¿Compañeros o compañeres? un nuevo debate
El lenguaje inclusivo es una de demanda del movimiento feminista. La Real Academia de la Lengua se pronunció.
La aceptación del lenguaje inclusivo en el ámbito académico es un punto clave y transversal en los petitorios que han presentado las distintas universidades movilizadas por demandas feministas.
Esto conlleva, según la visión de las estudiantes, poder utilizar las letras E y X en reemplazo de la A y O. De esa forma, aseguran, se puede abarcar a todas las personas que no se identifican con el uso del lenguaje binario. Claro que no todos tienen la misma visión.
Uno de los primeros planteles que parecía haber alcanzado un consenso respecto de este tema era la Universidad Diego Portales (UDP). El pasado martes la mesa de negociación conformada por esta materia y en la que participaron cinco académicos designados por el rector Carlos Peña y ocho voceras de distintas facultades, aprobó 29 de las 32 exigencias de las alumnas. Entre ellas, el uso de lenguaje inclusivo a partir del segundo semestre de 2018.
En el documento, las alumnas exigieron "la posibilidad de utilización del lenguaje inclusivo en instancias escritas formales, sin repercusión académica".
Y especificaron que, se entiende por lenguaje inclusivo "la utilización de la "e", "x", "-" como reemplazo de la "a" y "o", para poder abarcar a todas las personas que no se identifican dentro del lenguaje binario, además de incluir a las que sí lo hacen".
De haberse aprobado este punto, la utilización de palabras como "compañeres", "todes" o "nosotres" podría haber sido validada en exámenes y trabajos académicos. Sin embargo, el punto 10 del acuerdo firmado por la universidad y las alumnas dejó espacio a la interpretación.
En el escrito se establece la "aceptación del uso de lenguaje inclusivo en actividades académicas de pre y posgrado: trabajos, presentaciones, defensas orales, etcétera". Según los estudiantes, en ningún lado se establece la interpretación de qué es lenguaje inclusivo y que se ceñirá a las normas de la academia.
Una interpretación muy distinta de la que hizo oficial el rector Carlos Peña. A través de un comunicado, el abogado aclaró a la comunidad los reales alcances de la normativa y se ciñó a las normas de la Real Academia de la Lengua Española. "Usar lenguaje inclusivo o un modo inclusivo en la comunicación, supone esforzarse en emplear expresiones que incluyan a todas las personas, sin considerar su orientación sexual o género. Ello, desde luego, con plena sujeción a las reglas admitidas del idioma castellano (...) no son admitidas por esas reglas y no son necesarias para que el lenguaje sea inclusivo", sostuvo.
Luego, la máxima autoridad del plantel argumentó que por esos motivos "no es posible aceptar el empleo de un dialecto o un sociolecto -esto es, de formas de expresión idiosincráticas de una persona o grupo de personas- sin perjuicio que se admitan en las comunicaciones estudiantiles y cotidianas".
Las alumnas solicitaron una reunión para el próximo lunes con el rector para aclarar la situación.
La RAE se pronuncia
Macarena Galaz, una de las interlocutoras del movimiento feminista de la UDP, señaló a La Tercera PM, el jueves pasado, que la importancia de este paso recae en que "dentro de nuestra comunidad universitaria no solo convivimos aquellos que nos sentimos identificados dentro del binarismo (...) tenemos compañeres que su corporalidad e identidad sexual no adscribe a un lo o un la, y aunque sea una población minoritaria son parte de la comunidad y merecen su visibilización en el lenguaje tal como cualquier otra persona".
Al parecer, para las alumnas aún no está todo perdido. Esto porque la aclaración que hizo el rector Peña en su último comunicado no está en el documento que firmaron quienes participaron en la mesa de negociación. De hecho, la Real Academia de la Lengua, a través de su cuenta de Twitter, se pronunció sobre el tema. Consultados por un usuario, respondieron que el uso de la E y X "como supuestas marcas de género inclusivo es ajeno a la morfología del español, además de innecesario, pues el masculino gramatical ya cumple esa función como término no marcado de la oposición de género".
María Angélica Valladares, académica de la Facultad de Educación de la U. Central, dice que actualmente el lenguaje ofrece muchas formas para ser inclusivo. Sobre la discusión por el uso de palabras como "compañere", sostuvo que "no compartiría mucho que esto se impusiera y que pronto nos estuvieran multando por no hablar de cierta manera. En el caso de las evaluaciones debería empezar a fomentarse, siempre cuando sea intencionado y acordado por docentes y estudiantes".
Sin embargo, Valladares aclaró que en Chile no hay mucha experiencia ni referentes para abordar el tema.
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