“Cuando lo agarren los Carabineros va a quedar tranquilo”: las conversaciones del padre de uno de los imputados por el crimen de policías en Cañete
El Ministerio Público mantiene varios diálogos del padre de Nicolás Rivas Paillao con su hija y con el propio imputado, quien fue detenido durante la madrugada del lunes.
Varias son las pistas que manejaba el fiscal regional de La Araucanía, Roberto Garrido, para dar con las tres detenciones que se concretaron durante la madrugada de este lunes en el marco de la investigación por el crimen de tres Carabineros, ocurrido el 27 de abril de este año, en Cañete, Región del Biobío.
La carpeta investigativa, a la cual tuvo acceso La Tercera, consta con varios expedientes con las diligencias que ha realizado el Ministerio Público, uno de ellos, una pesquisa a un teléfono incautado desde una cárcel de Lebu.
La incautación del teléfono, marca Xiaomi, fue realizada por Gendarmería y se realizó el 8 de mayo de 2024, vale decir 11 días después del crimen de los uniformados, específicamente en el Pabellón Internos Mapuches de dicho recinto penal.
Luego, el OS9 revisó dicho teléfono, extrayendo 16 carpetas con detalles que son relevantes para esta causa. De acuerdo a la cuenta de correo que esta asociada al móvil, el teléfono pertenece a Yerko Alexis Maril Mariñán, un sujeto de 25 años condenado por el asesinato de un trabajador en Tirúa, en un hecho ocurrido en 2022.
La incautación fue realizada por Gendarmería y se realizó el 8 de mayo de 2024, vale decir 11 días después del crimen de los uniformados, específicamente en el Pabellón Internos Mapuches de dicho recinto penal.
El propietario del teléfono, con otro nombre de usuario, mantuvo una conversación vía Messenger de Facebook por Nicolás Rivas Paillao, uno de los tres detenidos por el crimen de los carabineros. El diálogo es así:
Nicolás Rivas (NR): Acá fome la cosa, cualquier jile, hrmno, donde mataron a los paco, loco
NR: Anda arta yuta
NR: Ya ni se puede salir a tomar chicha en la noche jajaja
Dueño del teléfono: Cha, hermano, jaja, me imagino
Dueño del teléfono: Se creen vio los pacos.
Pese a la conversación, se concluye que no guarda relación directa con el homicidio a los carabineros.
No obstante, fueron hallados otros elementos que preocuparon a los investigadores. Por ejemplo, una conversación sostenida con un sujeto identificado como Jona, a quien el dueño del móvil le señala su interés en realizar una emboscada y un atentado contra el personal del Ejército que se encuentra desplegado en la zona.
“Sipo’ nano esa es la vola’ po’ weon, pero hay que andar con buenos fierros los milicos igual yo creo que igual se le puede algo, pero ma’ asi como emboscarlos, (inaudible), ni cagando estai’ cagao’, a los pacos no po’ se los pasan por el pico, a los milicos igual son más cuaticos los weones así que enfierrarse bien no más po’ mono chico quiero puro salir a pelear a la calle, quiero puro mandar unos tiros mano... (inaudible)”, dice el sujeto.
“Hay que salir cuando estemos fuera po’ mano, chico, yo voy a salir igual, (inaudible), o sea, estoy con la mente, de seguir, ir ahí en la lucha no ma’ pu’ hermano chico cachai’, por eso igual estoy pensando comprarme un fierro toa’ la wea, hay que darle un buen uso a la wea no mas po’ hermano chico, pa no mandarse otro cagaso mas no más y enfocarse más, hay que pelear más pa’ la zona hermano como los milicos están arto metido hay en la comunidad (inaudible) así que hay de seguro vai’ a tener encontrones pu’ mano vai’ a cuetiarlos (inaudible), hay que dejarlo que se paseen tranquilos culiao no más po’ hermano, igual hay que, teni que darles la pasa por ultimo si no se andan paseando hay muy tranquilos toa’ la wea, nadie les manda un tiro ni una wea...”, agrega.
Diálogos del padre de Nicolás Rivas Paillao con su hija
En otro archivo que está en manos del fiscal Garrido, se aprecian varias conversaciones del padre de Nicolás Rivas Paillao, identificado con las iniciales B.R., con su hijo y la hermana de este, A.R.. Ahí se leen detalles que podrían tener relación con la investigación.
El 29 de mayo de este año sostuvieron esta conversación:
Hermana.: Aló
Papá: Aló, hija. ¿Tu hermano no ha llegado por ahí?
Hermana: No ¿y por allá?
Papá: Tampoco llega, ni contesta el teléfono ni una huea.
Hermana: Puta, el cabro de mierda.
Papá: Para mí que ese andaba hueviando en la reunión adonde íbamos a ir nosotros. Porque al bosque tiene aquí una comunidad metida. Por ahí tiene que andar hueviando.
Hermana: ¿En Los Sauces?
Papá: Sí. (...) Para allá tiene que andar metido hueviando y cuando lo agarren los Carabineros al hueón ahí va a quedar tranquilo.
Hermana: Déjalo nomás, hombre. Déjalo que lo agarren un día, ahí lo tengan encerrao’.
Papá: Que no se cabree el hueón digo yo.
Hermana: Si no entiende poh.
Papá: Ya me tiene cabriao´, dan ganas de mandarle a los pacos.
Papá ¿Y endenante a qué hora salió de allá? ¿Temprano?
Hermana: No sé, porque yo no estaba aquí, yo llegué como a las once y media.
Papá: Que ande puro hueiando. Que no pueda trabajar. Que encuentre pega el hueón.
Hermana: Que no entiende.
Papá: Piensa en la pura marihuana nomás. Anoche andaba con unos cabros de Cañete aquí, yo no lo voy a dejar nada más, le voy a leerle la cartilla ahora cuando llegue. Andaban en un auto y en una camioneta hueiando.
Hermana: No sé en qué llegaría.
Papá: Así que, no yo le voy a decir que no quiero ni un vehículo más metido pa´dentro, de otro hueón o de nadie. Ni un vehículo.
Herman: Sí, poh.
Papá: Porque es hueá ya, con todas las hueás que han pasao´ya después´la gente de mierda habla hueás nomás.
Hermana: Si, poh, después él mismo anda arrancando poh.
Padre e hijo
En el archivo hay otro diálogo entre el padre y su hijo, Nicolás Rivas Paillao del 8 de junio. En la primera parte de la conversación, sostienen una conversación trivial sobre “echar a andar un vehículo”. Luego, el diálogo toma otro curso.
Nicolás Rivas: Oye, oye, oye, oye
Papá: ¿Qué?
N.R.: ¿Cómo está la cosa para pasar para la casa?
Papá: No, pa´ca no ha pasao´nada, todavía al momento.
N.R.: (No entendible)
Papá: Yo voy a sacar la hueá de acá.
N.R.: Sí, déjalo en otro lao´mejor.
Papá: Sí, sí, porque pueden andar con detector de metales, alguna hueá y queda la cagá.
N.R.: Sí, mételo pa´abajo. ¡Oye!
Papá: ¿Ah?
N.R.: En el lavadero dejé unas cuatro bolsitas grandes, envuélvela bien.
Papá: No, si yo voy a hacer un invento para sacarla.
N.R.: Pero déjala bien, bien, bien, bien, bien abrigas´sí poh.
Papá: Sí, no, si camlmao´nomás.
Dicho elemento que quieren ocultar, concluye el texto, sería una arma de fuego. Y dicho armamento podría ser con el que realizaron el crimen a los uniformados o el sustraído al personal policial atacado ese fatídico 27 de abril.
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