La urgente necesidad de preservar y proteger las oficinas salitreras del Norte Grande llevó a la Corporación Museo del Salitre a presentar los expedientes de 10 de estos recintos, tal vez no los más "famosos", para que sean declarados Monumentos Históricos Nacionales.

Se trata de las oficinas Porvenir, Carolina, Rita, Sacramento, Paccha y Trinidad (esta última considera, además, su campamento salitrero). Junto a ellas se incorporaron las paradas Santa Ema, Santa Rita y Carmen Rimac, que fueron construidas entre 1830 y 1860.

El director ejecutivo de la Corporación Museo del Salitre, Silvio Zerega, explicó que se trabajó con un equipo de profesionales en un catastro de las oficinas salitreras emplazadas en la Región de Tarapacá. "Fueron georreferenciadas 126 y vamos a presentar 40 de ellas para que sean declaradas Monumentos Históricos Nacionales. Ya entregamos al Consejo de Monumentos los expedientes de 10 y creemos que la declaratoria se podría producir dentro del primer trimestre de 2019", precisó.

La medida pretende proteger esos recintos, que han experimentado un gradual deterioro debido al paso del tiempo y la acción de los saqueos, los cuales han generado enormes daños en su infraestructura. "Muchos de ellos son solo vestigios, pero es urgente resguardarlos. Forman parte de una historia que es única en el país y el mundo, ligada a la explotación del salitre y a crudos movimientos sindicales. Es una época de esplendor económico, una cultura que era propia de cada uno de estos campamentos y oficinas que estaban emplazados en la Pampa del Tamarugal", argumentó Zerega.

El director ejecutivo de la entidad subrayó que será la primera vez que 40 lugares podrían recibir, casi simultáneamente, una declaratoria de monumentos nacionales. "Una vez que se declaren los primeros 10 sitios, ingresaremos el resto de los expedientes; nos urge contar con medidas de resguardo para estos lugares, muchos de los cuales han sido devastados por el hombre".

Antecedentes

Los documentos ingresados al Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) contienen antecedentes históricos, arquitectónicos, fotografías y medidas que se deben aplicar para revertir el daño.

Sara Benavides, presidenta de la Corporación Hijos del Salitre, valoró que se busque la protección legal de los recintos para garantizar su conservación. "Este es el legado de los salitreros a las futuras generaciones, de una historia que es única, invaluable, que dio vida a toda una cultura. Cada oficina salitrera tenía su plaza, escuela, iglesia, su propia actividad industrial, familias, era un pequeño mundo y en él éramos felices, a pesar de todas las limitantes que enfrentábamos. Esperamos que el Consejo de Monumentos Nacionales apoye esta iniciativa, que es demasiado relevante para todos los que formamos parte de la familia salitrera", subrayó.

Respecto del estado de los emplazamientos, hay de todo. En general, las oficinas en las comunas de Pozo Almonte y Huara han experimentado un deterioro gradual por el paso del tiempo y, además, el robo de piezas de pino oregón y el caliche.

Algunos de los recintos considerados para la segunda fase de presentación al CMN son: La Coruña, Diez de Septiembre, San Antonio de Zapiga, Rosario de Huara, Victoria Antigua, Bellavista, Peña Chica, Aguada, Limeña, San Enrique, Alianza, Mapocho, Sacramento de Zapiga, Felisa, Ramírez, Paposo, Buena Ventura, La Santiago, San Lorenzo y Sebastopol, entre otras.