Para este lunes 4 de diciembre está fijado el inicio del nuevo juicio en contra de Nicolás Zepeda, por su presunta responsabilidad en la muerte de la joven estudiante japonesa Narumi Kurosaki, luego de que la justicia francesa lo condenara a 28 años de cárcel y posteriormente, su defensa solicitara una apelación de esta resolución.
Este caso que se ha llevado años de investigación, miles de páginas de evidencias y juicios de muchas horas, todavía no finaliza. ¿Cuáles fueron las pruebas que sellaron la condena del chileno y por qué se inició un nuevo proceso judicial si ya había una sentencia?
Estas son las principales claves y los antecedente a horas de que la apelación inicie mañana.
Celos y amenazas
Todo comenzó a fines del 2014, cuando Zepeda decidió realizar un curso de intercambio en Tsukuba (Japón), donde conoció Narumi Kurosaki e iniciaron una relación amorosa, la cual se mantuvo hasta 2016 cuando habrían terminado producto de los celos del chileno.
En detalle, en el 2015 ella se inscribió en la universidad de Besanzón, en Francia, para estudiar lingüística aplicada, mientras él se devolvió a Chile. En el intertanto, de acuerdo con los psicólogos de la policía local, Zepeda se volvió “violento, celópata y obsesivo”, llegando al punto de solicitarle borrar sus redes sociales y exigirle “no salir con nadie”.
En ese periodo, previo a terminar la relación, Zepeda habría subido un video, que luego él mismo borró, donde habla de una serie condiciones y amenazas que Narumi debía seguir en caso de querer continuar su vínculo amoroso, registro que será utilizado como prueba contra el chileno en el proceso judicial.
A eso se suma que se encontraron 981 correos electrónicos enviados por Nicolás Zepeda en un plazo de 40 días, lo que coincide con una visita que hizo a Europa “por razones laborales” y donde, según su relato, se habría encontrado con ella.
Además, acorde con la acusación, el chileno habría decidido viajar a Francia tras enterarse que Narumi mantenía una nueva relación.
La desaparición
La noche del 4 al 5 de diciembre de 2016, cuando se dio la desaparición de Narumi Kurosaki, ella y Zepeda fueron a cenar a un restaurante próximo a Besanzón, donde posteriormente Zepeda admitió haber ido a su habitación para mantener relaciones sexuales, que describió “con consentimiento”, y aseguró haberse ido justo después.
Sin embargo, de madrugada, los compañeros de la residencia de estudiantes escucharon “gritos de terror” y un ruido ensordecedor “como si alguien golpeara”.
Aun así, nadie avisó a la policía y, según lo declarado por Zepeda, los ruidos se deberían a que “ambos intimaron”. En los días posteriores, los familiares de la joven recibieron mensajes a través de sus cuentas en las redes sociales considerados a veces “incoherentes”, los cuales los investigadores de la policía judicial de Besanzón los atribuyeron después al acusado.
Fue hasta el 13 de diciembre cuando un funcionario de la Universidad de Franche-Comté declaró la desaparición de la estudiante, pero para ese entonces, Nicolás Zepeda ya había regresado a Chile, tras pasar varios días en España con un primo.
Cabe destacar que de acuerdo a la investigación, se reveló que Zepeda se detuvo en un supermercado de camino a Besanzón a comprar fósforos (cerillos), líquido inflamable y cloro.
Además, de acuerdo a lo señalado por un fiscal, cuando el acusado devolvió el auto que había arrendado -tres días después de la desaparición de Kurosaki-, este estaba “muy sucio”, con tierra en el lado del conductor y en el maletero.
Zepeda siempre ha alegado inocencia en el caso, a pesar de ser la última persona en ver a Narumi con vida.
El primer juicio
De esta manera, cuatro años después, en marzo de 2020, se solicitó la extradición de Zepeda en la Corte Suprema de Chile y recién, el 28 de marzo del 2022, comenzó el juicio de Nicolás Zepeda ante un tribunal del este de Francia.
La Fiscalía Nacional indicó que “hay antecedentes suficientes” para acreditar la participación de Zepeda en el caso. Su defensa indicó que debía ser rechazada por “no cumplirse con estándares mínimos de convicción” y contener “omisiones muy importantes”. Sin embargo, el ministro Jorge Dahm acogió la solicitud de extradición a Francia de Zepeda.
Es así como en abril del año pasado, tras una deliberación de cuatro horas, la justicia francesa condenó al chileno a 28 años de cárcel por el homicidio de Narumi Kurosaki.
El acusado insistió en su inocencia: “Nunca quise estar en medio del dolor de la familia de Narumi, nunca quise estar en medio del dolor de mi propia familia, de mi propio dolor, pero no soy un asesino, no soy el asesino de Narumi”.
La apelación de Zepeda y el nuevo juicio
Después de que se conoció el veredicto y la sentencia contra Zepeda, su defensa apeló. A raíz de esto, se programó un segundo proceso, el cual estaba citado para el 21 de febrero de 2023.
Sin embargo, esa jornada su abogado, Antoine Vey, no se presentó. El tribunal informó que el chileno decidió prescindir de sus servicios y suspendió la audiencia por 24 horas. Ese mismo día se dio a conocer que Zepeda eligió como defensor a Renaud Portejoie, jurista que solicitó la postergación del proceso argumentando que requería de tiempo para conocer las cerca de 8 mil páginas del expediente.
A mediados de noviembre, uno de los abogados de Zepeda, Julien Dreyfus dejó de representarlo en el caso. “No puedo comentar sobre la decisión que se tomó ni las circunstancias en las cuales se tomó”, dijo.
Es así como finalmente Nicolás Zepeda enfrentará este lunes 4 de diciembre a un segundo juicio, en el que tanto su familia como la defensa han asegurado que presentarán “nuevas pruebas”, con el fin de comprobar su inocencia. De esta manera, la defensoría busca que el acusado quede absuelto de la condena de 28 años de cárcel.
Además, la Fiscalía de Besanzón comunicó que el juicio se extenderá hasta el 20 de este mes en el Tribunal de lo Penal de Vesoul.