A las 11.00 horas de hoy, en Talagante, cerca de la plaza de la comuna, un pequeño equipo de funcionarios de la Primera Iglesia Pentecostal de Chile se acercaron a una casa a mitad de cuadra. Tocaron el timbre y entregaron una carta. "La reacción fue muy mala, una persona literalmente nos tiró los papeles por la cabeza", aseguró a La Tercera un miembro de ese equipo.

Siguen tensas las cosas en el mundo evangélico. Aquel era el domicilio del pastor Tito Maturana Bravo. Y la breve misiva, de una carilla, tenía un mensaje que por cierto no era el esperado. Se le notificaba que estaba "cesado" en sus funciones como director de la Iglesia. Y el documento lo firmaba el obispo Eduardo Durán Castro.

"Pongo en su conocimiento que a contar del día de hoy cesa en sus funciones como secretario del Honorable Directorio Nacional de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal, dejando de pertenecer a este cuerpo colegiado. En razón de lo anterior, deberá hacer entrega de los libros de actas al pastor Moisés Vásquez, quien ha sido designado en su reemplazo", dice el documento, firmado por "el obispo presidente, Eduardo Durán".

Una misiva exactamente igual recibió, también en su domicilio, el pastor Daniel Héctor Guzmán Donoso.

Además, mediante el mismo método, el obispo Durán le envió dos cartas a otros dos pastores: Moisés Aarón Vásquez y Beter Rodríguez Saldías, ambos en reemplazo de los directores desafectados.

La razón que se esgrimió desde la Catedral Jotabeche para las dos expulsiones del directorio fue que "ambos faltaron a los compromisos asumidos en reuniones".

Aguas revueltas  

El directorio es una de las dos grandes instancias que lideran la Primera Iglesia Metodista Pentecostal de Chile. Está compuesto por 12 miembros, incluido su presidente, el obispo Durán, y es responsable de muchas de las decisiones institucionales.

Los dos pastores expulsados eran contrarios a la gestión del cabecilla. Con su salida, aparece como bastante difícil que se tome por mayoría alguna determinación contra Durán.

La otra instancia rectora de esta iglesia es la Junta Nacional de Diáconos, que está compuesta por 24 miembros.

La compleja situación de Durán no solo tiene que ver con la investigación que lleva la fiscalía de alta complejidad Oriente, por presunto lavado de activos, sino también con su ventilada relación marital y en anuncio de separación de su esposa.

Por ello, también hay algunos grupos al interior del templo que piden la renuncia del pastor jefe, mientras que otros, al parecer últimamente menos numerosos, lo apoyan.

Pastores del sábado

Pero, si de renuncias se trata, ayer el obispo Durán también empezó a hacer circular otra carta, en relación a la convocatoria para este sábado de una reunión de pastores en la ciudad de Chillán, donde se votaría para pedirle su renuncia al cargo.

Ante ello, esta misiva, también firmada por el obispo, indica que "las reuniones de directorio que se convoquen y se realicen sin contar con la anuencia del obispo presidente que suscribe y la citación a Conferencia Extraordinaria, como los acuerdos que en ellas se adopten, carecen de la legalidad necesaria para surtir efectos jurídicos".