotros lo tenemos muy poco visibilizado. Por eso me dio tanto gusto que, desde el 1 de julio se incorporó el Alzheimer en sus primeras etapas. Según datos del Minsal, en Chile al 2019, existen cerca de 220 mil personas afectadas por alguna demencia".

-"En España fui a una especie de laboratorio que elabora todo tipo de implementos, desde teléfonos con números grandes hasta una hamaca-grúa que toma a la persona desde su cama y lo traslada a la ducha, una cuchara para las personas con artrosis, tazas para las personas a quienes le tiembla la mano… El director ya estuvo en Chile y con la UC y la Corfo estamos viendo la posibilidad de hacer una feria aquí con todos es productos".

-"En Japón, el país más envejecido del mundo, me impresionó que al lugar que iba había personas mayores trabajando: de guardias en las calles de Tokio, pero con una labor de información, regulación... en los restaurantes te atendían personas mayores; en las tiendas también".

-"En Bélgica visite una facultad para el adulto mayor al interior de la Universidad de Lovaina, que no es difícil de replicar".

-"En Nueva York los adultos mayores tienen voz en la planificación urbana; de ahí por ejemplo, surgió que en varios parques los bancos tienen brazos para cada puesto, para que un adulto, al pararse, se pueda afirmar en ellos. Ya se lo comenté al ministro de Vivienda quien está trabajando en varios parques nuevos".