La directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Consuelo Contreras, llegó el martes pasado a La Araucanía y permaneció en la zona por 48 horas. El organismo tomó un activo rol a la hora de pedir que se aclararan las condiciones en que falleció Camilo Catrillanca el miércoles 14 de noviembre, cuando el Gope de Carabineros realizaba un operativo en la comunidad Temucuicui.
Durante su estadía en la región, se reunió con el padre y la madre del comunero, así como con el menor de 15 años que estuvo con este cuando fue herido. Transcurrido más de una semana y media del hecho, relata que en un principio le preocupó la reacción de las autoridades de gobierno, no obstante, aseveró que con el paso de los días agradeció la "firmeza" con que ha respondido el Ejecutivo en la búsqueda de la verdad.
Hoy, tanto el gobierno como el INDH han presentado querellas en contra de quienes resulten responsables. Sin embargo, Contreras dice tener claridad sobre lo sucedido: "Quienes dispararon son fuerzas policiales especializadas, que tienen conciencia de qué significa cambiar balines de goma por balas".
¿Qué sensación le dejó su visita a La Araucanía?
Me fui con sentimientos encontrados. Por una parte, orgullosa, porque como INDH hemos cumplido una función importante. Pero también con la tristeza que me traspasó la familia Catrillanca, el adolescente y su padre. Desde la perspectiva humana, es muy dura la situación que viven las comunidades, así como la sensación de acoso permanente, que esta vez culmina con una pérdida. Aquí no se pueden seguir perdiendo vidas. Y existe un tremendo desafío para todos como sociedad: autoridades, comunidades mapuches, empresarios, académicos, ciudadanía y nosotros como INDH.
Se debe empezar a trabajar fuerte y sin descanso para generar puentes que renueven confianzas y permitan construir un camino de paz. Eso debe ocurrir lo antes posible.
¿Hay confianza en que se logre justicia en la muerte de Camilo Catrillanca?
Tengo esperanza. Por una parte, veo que hay decisión de algunas autoridades de gobierno. En aquellos con quienes me he relacionado hay decisión de llegar a la verdad de estos hechos. Y por parte de las comunidades, está la urgencia de que se llegue a la verdad y se haga justicia. La verdad es uno de los ladrillos para construir un camino de paz. Tengo esperanza que eso ocurra, porque si no, la situación va a ser muy grave.
Dada su participación como observadores de esta investigación, ¿cuál es su versión de lo ocurrido aquel día?
Por las pericias que se han hecho en el sitio del suceso, tenemos la convicción de que no hubo oposición ni enfrentamiento. El tractor no tiene ninguna marca de disparo por el frente, son todas por atrás. Las personas que estaban en el tractor permanecían desarmadas y atacadas por la espalda. La bala que termina con la vida de Camilo Catrillanca es una bala que le llega en la nuca. Está la convicción de que eso fue así, y que quienes dispararon son fuerzas policiales especializadas que tienen conciencia de qué significa cambiar balines de goma por balas, y las consecuencias que ello puede traer.
¿Qué le parece el actuar del gobierno desde que ocurrieron los hechos?
Al principio tuve preocupación por las declaraciones. Pero el domingo tuve gran tranquilidad por la firmeza y la decisión del gobierno, expresada por los ministros del Interior, Justicia y Desarrollo Social, respecto de llegar a la verdad en una investigación a fondo. Esperamos que eso implique justicia, verdad, reparación y medidas de no repetición, algo esencial cuando se violan los derechos humanos. Es la situación más grave que me ha tocado enfrentar como directora del INDH: que agentes del Estado acaben con la vida de una persona y un adolescente que es torturado por ellos. Todo esto en un mismo hecho, y que además destruyen información. Me parece una situación gravísima.
¿Cómo vio al adolescente?
Lo vi muy triste. Me impactó verlo. Me dijeron que se trataba de un adolescente, lo imaginé mayor. Pero al verlo, encontré a un niño que está bastante afectado. La situación que él vivió es muy fuerte. Creo que ver morir a una persona junto a ti, de un balazo, debe ser una situación brutal. Él lo expresa en su cara. Y cuando vi a la madre y al padre de Camilo Catrillanca entendí el dolor que sienten por perder un hijo. Uno no espera que nadie viva el dolor que ellos padecen.