El desierto, en el norte de Chile, se ha presentado históricamente como una gran oportunidad para el crimen organizado. El ingreso de drogas, migrantes y contrabando aprovecha la ausencia de una barrera natural, como ocurre en el centro y sur, con la Cordillera de los Andes. Tan solo con Bolivia, Chile -en las regiones de Tarapacá y Antofagasta- comparte 850 kilómetros de frontera. En toda su extensión se han detectado 116 pasos no habilitados con este país. A esto se suman los 50 identificados con Perú, llegando a un total de 166.

Desde el aire, la tecnología del caza 295 de la Armada permite evidenciar tamaña cifra. Huellas y caminos rodean el paso fronterizo Colchane, que une a Chile con Bolivia. A tres mil pies de altura, la aeronave logró detectar en los breves minutos que dura su sobrevuelo a un par de personas que cruzan caminando el límite territorial. Al interior del avión, el ministro del Interior, Andrés Chadwick; el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, y el titular de Defensa, Alberto Espina, son testigos de esta vulneración.

La escena ocurrió el viernes. Durante el viaje aéreo, las autoridades aprovecharon de conocer las capacidades con que las Fuerzas Armadas (FF.AA.) enfrentarán el crimen organizado.

Para monitorear el contorno nacional, desde ya se está contando con esta nave de la Armada, que fue creada para hallar submarinos, y es uno de los eslabones que dan forma al Plan Frontera Segura, impulsado por el gobierno y en que ha jugado un importante rol la Subsecretaría del Interior.

En este sentido, el viernes se concretó en Antofagasta la primera reunión del remozado programa, la cual contó con las principales autoridades de la zona, tanto políticas como técnicas. Por instrucción del Ministerio del Interior, a partir de este nuevo plan, todas las organizaciones del Estado con atribuciones en frontera deberán trabajar coordinadas en esta labor. Fuerzas Armadas, PDI, Carabineros, Gendarmería, SII y la Unidad de Análisis Financiero (UAF) deberán operar en conjunto. A ellos se sumarán las respectivas fiscalías.

"Por primera vez contemplamos una estructura de funcionamiento en que todas las instituciones vinculadas al cuidado y control de nuestras fronteras participen activamente cumpliendo su función y su rol, pero en total coordinación y colaboración", indicó Chadwick.

Los trabajos para llevar a cabo este programa se iniciaron en marzo y comenzaron por una evaluación crítica del Plan Frontera Norte, ejecutado durante el primer mandato del Presidente Sebastián Piñera. A partir de ello, un equipo conformado por las distintas instituciones recorrió la frontera entre las regiones de Arica y Parinacota y Coquimbo. La inclusión de esta última zona diferencia a este proyecto de su antecesor. Ello, dado que se ha registrado en los últimos años un aumento significativo del ingreso de drogas por esta región.

"Fueron más de cuatro mil kilómetros de recorrido por tierra y costa, donde se identificaron los puntos sensibles. Si se compara ese diagnóstico preliminar con los obtenidos en el plan anterior, se ampliaron los lugares de mayor sensibilidad", destacó Ubilla.

Rol de las instituciones

Desde La Moneda destacan con fuerza el trabajo coordinado entre los involucrados. Uno de los resultados de esta integración será la creación de una fuerza de tarea, compuesta por cada una de las instituciones en cuestión. Eso sí, no se modificarán las atribuciones que posee cada una. Aunque sí deberán aportar una cantidad aún no definida de funcionarios.

El Comando Conjunto Norte será eje coordinador de todas las labores de las Fuerzas Armadas, las cuales serán, específicamente, la entrega de datos propios de las labores de inteligencia que realizan estas instituciones. "Si tenemos información que es relevante en la lucha contra el narcotráfico, la vamos a entregar al Ministerio del Interior, para que sea trabajada con las policías", indicó el ministro Espina.

"Las instituciones pueden aportar experiencia, conocimiento e inteligencia residual. Además de las capacidades cuando sean requeridas para algunas misiones especiales, como en casos de vigilancia y detección de algunos ilícitos", señaló el director de Operaciones y Conducción Conjunta del Estado Mayor Conjunto (Emco), contraalmirante de la Armada Luis Fernando Sánchez.

En palabras del general de Ejército y comandante del Comando Conjunto Norte, Juan Carlos Henríquez, hoy hay muchas capacidades disponibles en cada uno de los organismos del Estado. No obstante, el llamado es a utilizarlas "de la manera más inteligente posible, en beneficio de este objetivo, sin pasar a llevar los roles que le competen a cada una de las instituciones".

De acuerdo al jefe de la Prefectura Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado Norte de la PDI, subprefecto Roy Farías, el rol de la institución será la investigación criminal, aunque advirtió la existencia de "algunos otros deltas que vamos a apoyar en temáticas específicas que puedan ser de utilidad".

Para el general de Carabineros Esteban Díaz, director de Control de Drogas, el objetivo es, principalmente, abordar los problemas relacionados con la entrada de narcóticos al país. "Debemos evitar, en primer lugar, que la droga ingrese, después que no llegue a los centros urbanos, y si ya se instaló, poder atacarla en toda su magnitud", señaló.