En el marco de un nuevo aniversario del 18 de octubre, el exsubsecretario del Interior en la segunda administración del expresidente Sebastián Piñera, Juan Francisco Galli (RN), abordó el desarrollo del estallido social durante su gestión y aseguró que “hubo fuerzas del Partido Comunista y del Frente Amplio que quisieron interrumpir el gobierno”.
En conversación con Radio Concierto, la otrora autoridad del Interior planteó que en la crisis social existieron “fuerzas políticas que se emborracharon con la violencia, pensando que ese era el camino y justificándola. Muchos chilenos ahora ven esa violencia como lo que impidió el avance y lo que produjo la polarización”.
En ese sentido, Galli planteó que grupos políticos azuzados por la violencia en las calles “quisieron interrumpir el gobierno” de Sebastián Piñera.
En la antesala de la conmemoración, el propio expresidente levantó la tesis de que su gobierno sufrió un “golpe de Estado no tradicional” perpetrado por grupos que utilizaron una “violencia irracional, que estaban dispuestos a destruirlo todo”. Así lo señaló hace algunas semanas en una radio argentina.
La Moneda “rodeada”
“Lo que está detrás de lo que dijo el Presidente es que hubo fuerzas políticas que, emborrachados por la violencia, quisieron interrumpir un gobierno democráticamente electo. El acuerdo tácito después de la dictadura era que los presidentes terminaban sus mandatos”, remarcó Galli.
El exsubsecretario fue más allá y apuntó con nombre y apellido a dichos grupos: “Hubo fuerzas políticas, principalmente el Partido Comunista y del Frente Amplio, que quisieron interrumpir el mandato democrático de Sebastián Piñera”.
Sobre el 12 de noviembre, una de las fechas que estuvo marcada por los hechos de violencia que se vivieron en la capital y que antecedió al acuerdo constitucional que encauzó el estallido, Galli enfatizó que “aunque no hubiera intención de tomarse La Moneda, quedaba rodeada y con dificultades para salir. Ese día el Presidente estuvo hasta muy tarde en La Moneda”.
“Fue muy violento. El problema que estábamos teniendo era que teníamos un proceso progresivo de reducción de la violencia. Lo que vimos ese día era que subía y los llamados eran a la confrontación. Ese 12 de noviembre hubo un cambio de tendencia. En ese momento no sabíamos hasta donde iba a llegar”, reconoció.