Desde el 14 de julio que los gobernadores regionales electos el 14 y 16 de mayo -y en segunda vuelta el 13 de junio- asumieron sus cargos.
Un rol creado en 2017 a partir de una reforma constitucional propuesta por la ex Presidenta Michelle Bachelet en 2015, y aprobada luego por el Congreso; que no ha estado exento de controversia a raíz de las atribuciones que, eliminado el cargo de intendente, son distribuidas entre el gobernador regional y el delegado presidencial.
A poco menos de un mes en el cargo debutante, el gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, analizó estas primeras semanas de trabajo así como la proyección de la figura a largo plazo. Una conversación con Radio Clave que, ineludiblemente, trató la coordinación con el delegado presidencial.
“¿Es un obstáculo?”, le preguntaron a Orrego. “Tal como se define el delegado presidencial hoy, lo es”, respondió el exintendente.
“La relación varía de región en región. Ayer tuvimos reunión todos los gobernadores regionales en la noche, y varios comentaban que los Seremi deben pedir autorización a los delegados para reunirse con los gobernadores. Honestamente, no ha sido mi caso. Me he reunido con ministros y directores de servicio sin problemas. Aunque en los últimos días se ha dicho que los ministros no pueden ir al gobierno regional porque tienen como instrucción de que solo se pueden referir los delegados”, desclasificó Orrego.
“Con el delegado en Santiago [Felipe Guevara] no he tenido grandes divergencias. Pero en regiones, hay muchos delegados que se han transformado en una suerte de guardianes, que si no se les consulta a ellos, no pueden hacerse reuniones con el gobernador electo”, continuó el gobernador de la RM.
“Tal como está establecido el cargo [delegado] debería eliminarse. Debería establecerse por ley que donde dice ‘intendente’ diga, ‘gobernador’. En este caso es al revés, las atribuciones pasan al delegado. No tengo problema con que haya un representante del Ejecutivo en las regiones, pero no una suerte de chaperón del gobernador. Es más, hoy se discuten las desavenencias de presupuesto. A mí me parece que lo más obvio es que las prioridades de inversión de la región sean decididos por loa gobernadores democráticamente electos”, añadió Claudio Orrego.
“Espero que a partir de marzo, con la nueva Constitución y con la creación de nuevas leyes, se entreguen más atribuciones a los gobernadores, que son de sentido común. Primero, el tema de las emergencias. Y segundo, que no tenemos ningún rol en la prevención del delito”, explicó quien fuera alcalde de Peñalolén.
“No hay que mandar a Carabineros para entender que si la primera prioridad de la RM es la seguridad, el gobernador democráticamente electo tiene que dedicarle tiempo, liderazgo y recursos a eso. Es lo que vamos a hacer en Santiago. Por ahora, al margen de la ley, pero ya llegará el momento en que nuestros legisladores y gobierno se den cuenta que, al menos estas dos cosas, son absurdas”, concluyó en esta materia.