Chomali se suma a críticas contra la pena de muerte y llama a no tratar estos temas “al fragor de tiempos eleccionarios”

El arzobispo de Santiago aseguró que con la pena capital “se agrega a un acto de violencia otro acto de violencia que, además de cruel, resulta inútil”.
“La Iglesia se suma a la tendencia mundial de abolir la pena de muerte”. En esa tónica, el cardenal y arzobispo de Santiago, Fernando Chomali, abordó el debate que desató la abanderada presidencial de la UDI y RN, Evelyn Matthei, quien planteó la posibilidad de discutir sobre la pena de muerte, a propósito del violento crimen que sufrió un matrimonio en la comuna de Graneros, tras ser asesinados en su casa.
En declaraciones a la prensa, la exalcaldesa de Providencia señaló: “Uno perfectamente podría abrir una conversación sobre el tema (pena de muerte). Así que eso es algo que, quizás, se puede abrir. A mí no me corresponde, no estoy en el Congreso, pero yo lo único que les quiero decir, es que hay ciertos casos en que, a mi juicio, por lo menos… yo mantengo lo que dije el año 2001, la pena de muerte sí debiera aplicarse”.
Tras sus palabras, aspirantes a la presidencia de diversos sectores se distanciaron de la postura de Matthei. José “Antonio Kast (Partido Republicano), por ejemplo, indicó que “es la salida fácil para los que se ponen nerviosos con las encuestas”, mientras que Carolina Tohá (PPD) enfatizó que la medida “en ninguna parte ha hecho una diferencia en materia de seguridad”, agregando que en tiempos de campañas “estas cosas que son como el humo propio de las propuestas”.
Sin embargo, hubo candidato que estuvo de acuerdo con Matthei, en cuanto a abrir el diálogo en torno al tema. El abanderado del Partido Nacional Libertario, Johannes Kaiser, señaló evaluaría la pena capital “por ejemplo, en homicidios con violación, especialmente en menores de edad (…) Creo que para ese tipo de casos, casos realmente espantosos, debiese aplicarse la pena de muerte”.

Qué dijo Chomali
En ese marco, el arzobispo de Santiago, a través de una carta a El Mercurio enfatizó en que “la Iglesia se suma a la tendencia mundial de abolir la pena de muerte”.
“Con la pena de muerte se agrega a un acto de violencia otro acto de violencia que, además de cruel, resulta inútil”, sostuvo el cardenal.
Junto con ello, señaló que “el Estado va más allá de los límites que concede la legítima defensa de la sociedad y de los ciudadanos. Lo que realmente hay que impedir es que la persona que cometió un acto de violencia lo vuelva a repetir. Eliminar su vida es un acto que, también, puede tener connotaciones de venganza”, aseveró.
En ese sentido, dijo estar de acuerdo en que “un delito grave que atenta en contra de la vida del inocente merece una pena severa, pero el Estado no puede dar la señal de que la violencia es un modo de resolver los conflictos en situaciones extremas”.

“Es más, la pena de muerte genera más violencia porque la institucionaliza y no es una fuerza disuasiva, como muchos piensan. Por otro lado, la pena de muerte es un acto de profunda desesperanza, puesto que no da ninguna posibilidad de que el asesino se arrepienta, cambie, y pague su culpa”, agregó.
En ese sentido, destacó que, a su parecer, “una sociedad que quiere crecer en humanidad no puede desestimar la capacidad de arrepentimiento, de dar y recibir perdón, de reparar y de volver a comenzar. Con la pena de muerte nada de ello es posible”.
Finalmente solicitó que “temas como estos, tan sensibles y dolorosos para quienes han sido víctimas de crímenes atroces y para toda la sociedad, han de estudiarse en sedes académicas de manera multifactorial y multidisciplinaria, y no al fragor de tiempos eleccionarios”.
“Es muy peligroso cuando en una sociedad que se organiza según la lógica de un Estado de Derecho, la fuerza de la razón ceda ante la razón de la fuerza”, sostuvo.
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