"Queremos mover el piso en materia de administración y uso de parques urbanos de manera eficiente y que las familias los aprovechen mucho más", afirmó el ministro de Vivienda y Urbanismo, Cristián Monckeberg, al anunciar recientemente que esa cartera planifica profundos cambios en esta materia.
El diagnóstico del estado actual de estos espacios, en general -sin considerar excepciones bien manejadas- no es muy positivo, puntualiza el secretario de Estado. Se trata de una evaluación compartida por el propio Presidente Sebastián Piñera. "Una vez, visitando parques, lo primero que él me dijo fue: 'aquí no se ve gente, no se están usando. Parecen cementerios verdes', y es verdad", recordó Monckeberg.
El titular de Vivienda había anunciado la generación de una política nacional de parques urbanos, dentro de los ejes de trabajo de esa cartera. En ese marco, anunció la convocatoria de expertos "para que fijemos los criterios y los principios de cómo debe ser esa política, y cómo debe el Estado fomentar la expansión y el uso de estas áreas verdes". Al mismo tiempo, se creará la Unidad de Parques Urbanos en el Ministerio de Vivienda.
Entre las líneas maestras de las nuevas políticas, en este ámbito se cuenta considerar los efectos del cambio climático -haciendo a los parques más eficientes en uso de agua- y fomentar la asociación público-privada, manteniendo, eso sí, los parques con entrada gratuita, precisa la autoridad.
Una de las preguntas que surgen dentro de las políticas de parques urbanos se refiere a la seguridad, y específicamente sobre si es mejor mantenerlos abiertos, o bien cerrarlos con rejas, especialmente de noche. Al respecto, Monckeberg precisa que actualmente "no hay recetas estandarizadas en esto".
"El que el parque sea abierto permanentemente a la comunidad o cerrado durante las noches, es un tema que vamos a ir resolviendo con los alcaldes y los vecinos del sector, dependiendo del entorno", informa.
"Hay barrios más seguros, donde los parques no requieren cierre, pero hay otros que efectivamente sí. Es necesario ir caso a caso", declara.
En la actualidad, según un catastro realizado por La Tercera sobre la base de información solicitada a la Intendencia y el Serviu de la Región Metropolitana, en Santiago hay un total de 47 parques urbanos con superficie mayor de cinco hectáreas. De ellos, 81% de estos parques urbanos posee rejas.
La mayor parte de los alcaldes consultados, asimismo, se muestra partidaria de aplicar cierres en estas áreas verdes: de siete jefes comunales inquiridos, cuatro optaron por instalar enrejados. "En mi opinión, los horarios de cierre de los parques son necesarios porque permiten fomentar un uso consciente y colaborativo de nuestros espacios naturales. Además, permiten la mantención y resiliencia, debido al intenso uso diario que tienen día a día", argumenta la alcaldesa de Peñalolén, Carolina Leitao.
Una opinión disímil tiene el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, quien por estos días analizaba soluciones para el Parque Almagro, donde vecinos han denunciado presencia de actividades delictuales y comercio ambulante. "El Parque Almagro no se pretende cerrar. Queremos diseñarlo nuevamente y ponerlo en alto estándar, el diseño actual está completamente obsoleto", precisa, al tiempo que descarta, por el momento, cualquier proyecto de cierre del Parque Forestal.
Jonás Figueroa, urbanista y académico de la U. de Santiago, recuerda que muchos de los grandes parques en el mundo tienen horarios de cierre, y en algunos incluso se cobra entrada. "Tener los parques abiertos permanentemente no ayuda, porque cuando llegan las horas de la madrugada, la apertura más bien se presta para que se produzcan destrozos", puntualiza.
Distinta es la visión de la arquitecta Karin Rudiger, encargada de Asesoría Urbana de la Municipalidad de Concepción. "No estamos de acuerdo con los cierres de espacios públicos. Creo que debe procurarse mejoras integrales, no solo en los parques, sino en los espacios públicos en general", considera.