Es sindicada como la testigo clave en el crimen de Fernanda Maciel (21), joven que desapareció hace casi 500 días y que fue encontrada muerta este lunes en una bodega, a pasos de su casa en Conchalí. Su testimonio fue determinante para que Carabineros encontrara el cuerpo de Maciel y detuviera al principal sospechoso del crimen: Felipe Rojas Lobos (25), amigo de Maciel, quien trabajaba en la bodega donde encontraron el cadáver y mañana será formalizado por la fiscalía ante el Segundo Juzgado de Garantía de Santiago.
Según fuentes del caso, se trata de una mujer de cerca de 23 años que habría tenido una relación sentimental con Rojas, y quien declaró cuatro veces ante funcionarios de la Sección de Encargo de Búsqueda de Personas y Vehículos (SEBV) de Carabineros y el Ministerio Público.
En un comienzo para los investigadores fue complejo lograr obtener la confianza de esta testigo, cuyo nombre se mantiene bajo estricta reserva. Pero al pasar los días, la mujer empezó a entregar información clave para caso. De hecho, de acuerdo a las mismas fuentes, en su último testimonio detalló que Rojas le habría contado cómo habría matado a Maciel. La mujer también señaló cuál era el lugar donde Rojas le habría señalado que estaba el cuerpo: una bodega en Conchalí a metros de la casa de la víctima y donde efectivamente fueron encontrados los restos de la joven.
El sospechoso, según relató la testigo, hizo la confesión justo cuando ambos veían un programa que abordaba el caso en televisión. Fue en ese momento, cuando -de acuerdo a la testigo- Rojas se habría quebrado y le detalló lo que habría hecho.
"En virtud de nuevos antecedentes que se aportaron se pudo tener una ubicación más precisa", dijo ayer la fiscal Macarena Cañas en la audiencia de control de la detención de Rojas.
Los errores en la investigación
El testimonio de la mujer inculpando a Felipe Rojas fue un elemento primordial para aclarar el caso que por más de un año indagó la fiscal Patricia Varas, secundada por el SEBV de Carabineros. Sin embargo, desde abril de 2018 que la PDI apuntaba al sujeto como responsable del homicidio.
Pocos días después de la desaparición de Maciel, la Brigada de Ubicación de Personas (Briup) de la PDI solicitó a la persecutora una reunión para ofrecer su apoyo en la investigación. De acuerdo a fuentes de la investigación, en aquella instancia los detectives, quienes habían conocido el caso a través de los medios, ofrecieron su colaboración a través de un equipo especializado en causas complejas. Sin embargo, esta opción fue descartada por Varas, quien respondió que no era necesaria la inclusión de este grupo ya que la investigación la llevaba adelante Carabineros.
No obstante ser marginados, la policía civil presentó una serie de reparos a la hipótesis que manejaba el Ministerio Público, reflejados en un informe entregado a la fiscal que apunta en particular a dos diligencias que realizó Carabineros a los pocos días de la desaparición.
La primera tiene que ver con el levantamiento de las cámaras de vigilancia cercanas a la bodega donde fue hallado el cuerpo de la joven. El 13 de febrero, los investigadores de la policía uniformada retiraron no solo las tarjetas de memoria, sino los dispositivos completos, impidiendo que se registraran imágenes del sector después de ese día. Algo que habría sido necesario de acuerdo al documento que la PDI hizo llegar a Varas en abril de 2018, ya que al día siguiente del levantamiento, Rojas "realizó acciones de forma consciente y premeditada que han impedido encontrar el cuerpo de Fernanda Maciel".
El 28 de febrero de 2018, personal del SEBV tomó declaración a Rojas, la que se extendió por más de dos horas. En la ocasión, los funcionarios se quedaron con su celular, lo que se extendería por tres semanas. De acuerdo a lo señalado por la PDI a la persecutora, fue un "error grave" quedarse en ese momento con el celular de Rojas y se asevera que lo correcto era mantener al entonces testigo con su teléfono e iniciar inmediatamente escuchas telefónicas que permitieran dar con pistas del destino de Maciel.
Las declaraciones de Rojas son otro aspecto que generaron dudas en la PDI. Entre los diferentes testimonios que se le tomaron existían contradicciones en los horarios y acciones que el entonces testigo realizó el día de la desaparición de Maciel. Además, el imputado -quien había recibido días antes de la desaparición las llaves de la bodega donde fue encontrado el cuerpo- habría pedido a sus compañeros de trabajo que mintieran en su declaración, dando cuenta que este traspaso sucedió en una hora distinta, para que así se adecuara con su declaración. Dado estos antecedentes, la policía civil sugirió que se cambiara la calidad de testigo que poseía hasta entonces Rojas a imputado, para de esa manera poder interrogarlo.