A fines de marzo, a unas tres semanas de la llegada del Covid-19 al país, familiares y trabajadores del Establecimiento de Larga Estadía para Adultos Mayores (Eleam) “Cordillera”, de Puente Alto, denunciaron contagios de coronavirus en el recinto. Fue el primero de una seguidilla de brotes, parte de una agresiva tendencia que ya había sido reportada en países europeos: la vulnerabilidad de los adultos mayores institucionalizados frente a la pandemia y el elevado riesgo de mortalidad a causa del patógeno.
Según datos que recopiló La Tercera por Ley de Transparencia, en el país se han registrado al menos 1.114 fallecimientos de adultos mayores residentes en hogares de ancianos, producto de 322 brotes de coronavirus. Así lo detallan las seremis de Salud, en una cifra que engloba tanto a las residencias a cargo del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) como a los recintos privados.
Así, estas 1.114 víctimas de la pandemia constituyen el 10% de los fallecimientos totales del país, considerando los 11.422 decesos que informó este jueves el Ministerio de Salud y que no consideran los casos sospechosos, que añaden 4.083 muertes a este recuento.
A nivel nacional, en tanto, la Región Metropolitana registra la mayor incidencia de brotes: la Seremi de Salud ha identificado 248, que se traducen en 5.994 contagios y 993 adultos mayores fallecidos. Es decir, el 11,5% de los 8.608 decesos que registra la capital provienen de hogares de ancianos.
Al respecto, el director de Senama, Octavio Vergara, manifiesta que “el virus ha sido especialmente agresivo con las personas que residen en hogares. Cada muerte nos duele, la pandemia ha sido dura con ellos”.
Sin embargo, Vergara explica que, en la comparación internacional, que considera poblaciones más envejecidas y con una proporción mayor de ancianos en hogares de larga estadía, la mortalidad ha sido mayor que la registrada en Chile. “Estamos trabajando con los indicadores que propone London School of Economics a raíz de un estudio. Uno de ellos es cuántas personas residentes de hogares han fallecido en relación al total de los decesos Covid-19. Con ese indicador, en países como Canadá es cerca del 80%, en España se ha reportado un 75% y en Suecia bordea un 50%. En el caso de Chile, estamos bajo el 15%”, afirma.
Según datos de Senama, existen 994 residencias formales en el país, con cerca de 23 mil adultos mayores. Sin embargo, hay otros 20 mil ancianos que residen en hogares informales, donde la pandemia también ha asolado a sus residentes.
La subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, valoró el trabajo hecho con Senama desde el inicio de la pandemia, que va desde la entrega de elementos de protección personal hasta el establecimiento de “residencias espejo” para trasladar a adultos mayores sanos cuando se detectaba un brote. “Debemos seguir tratando de disminuir al máximo la posibilidad de tener brotes en los hogares, para evitar contagios y muertos”, añade.
El infectólogo y decano de Medicina de la Universidad San Sebastián, Carlos Pérez, comenta que en estos recintos, con los números a la vista, ha habido una “contención razonable” de los brotes. Agrega que “se tomaron rápidamente medidas de precaución para evitar contagios -como restringir las visitas-, aunque estos casos ocurrieron principalmente por la entrada y salida de personal”.
En tanto, el académico en Salud Pública de la Usach, Claudio Castillo, asevera que “aunque la proporción de personas que están en residencias de larga estadía es menor respecto de otros países, el gran problema son los datos. No tenemos certeza de si a todos se les aplicó el test PCR, ese es nuestro limitante para calcular una tasa de letalidad real”.