El presidente de la Asociación de Proveedores de la Industria de la Salud (APIS), Christian Hänel, describe lo que fueron las negociaciones con el Ministerio de Salud (Minsal) durante 2017, año en que la deuda hospitalaria marcó su peak histórico de $ 418 mil millones en noviembre, tratativas que, en vista de los resultados, Hänel califica como "un fracaso". Asimismo, proyecta lo que esperan de la nueva administración de Salud, advirtiendo que están dispuestos a dialogar sólo en la medida en que vean soluciones.

¿Cómo finalizaron 2017 en relación a la deuda de los hospitales con los proveedores de salud?

El año 2017 para nosotros fue un año malo, por el gran aumento de la deuda. Nosotros recabamos información de los asociados a septiembre de 2017 y eran $ 45 mil millones la deuda total del sector público sólo con las empresas de APIS, que agrupa a 34 firmas. De ese monto, un 60% es deuda vencida, que tiene más de 60 días de la fecha de emisión. Sin embargo, lo que prevemos es que la deuda total en diciembre debe haber llegado a los $500 mil millones, porque noviembre y diciembre fueron meses en los cuales no hubo mayores pagos por parte de los hospitales públicos y ambos son meses que concentran, normalmente, un nivel de compra mayor que el promedio de los otros meses del año. Las cifras del año 2016, si no me equivoco, estuvieron en torno a los $ 350 mil millones y si nosotros estuvimos todo el año conversando con el Minsal para buscar una solución al crecimiento a la deuda, como no lo encontramos, al contrario, quiere decir que fue un fracaso.

¿A qué se debe el poco avance que tuvieron las negociaciones y la mesa de trabajo que hubo con el Minsal?

Nosotros comenzamos con el Minsal una mesa de trabajo en mayo de 2016. Si bien vimos una buena disposición por parte del Ministerio y las personas con las cuales nos reuníamos, viendo los resultados, nuestras reuniones y conversaciones fueron un fracaso, no logramos nada. En alguna parte esto falló y no nos permitió alcanzar una meta razonable que era disminuir la deuda y no aumentarla.

¿Pero se puede lograr un cambio, a su juicio, si en todo este tiempo el Estado no ha podido controlar la deuda hospitalaria que aumenta cada año?

Sí, nosotros estamos claros que sí se puede lograr algo, porque actualmente hay muchas falencias que son el fondo del problema y que básicamente se refieren a la gestión que hay al interior de los hospitales. Así lo dice un estudio de Rony Lenz, en el cual se da cuenta de que hay mayor inversión y gasto, pero menores prestaciones y que han subido los sueldos de los funcionarios, pero la eficiencia es menor. Desde que comenzamos las conversaciones con el Minsal, les dijimos que lo básico como vía a una eventual solución era conciliar la deuda entre deudor y acreedor. Eso es una regla básica contable, y nosotros no logramos que el ministerio accediera a hacer esa gestión, lo que creemos pasó por la (falta) voluntad de la autoridad de querer reflejar la deuda real. Todo esto pasa por las personas. Si hay voluntad y visión y si estamos en la misma línea, obviamente que puede funcionar, si no hay eso, no va a funcionar.

¿En ese contexto, qué esperan del próximo gobierno y del nuevo ministro de Salud?

Lo que hemos leído y escuchado es que el doctor Emilio Santelices está muy preocupado del tema de la gestión y la eficiencia hospitalaria y en general en la salud, y ha manifestado su interés de paliar el tema de la deuda. Queremos reunirnos con el doctor lo antes posible, para buscar una solución real. Para hacerlo se debe conocer la real magnitud del problema para definir estrategias de solución. Obviamente pasa por un tema presupuestario, pero también por un tema de gestión y esa gestión es lo que esperamos que el nuevo ministerio logre inculcar a toda la base de los servicios de salud y los hospitales.

¿Cómo debiera hacerlo?

Si el próximo gobierno se preocupa de la gestión de los hospitales, donde hay que estar metidos dentro, gestionarlos, darles directrices a los directores, ponerles metas mínimas, entendemos que sí es posible ir hacia la dirección correcta, hacia la solución de este problema.

¿Cuánto tiempo más están dispuestos a esperar resultados de esas eventuales negociaciones con el nuevo gobierno?

Primero nos gustaría conocer la visión más específica de las nuevas autoridades (subsecretarios) una vez que sean nombradas. Conocer en el área chica la visión de ellos respecto de la deuda y cómo la desean abordar. Nosotros nos ponemos a disposición de conversar y llegar a acuerdos, siempre y cuando veamos que los problemas se van solucionando. Ya no estamos dispuestos a seguir dialogando mucho tiempo, sin ver soluciones. Es decir, no vamos a estar eternamente conversando y lo primero será colocar plazos. Si no hay indicadores relevantes, seguiremos con las acciones en paralelo que son Contraloría, ChileCompra, el mismo Congreso y no descartamos otras opciones como una demanda el Estado. Lo que sí es claro es que seguiremos los pasos uno a uno, sin saltarnos.