Cinco robos a cajeros en los últimos 11 días: la PDI enciende alarmas ante el regreso de un delito que parecía extinguido
Cuatro asaltos a cajeros automáticos han ocurrido en los últimos 10 días en la capital, dos de ellos frustrados y otros dos concretados. De acuerdo a cifras del Ministerio Público de los últimos 10 años, el delito fue sostenidamente a la baja. Ahora, los investigadores se encuentran analizando los últimos casos ocurridos en la Región Metropolitana para determinar por qué este delito estaría de regreso.
Era la noche del 14 de enero de 2015 cuando dos explosiones ocurridas al interior de la estación de Metro Los Leones rompieron la quietud de los pocos usuarios que había a esa hora en el tren subterráneo.
Se trataba de un intento de robo a un cajero automático al interior de la estación ubicada en Providencia en una época es que este tipo de delitos aún era usual.
Carabineros indicaba esa noche que se trataba de una banda delictual que luego escapó en un auto de marca Mercedes Benz, pero que no lograron concretar el robo. El método que utilizaron en la ocasión se trató de la saturación por gas. Por esos años habría tres métodos para hacer este robo: el gas, el oxicorte y el método del lazo.
Cuatro años antes, en 2011, el gobierno de Sebastián Piñera anunció una serie de medidas para lograr frenar el alza de este delito. Dichas medidas eran el anclaje de los dispensadores, cámaras de seguridad y el entintado de billetes que fueran sustraídos.
A las medidas del gobierno del fallecido presidente se sumó el endurecimiento de las penas en 2012. La Ley 20.601, publicada el 14 de julio de 2012, indicó que este tipo de delito será sancionado con la pena de presidio menor en su grado máximo, esto es, de tres años y un día a 5 años.
Y efectivamente el delito bajó. De acuerdo a cifras del Ministerio Público, en 2013 hubo 117 casos; 263 en 2014; 101 en 2015; 155 en 2016; 88 en 2017; 27 en 2018; 42 en 2019; 49 en 2020; 21 en 2021; 20 en 2022; 14 en 2023 y 13 en 2024. Los datos están contemplados hasta el 30 de septiembre de este año.
Ana María Morales, gerente de la División de Estudios de la Fiscalía Nacional, comenta a La Tercera los motivos de por qué el delito fue a la baja: “Las medidas de prevención que han ido adoptando las distintas empresas de robo a cajeros automáticos podría explicar la baja de este delito. Es decir, que se tomen medidas en relación a las barreras para acceder a ellos”.
Morales explica que en 2012, a partir de la Ley 20.601, lo que ocurrió es que el delito empezó a ser registrado como tal. Esto, dice, no quiere decir que antes no existiera. Asimismo, dice que este delito “usualmente se comete por agrupaciones, porque requiere de distintas expertise para ser cometido. Requiere de un automóvil, de integrantes, de especialidades para hacer la extracción del dinero”.
El retorno del delito
Cuando los funcionarios de la Policía de Investigaciones llegaron a indagar el sitio del suceso en barrio Meiggs tras la detonación de un cajero que terminó en incendio, se mostraron sorprendidos por estar ante la presencia de un delito que parecía erradicado.
Esa vez el subprefecto de la PDI, René Quintanilla, dijo que el robo estaba planificado, pero había sido ejecutado por “primerizos”. Tres días después ocurrió otro hecho de similares características en Quilicura, despertando las sospechas de dos cosas: podía tratarse de la misma banda o el delito estaba de regreso. La policía de civil no descarta que se tratara de la misma banda.
A estos hechos se sumaron en los últimos días un robo frustrado ocurrido en La Florida el domingo, otro frustrado en Colina el miércoles y otro en Renca este jueves. Vale decir, en los últimos 11 días, se han producido cinco hechos en la capital.
Una de las ideas que maneja la PDI es que con el descenso del delito, las empresas “relajaron” las medidas de seguridad. Esto habría sido detectado por los delincuentes.
El jefe de la Brigada Investigadora de Robos (BIRO) Occidente, Agustín Urbina, tiene experiencia en estos casos. Fue su unidad la que tuvo a su cargo varios de los delitos ocurridos en el pasado. Así las cosas, explica por qué este delito estaría volviendo: “Vimos que en estos últimos dos hechos (Meiggs y Quilicura) se habían vulnerado algunas medidas de seguridad o que no se habían cumplido”.
Eso ha encendido las alarmas de los policías: “Eso obviamente nos pone en alerta porque, a su vez, los delincuentes están viendo que hay una meta nuevamente o un lugar donde puedan explotar este blanco”.
La evolución del delito
El detective comenta cómo ha sido la evolución de este delito, desde los primeros años de la década del 2000, “cuando hubo un gran auge en el tema de instalación de cajeros automáticos en farmacias, en negocios, en algunos servicentros”. “Después, ya en el año 2006-2007, empezamos a visualizar los primeros delitos, que se utilizaron por estas bandas criminales y básicamente fue uno de los primeros del tema denominado del oxicorte”, comenta.
Una técnica que usaban los delincuentes era sacar 37 mil pesos de los cajeros. ¿Por qué? Porque así podían ver si tenía billetes de 10, de 20, de 5 y de 2 mil pesos. Con eso, podían ver si estaba cargado.
Así las cosas, se llegó hasta la saturación por gas, lo que fue una idea traída desde el extranjero: “Es una modalidad básicamente aprendida desde el extranjero en aquellos años. Estamos entre 2010 y 2015, que es más o menos un periodo donde hubo un boom de este tipo de delitos. Fue arraigado desde Centroamérica y los chilenos comenzaron a profesionalizar”.
Respecto a los casos de Meiggs y Quilicura, dice que ya tienen algunas pistas para dar con el paradero de los asaltantes.
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