"Fui a buscar a mi gato y arranqué hacia abajo, junto a mi vecina y sus tres perros". Víctor Torres (53) es profesor y hace 15 años que vive en San José de Maipo, lo últimos tres en el sector El Canelo Alto. El martes reciente se encontraba en el Colegio Pedro Apóstol, de Puente Alto, donde hace clases, cuando se enteró de que el incendio forestal que afecta la zona desde el jueves 12 de diciembre había cambiado de dirección. Ahora se acercaba a su casa.
Como su hija Alondra, de 12 años, se encontraba al cuidado de una amiga suya, subió su cerro para rescatar a su mascota. "Tratar de salvar algo material era una locura", dijo. Horas más tarde volvió a subir, junto a otros voluntarios, a combatir el fuego. No obstante, durante esa madrugada las llamas alcanzaron su casa y la dejaron destruida. Hasta este miércoles, solo con lo puesto y junto a su hija, eran los únicos que se albergaban en la Escuela Gabriela Toba Pardo, la que desde la semana pasada funciona como centro de acopio.
"Espero que lo que sucedió sirva para que tengamos más conciencia con el bosque, con los protocolos para utilizar el cerro, para que esto no vuelva a ocurrir. La prioridad es el bosque y la vida de las personas, lo demás se recupera", concluye Torres.
De jueves a jueves
El incendio forestal de El Canelo es el más grande que ha afectado a la Región Metropolitana durante esta temporada. Hasta el miércoles llevaba seis días activo y había consumido 990 hectáreas (hasta las 19:00 horas). Según informó la Onemi, producto del operativo se registraban tres brigadistas lesionados. Dos de ellos fueron trasladados al Hospital de San José de Maipo para su evaluación médica.
También han resultado afectadas dos viviendas, entre ellas la de Víctor Torres. Además, entre la noche del martes y la madrugada del miércoles se realizó la evacuación preventiva de 120 personas de la zona. Cerca de las 00:00 horas de este jueves la municipalidad de San José de Maipo informó que se mantendría la "evacuación temporal y preventiva" de personas con casas cercanas al fuego durante la noche.
En el área se encontraban trabajando, por parte de Conaf, seis brigadas terrestres, 11 técnicos y un puesto de mando. También se dispuso de cuatro helicópteros de Conaf (tres son Chinook), junto a otros tres de Onemi.
Voluntarios y acopio
A media cuadra del colegio que alberga a Torres se encuentra la Fundación Río Montaña Chile, la cual también cumple la función de centro de acopio, pero, además, se encarga de recibir a voluntarios que llegan al Cajón del Maipo para ayudar a combatir las llamas. Sus integrantes organizan las donaciones de alimentos, agua y, lo más importante, implementos de seguridad que les entregan a las personas que suben el cerro.
Eduardo Pizarro, miembro de la entidad, aseguró que desde el primer día del incendio llegaron voluntarios para atacar el fuego, pero ayer fue la jornada que más recibieron. Hubo más de 100 personas, entre ellas jóvenes, adultos, mujeres y hombres de distintas comunas, todos con el ánimo de ayudar a los vecinos a proteger sus casas y evitar que el fuego siga expandiéndose.
No es fácil llegar a la zona de las llamas. Se debe subir en vehículos 4x4 por un camino complejo. "Siguen haciendo falta voluntarios y aeronaves. El fuego no para. Estamos haciendo cortafuegos, pero los que hemos hecho no logran contener las llamas", dijo Pizarro.
Todos están trabajando junto a bomberos. Familias e incluso niños intentan proteger las casas que corren más riesgo, mojándolas o humedeciéndolas con la poca agua que llega hasta arriba. María Victoria Bustos, residente del Cajón del Maipo, relató que "me duele que se esté quemando nuestro pulmón verde y, además, dos familias quedaron sin sus casas. Las condiciones climáticas hicieron que esto se saliera de control. Estamos asustados".
En la misma comuna el miércoles fue controlado otro incendio en Queltehue, que consumió 150 hectáreas.