El arzobispo de Santiago, Fernando Chomali, se refirió a la propuesta que planteó en diciembre pasado Consuelo Contreras, la directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), de incluir a la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) en las mesas de diálogo en la Macrozona Sur.

En ese entonces, en un video difundido por su equipo de prensa, Contreras afirmó “porque estoy convencida que las situaciones de violencia en la zona centro-sur tienen que terminar, porque nos preocupa profundamente la situación que están viviendo las víctimas de la violencia en esas regiones, es que creemos que debe haber un diálogo amplio, donde todos tienen que sentarse a la mesa”.

Al respecto, y en entrevista con Radio ADN la tarde de ayer miércoles, Chomali sostuvo que “cerrarle la puerta a alguien que quiere dialogar a priori, no me parece adecuado porque las personas pueden cambiar (...) Yo estoy absolutamente en contra de la violencia venga de donde venga, siempre lo voy a estar, pero no podemos cerrar las puertas a un cambio”.

“Si ellos deponen las armas y quieren entrar en un diálogo yo no veo razón alguna para no hacerlo”, añadió. “Estamos en un estado de Derecho donde la justicia tiene que operar, el que es juzgado por los tribunales y cae preso, que esté preso, eso es tarea de los tribunales, no me corresponde a mí juzgar eso, pero he visto también un espíritu de venganza y eso a mi no me gusta”.

Sobre este último punto, relató que cuando los tribunales permitieron que Héctor Llaitul saliera de la cárcel si encontraba un trabajo, “nadie le dio trabajo porque era Héctor Llaitul”.

“Yo le di trabajo y me cayeron las penas del infierno. Y yo decía, cómo no vamos a ayudar a una persona que el Estado le permite salir a trabajar, los jueces le permiten salir a trabajar, quién soy yo para negarle eso, porque tiene competencias, y trabajó en una residencia de personas en situación de calle”, expresó.