"La sintomatología asociada al dióxido de azufre (SO2) no corresponden a los síntomas presentados por las personas, las que se relacionan con los compuestos orgánicos volátiles de hidrocarburos". Con esas palabras, Codelco desestimó, en una minuta de la compañía, a la cual tuvo acceso La Tercera y que habría sido mostrada por la empresa en distintas reuniones con autoridades, los efectos que las emisiones de la División Ventanas podrían haber generado sobre la población de Quintero y Puchuncaví, en el marco de la crisis ambiental que afecta a la zona.
En dicho escrito, la empresa también da a conocer el detalle de los efectos a la salud de las personas que se exponen a gases contaminantes por vía aérea y realiza una comparación entre los generados por hidrocarburos y SO2, siendo este último la principal emisión de la fundición y refinería, Ventanas.
Así, en el caso de la exposición a hidrocarburos, la empresa, basada en datos de la EPA, establece que las personas sufren de depresión del sistema nervioso central, lo que se refleja en debilidad muscular, somnolencia, pensamiento confuso y visión confusa. Así como también en la presencia de náuseas, vómitos, respiración agitada, letargo, dolor en el pecho, mareos y desmayos, siendo estos efectos, según conocededores de la crisis ambiental, los más repetidos en la zona.
Por su lado, en el caso del (SO2), los efectos se traducen, según la minuta, en daño al sistema respiratorio, reflejado en dificultades para respirar, irritación de las vías respiratorias, tos e irritación ocular.
En el escrito, la compañía también da cuenta del comportamiento del SO2 en la estación de monitoreo Quintero para el período comprendido entre el 20 de agosto y el 27 de septiembre de 2018 y reitera que "la División (Ventanas), exhibe un estándar de cabal cumplimiento de las normas existentes", lo que además se ha ratificado en las más de 30 fiscalizaciones hechas a la operación.
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