El caso de Estación Central conocido este jueves, donde se identificó a ocho personas con Covid-19 viviendo en precarias habitaciones, en un galpón en calle Obispo Umaña, nuevamente puso una alerta en el debate público: la existencia de cités y viviendas colectivas en Santiago, con altos niveles de hacinamiento, pobreza y malas condiciones higiénicas, que favorecen la propagación de la enfermedad.
Una realidad terrible, que muchas veces afecta a personas extranjeras, y que en tiempos de pandemia se vuelve aún más compleja,
En Estación Central, la municipalidad alertó a Salud sobre posibles ciudadanos infectados en una construcción irregular de 33 habitaciones, donde viven 70 personas, en la mencionada vía Obispo Umaña.
La seremi de Salud Metropolitana confirmó que ocho de ellas tienen la enfermedad, quienes fueron derivadas a un hostal sanitario.
“Es dramático, me ha tocado ver a 40 familias viviendo con dos baños. He planteado que se haga un catastro acabado en Santiago y transferirle los recursos a las municipalidades para poder intervenir”, afirmó el alcalde de Estación Central, Rodrigo Delgado. Añadió que hay cerca de 150 inmuebles de este tipo en su zona.
Este caso se suma al conocido el miércoles reciente en Quilicura, donde su alcalde, Juan Carrasco, ratificó que 33 ciudadanos haitianos resultaron positivos en un inmueble con múltiples habitaciones en avenida San Luis, lo que fue descubierto luego de que uno de ellos acudió a un centro de salud municipal.
El problema, ya de carácter sociocultural, es que allí incluso hubo protestas de residentes del barrio para que esas personas se fueran. El propio intendente metropolitano, Felipe Guevara, denunció la discriminación que sufrieron los afectados: “Aquí la gente del entorno del barrio se enteró que había personas contaminadas y les tiraron piedras durante toda la noche, los amenazaron con que los iban a incendiar, con que los iban a matar”, señaló.
El Servicio Jesuita Migrante debió acudir a “mediar” para darles a conocer las medidas tomadas, pues algunos no entendían el español claramente ni que los estaban trasladando como una medida sanitaria.
El Minsal informó que los afectados fueron efectivamente derivados a hoteles sanitarios y se destacó que otras 250 personas en esta situación también irán progresivamente a estos lugares.
Respecto de los casos, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, planteó que “lo que hicimos fue invitar y convencer a las comunidades a ser trasladadas a un sitio donde puedan hacer en forma más adecuada y protegida la cuarentena, con alimentación y cuidados”.
Otras comunas
El alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, también ha alertado de personas infectadas por Covid-19 en cités de la comuna, como los ubicados en sectores como avenida Santa Isabel. El edil detalla que hay 450 cités en la comuna y en la mitad de ellos se da la situación de que las propiedades son subdivididas en varias habitaciones precarias, rentadas a extranjeros a altos precios.
El alcalde de Independencia, Gonzalo Durán, añade que en su comuna hay 400 viviendas colectivas o casas antiguas donde habitan decenas de personas, con un solo baño y una cocina. Agrega que en esos sitios “existe mucho riesgo de que propague el virus”.
Sebastián Bowen, director de la Fundación Vivienda, afirma que la pandemia “se mezcla con la exclusión habitacional que tienen 50 mil familias que habitan en campamentos; otras 370 mil familias que residen en condiciones de hacinamiento y las 180 mil familias que viven en barrios segregados, además de los que están en cités o viviendas colectivas”.
Añade que en el sistema habitacional informal, muchos “no pueden guardar las cuarentenas por falta de espacio o agua”. ¿Qué estrategia se puede aplicar? Bowen señala que, por ejemplo, los municipios deberían aportarles con alimentación básica para mantenerse en aislamiento y no salir a trabajar. Agrega que la fundación ha enviado equipos de salud móviles para informar sobre el Covid-19 y dar atención ambulatoria en algunos sectores de La Pintana y en campamentos.