Un total de 3.539 incendios forestales se han generado esta temporada 2020-2021 a nivel nacional. Lo que más preocupa a la Corporación Nacional Forestal (Conaf) es la intencionalidad de los siniestros, pues según sus cifras, entre el 1 de julio de 2020 y el 21 de enero recién pasado, el 37% de ellos es intencional, es decir, producidos por el hombre. A la misma fecha del año pasado, el porcentaje era de 35%.

Según las cifras de Conaf, del total de siniestros, un tercio son intencionales, el 47% han sido accidentales o negligentes, mientras que el 16% no tiene una causa identificada. Solo el 0,4% de ellos es de origen natural. Las regiones que concentran el fenómeno son la del Biobío, donde un 62% de los focos fue provocado, y la de Ñuble, zona donde el 33% de estos hechos fue provocado.

El director ejecutivo de la Conaf, Rodrigo Munita, explicó que el incendio más reciente, donde habría personas detrás del siniestro, corresponde al ocurrido en Quilpué, donde se quemaron más de cuatro mil hectáreas y puso en riesgo más de 25 mil viviendas, por lo que los vecinos debieron ser evacuados. “Tenemos la razonable certidumbre de que fue intencional: el primer foco se produjo a las 21.30 horas del jueves y es difícil que haya ocurrido accidentalmente, por la hora y el lugar”. Añadió que se identificaron cuatro focos distintos en el sector, lo que lleva a concluir que podrían haber sido provocados. Se hizo un informe técnico, que fue entregado a la Policía de Investigaciones, que trabaja junto a la Fiscalía de Quilpué en la investigación de los hechos.

A nivel general, el director planteó que en las regiones donde hay mayor intencionalidad está asociada a factores “que tienen que ver con situaciones sociales y de violencia en esa zona”. Agregó que incluso en algunas áreas afectadas “no nos permiten el acceso para combatir el fuego, lo que pone en riesgo tanto las aeronaves como a los brigadistas”. El presidente de la Corporación de la Madera (Corma), Juan José Ugarte, señaló que la evidencia reunida por personal especializado “muestra que la intencionalidad ya alcanza el 70% en los incendios combatidos por las empresas forestales”.

Combate del fuego

Según la Conaf, existe alta posibilidad de ocurrencia de incendios, debido a las condiciones de sequedad en los terrenos y las olas de calor proyectadas en la zona central, donde se esperan temperaturas entre 0,5 y 1,5°C más altas que lo normal en la Macrozona Centro-Sur. Ante este escenario, la Conaf dispone recursos para combatir el fuego que ascienden a $ 72 mil millones, destinados a aeronaves, maquinaria y brigadistas.

El programa para esta temporada considera 52 aeronaves, entre ellas los helicópteros Chinook, que pueden llevar un volumen 10 mil litros, y los Puma, con una capacidad de cuatro mil litros de agua y elementos retardantes. Y si las condiciones climáticas cambian o empeoran, pueden ampliarse a 62 aeronaves. A estos se suman 2.957 brigadistas para combatir los focos, distribuidos entre todo el país. Entre ellas, por primeras vez este año se cuentan 14 brigadas que trabajan de noche. La Corma, en tanto, también cuenta con medios propios para combatir los incendios: 35 helicópteros, 20 aviones cisterna, cuatro aviones de coordinación y vigilancia, 60 cámaras robot 360° y 158 torres de vigilancia. Además, las empresas del sector poseen 3.951 brigadistas.

Los expertos plantean que, más allá de los medios para combatir los incendios, cada vez más se debe trabajar en la prevención con las comunidades donde hay predios colindantes a la zona urbana. El académico de la Facultad de Ciencias Forestales de la U. de Concepción, Eduardo Peña, explicó que en Chile se debería implementar un sistema similar al de Australia, país azotado por incendios los últimos años. “Allí existe una norma obligatoria, donde los propietarios de predios colindantes a bosques deben mantener una franja despejada de 30 metros, con el fin de que no se expandan las llamas”, precisó, lo que se denomina “anillos de aislamiento”.