Pasó en 2017. La suspensión del conocido "piscinazo" de la reina del Festival de Viña del Mar no ocurrió por un conflicto con la organización del certamen artístico. Se atrasó un día y fue gatillado por una acción ciudadana. Una que quería alertar sobre la paupérrima calidad de vida de más de cinco mil familias que habitan los campamentos de esta comuna, en la Región de Valparaíso.
Aquella vez, un grupo de personas que se manifestaba afuera del Hotel O'Higgins logró traspasar barreras de seguridad y junto a la piscina colgó un cartel que decía: "Los cerros también son Viña". Eran residentes del Campamento Manuel Bustos. Y también inquirieron: "Viña del Mar: ¿Ciudad Bella?", aludiendo al eslogan de la campaña turística que ha acompañado a la comuna durante la última década.
Un año después de aquel incidente la crítica persiste, pero esta vez bajo la mirada de un grupo de académicos de la Universidad Adolfo Ibáñez, quienes esta semana expusieron un duro diagnóstico respecto del futuro de la ciudad. Todo eso, en medio de un ambiente de desconfianza y cuestionamientos, producto del déficit presupuestario municipal, cifrado en más de $ 13 mil millones.
La mesa, organizada por la Cámara Chilena de la Construcción, consultó sobre esta marca turística, donde el arquitecto y doctor en Diseño Luis Valenzuela fue el primero que recordó al movimiento ciudadano de 2017. "El no haber tenido piscinazo era la oportunidad para entender las vidas paralelas que existen en esta ciudad. Esas personas bajaron a la primera línea del borde del agua. Y demostraron que Viña tiene una bipolaridad urbana, con campamentos mucho más distanciados del acceso a equipamiento, transporte y educación que el resto de la ciudad", dijo Valenzuela.
Felipe Valdivieso, doctor en Sociología, señaló que la llamada "belleza" de la comuna no solo debe ser estética, sino también ética: "Aquí hay una doble cara; por un lado, la ciudad es sexy; por otro, tiene un mobiliario urbano deplorable. Se debieran conservar valores y dejar atrás las pretensiones de la élite".
Desde la Sicología, el doctor en Ciencias Sociales Jorge Sanhueza aseguró que "la percepción de una buena calidad de vida es de quienes no viven en Viña del Mar y no de muchos de sus habitantes. La ciudad vive en tensión".
Ciudad Jardín
Hacerse cargo de la historia y resaltar el patrimonio es el análisis del doctor en Historia Rodrigo Moreno, quien calificó como "poco dignas" para la ciudad las denominaciones que buscan atraer a turistas. Repasó las marcas históricas con que se ha publicitado a la comuna, como "Capital Turística de Chile", "Ciudad de Clase Mundial" y la actual "Ciudad Bella".
"La que ha logrado trascender es Ciudad Jardín, aunque en realidad tiene una ornamentación sin grandes parques. Pero resulta que el nombre de la ciudad Viña del Mar es único en el mundo, es un nombre patrimonial; yo considero que eso es lo que debiera recuperarse como identidad concreta", dijo.
La alcaldesa Virginia Reginato, en tanto, defendió la marca de "Ciudad Bella" y aseguró que "tiene valor y significado, ha sido una real contribución para el posicionamiento de un territorio atractivo de visitar. Se trató de construir una promesa y no solo una definición cosmética. Una vez posicionada la marca de Viña, Ciudad Bella, se tomó como un desafío para la gestión de la ciudad y para el turismo local, y creemos que haber dotado a nuestra comuna de un perfil propio la fortaleció en su puesta en valor".
Cámara de la Construcción: "Tiene mucho por mejorar"
El encuentro de los expertos, en el marco del Ciclo Anual de Debate sobre Urbanismo, fue convocado y dirigido por el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción de Valparaíso, Juan Armando Vicuña, y contó con la presencia de autoridades locales y del comercio de la zona.
Vicuña indicó que el objetivo era analizar las proyecciones de Viña del Mar y descartó que el programa se hiciera en el marco de la contingencia por la crisis que vive esta comuna respecto de su déficit presupuestario, cifrado en más de $ 13 mil millones. "No tiene nada que ver, creemos que nuestro análisis suma y aporta para que seamos una mejor ciudad, para planificar y hacer las cosas más trascendentes, más allá de lo económico, porque creemos que se ha perdido el norte de lo que la gente quiere como ciudad. Viña del Mar es bella, pero tiene mucho que mejorar".