Cordinadora Arauco Malleco precisa declaraciones de Llaitul: Desestiman robo de madera y lo denominan “recuperación de recursos”

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Foto: Mario Téllez / La Tercera

Luego que el líder de la organización radical justificara el delito, por medio de un video que se difundió la noche del viernes, en el que señalaba que la recuperación de la madera se empleaba para “tener implementos necesarios para defender a las comunidades”, la CAM emitió una aclaración este domingo asegurando que es “reapropiación de recursos que están en nuestro territorio ancestral”.


La Coordinadora Arauco Malleco (CAM) emitió este domingo un comunicado en el que aclaran las declaraciones emitidas por el líder de dicha organización, Héctor Llaitul, quien asistió el pasado 10 de junio al lanzamiento del libro “Chem ka Rakiduam (Acción y Pensamiento)”, actividad que se llevó a cabo en el centro comunitario de Lo Hermida, en la comuna de Peñalolén, pero que se dio a conocer recién dos meses después por medio de un registro audiovisual.

En dicha instancia, el líder de la CAM habría asegurado que la organización sería participé en el delito de robo de madera, afirmando que “la madera que nosotros recuperamos es para tener recursos para generar los insumos para reconstruir el mundo Mapuche. Y para tener los fierros, y para tener los tiros, y para tener los implementos necesarios para defender a las comunidades y los procesos que se llevan adelante”, dijo aludiendo supuestamente a la adquisición de armas y municiones.

En relación a lo anterior, la CAM precisó esta jornada, a través de un escrito difundido en redes sociales, que “afirmamos categóricamente que esto no puede concebirse como robo de madera, ya que es recuperación y reapropiación de recursos que están en nuestro territorio ancestral”.

Al mismo tiempo, indicaron que “son acciones que se realizan en conjunto a otro tipo de actividades productivas como las siembras, construcción de rukas, bodegas, invernaderos o habilitación de espacios ceremoniales. Junto con labores de limpieza y resguardo de lugares de significación cultural, como menoko, trayenco, espacios de alto valor cultural para la causa mapuche”.

En ese contexto, declararon que esta “reapropiación de recursos” está acompañada de un “despliegue cultural con nuestras ceremonias tradicionales Mapuche, las que habían sido cercenadas durante un siglo por el modelo económico chileno. Reapropiación que siempre es comunitaria, poniendo en el centro las necesidades programáticas de nuestra lucha como pueblo y como organización”.

Asimismo, en la misiva se refieren a la militarización del “Wallmapu”, indicando que durante el actual gobierno del Presidente Gabriel Boric, la industria forestal habría “aumentado sus ganancias”.

“Estas medidas de estado de emergencia impuestas a quien más le ha servido es a la industria forestal. La resistencia y la reconstrucción del mundo Mapuche pasa por la autodefensa armada, como respuesta a tal dinámica y como táctica mínima para el desalojo de las expresiones del gran capital de nuestro territorio. Reconstrucción tiene que ver con la autonomía y la economía de autogestión que se produce desde las recuperaciones territoriales”, arguyen.

La industria forestal y el “ecocidio”

Respecto a este mismo punto, la CAM apuntó sus dardos principalmente contra la industria forestal, a la que acusan de estar “desolando y depredando todo el Wallmapu”.

“Devastación que no solamente afecta al mundo Mapuche, a las comunidades, sino a toda la población que existe en esta parte del territorio ancestral. Es la industria forestal la que ha provocado un verdadero ecocidio, y ha aumentado de forma descomunal las arcas de los grupos económicos más poderosos de este país. Ecocidio, que se sitúa en un contexto histórico de usurpación al pueblo Mapuche y que ha provocado, en la actualidad, la ocupación de nuestras tierras ancestrales por la actividad extractivista, el latifundio y otras expresiones del gran capital”, añaden.

En esta línea, puntualizaron que estos grupos estarían conformados por “pequeños empresarios socios de las forestales y que cuentan con el beneplácito y/o la ayuda de sectores del Estado chileno”, denominándolos como “mafias que ocupan todo tipo de argucias para evitar el supuesto control que debería existir por parte del Estado y de la misma industria forestal, y donde se involucran algunos grupos Mapuche que caen en este negocio lucrativo siendo cómplices de estas mafias”.

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