Si una persona ingresa a la red social Facebook y busca a Iris Fontbona, la madre del empresario Andrónico Luksic y quien tiene la mayor fortuna del país, según el ranking Forbes, puede encontrar entre uno y cuatro perfiles asociados a este nombre. Todas estas cuentas tienen un elemento en común: son falsas, ya que la viuda de Andrónico Luksic Abaroa no participa de esta plataforma.

Los primeros perfiles falsos de Iris Fontbona comenzaron a aparecer hace más de un año. Los cercanos a la familia observaron con cautela este fenómeno, denunciando en reiteradas ocasiones que se trataba de una suplantación. Sin embargo, a comienzos de este año quedó en claro cuál era el objetivo de quienes estaban tras estas maniobras. Realizar fraudes cibernéticos a través de la llamada "estafa nigeriana", en que los delincuentes solicitan a las víctimas una suma de dinero a cambio de "liberar" los fondos que supuestamente les serían entregados.

Fue el propio Andrónico Luksic quien advirtió de esta situación en Twitter el pasado 6 de junio. Esa jornada, una usuaria le preguntó si su madre participaba de la plataforma creada por Mark Zuckerberg. El vicepresidente del Banco de Chile respondió: "Marlene, mi madre no tiene perfil en Facebook. Todo lo que hay es falso. Los hemos denunciado en reiteradas ocasiones y vuelven a aparecer. Ya lo pusimos en conocimiento de la justicia por suplantación de identidad. Muchas gracias por su preocupación".

La acción legal a la que hace referencia el empresario es una querella que se presentó a nombre de Iris Fontbona en el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago el 13 de abril, por el delito de suplantación de identidad.

En la presentación se da cuenta de que el 18 de enero, a través de Twitter, una madre que integra la Agrupación de Padres y Familiares con Autismo de Rancagua contactó a Luksic para que los ayudara con materiales para ampliar la sala en que estaban los niños. El empresario aceptó y colaboró a través de una transferencia electrónica por $ 601 mil.

Luego, a mediados de febrero, la mujer intentó ubicar a Iris Fontbona, argumentando que aún le faltaba presupuesto para financiar la obra. Así, llegó a un presunto perfil en Facebook de la madre del empresario y comenzaron a dialogar a través de mensajes privados.

En la querella se relata que la persona que se hacía pasar por Fontbona señaló que iba a colaborar con el proyecto en Rancagua y le pedía a la mujer que se contactara con el Bank of Africa-Benin, entidad que liberaría los fondos requeridos.

Así, el 23 de febrero, un correo supuestamente redactado por Faustin Amoussou llegó a la casilla de la solicitante. El mensaje era el siguiente: "Hemos reconocido la buena recepción de su mensaje, la señora Iris Fontbona nos informa de su contacto y su intención de darle una suma de 953.000 dólares. Ahora el Banco de África Benin tiene que transferir ese monto a su cuenta bancaria siguiendo las leyes financieras vigentes en nuestro país (...) Los textos prevén que cualquier transacción internacional tome un formulario de autorización de transferencia, emitido por el tesoro público de Benin, por una suma de 380 dólares".

Tras esta comunicación, la potencial víctima se comunicó con el entorno de Luksic para averiguar detalles de la operación. Ese fue el momento en que se dieron cuenta de que se trataba de una estafa y se presentó la querella a nombre de la madre del empresario.

Cercanos a la familia del vicepresidente del Banco de Chile señalaron que están trabajando activamente en la investigación y que, de hecho, están recabando nuevos antecedentes, los que serán puestos a disposición de las autoridades.

Además, explicaron que han intentado comunicarse con la empresa Facebook en reiteradas oportunidades, alertando que los perfiles atribuidos a Iris Fontbona son suplantaciones. Se han contactado con las oficinas regionales de la firma y en Estados Unidos, sin lograr obtener resultados concretos. Si bien en un comienzo las cuentas desaparecen, con el correr de los días vuelven a estar disponibles en la plataforma.

La indagatoria del caso fue derivada al fiscal Roberto Contreras, de la Fiscalía Oriente, quien se ha especializado en los ciberdelitos que se han registrado en la zona este de Santiago.

El persecutor trabaja con la Brigada del Cibercrimen de la PDI, unidad a la cual ya le encargó las primeras diligencias. Entre estas, comunicarse con la empresa Microsotf para conocer las direcciones IP desde las cuales se han creado las cuentas falsas de Facebook. Luego, se intentará ubicar los lugares físicos en que estos estafadores habrían operado.

Otra arista que se busca dilucidar es cuántas personas pudieron haber tomado contacto con los suplantadores y, eventualmente, haber sido sus víctimas.